La gran potencialidad del uso de archivos de memoria y derechos humanos en las salas de clases -como elemento facilitador- y la falta de apoyo institucional en las escuelas en el trabajo con documentos -como obstáculo-, identificó la Encuesta sobre usos de documentos de memoria y derechos humanos en contexto pedagógico.
Realizada por el proyecto Tecnologías políticas de la memoria y el Colegio de Profesores y Profesoras de Chile a casi mil docentes de todo el país, la encuesta en línea buscó conocer los usos que ellos le han dado a documentos de memoria y derechos humanos en su práctica pedagógica. A la vez, la investigación tuvo por objetivo indagar en los motivos del no uso en otros/as profesores/as, y en aquellos elementos que podrían facilitar su utilización en el futuro.
La directora del proyecto “Tecnologías políticas de la memoria” y académica de la Universidad Alberto Hurtado, Oriana Bernasconi, señaló que “en Chile tenemos un gran y muy diverso patrimonio documental sobre la época de la dictadura, disponible para que todas las generaciones puedan conocer ese período y formarse en el respecto irrestricto a la vida e integridad de todo ser humano. Justamente, uno de los principales hallazgos de esta encuesta es la valoración positiva que los/as profesores/as del país hacen del uso de estos documentos en la enseñanza, en particular, en el diseño e implementación de clases expositivas y participativas”.
Agregó que el uso de los archivos va más allá de las asignaturas que presentan de manera más evidente su inclusión en el currículum como Historia y Ciencias Sociales, Lenguaje y Arte. Hay profesores/as que utilizan documentos de memoria y derechos humanos en ciencias, matemáticas, religión, y tecnología, entre otras asignaturas.
La encuesta arroja que un 69% de las y los docentes encuestados usan archivos de derechos humanos para enseñar a sus estudiantes sobre educación, salud, pensiones o seguridad social, 62% usan los documentos para enseñar sobre la dictadura, 61% para abordar la democracia y un 54% los utilizan para formación ciudadana. También los usan en otros temas como arte en dictadura, apagón cultural o en las letras de canciones populares. Mientras que la polarización y negacionismo, y seguridad, son las temáticas menos trabajadas con documentos.
Los niveles donde más frecuentemente se utilizan los documentos son séptimo básico (87%), primero básico (86%), octavo básico (82%), segundo básico (80%) y tercero medio (80%). La educación parvularia exhibe un nivel de uso inicial y exploratorio: un 40% de los/as profesores/as de este nivel indica que los utilizan una vez cada dos años y el 60% restante más de una vez al semestre.
Los materiales que más usan las y los docentes en las aulas son los audiovisuales (60%) y las fotografías (40%). Entre los documentos más relevantes en su labor pedagógica se encuentran los panfletos, afiches, testimonios orales y expedientes judiciales.
Por otra parte, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos es la fuente más consultada por las y los docentes para apoyar sus clases en derechos humanos. 63% de las consultas fueron en línea y 19% presenciales, dato que recalca la relevancia de las tecnologías digitales para hacer disponibles y posibilitar el uso de estos materiales a lo largo de las aulas del país.
La investigadora de la línea pedagógica del proyecto y Jefa de Colecciones e Investigación en el Museo de la Memoria y los DDHH, María Luisa Ortiz, destacó que la encuesta ratifica la “enorme potencialidad que tienen los documentos en distintos soportes. Para fortalecer su uso se requiere mayor capacitación a profesores/as para trabajar con este tipo de fuentes y propuestas didácticas. Hoy su inclusión depende mucho de la iniciativa y experiencia del profesor o profesora, más que del apoyo institucional de las escuelas”.
Entre los elementos que pueden dificultar el uso de los archivos en la educación destacan el Proyecto Educativo Institucional (PEI) y el Plan de Mejoramiento Escolar (PME) del establecimiento, al no contemplar la incorporación de estos materiales. También pueden ser un obstáculo las definiciones del equipo directivo del establecimiento. María Luisa Ortiz explicó que a veces las y los docentes no cuentan con el apoyo de la dirección del colegio, porque lo consideran conflictivo o hay miedo de que sea tratado como adoctrinamiento de los estudiantes.
Asimismo, se le consultó a las y los docentes sobre recomendaciones para fomentar el uso pedagógico de los documentos. Entre sus propuestas destacan cambios en el currículum nacional, realizar capacitación a profesores/as sobre el uso de documentos y aspectos conceptuales del ámbito de los derechos humanos y la creación de propuestas didácticas que involucren documentos.
A la luz de los resultados de la encuesta, María Luisa Ortiz concluye que hoy en Chile hay interés y experiencia de uso pedagógico con este tipo de materiales y que el desafío está en mejorar y ampliar la accesibilidad a documentos, proponer trayectorias didácticas que los incluyan, que su incorporación sea parte del currículum, que haya apoyo educativo de la dirección de la escuela, y desarrollar y ampliar las propuestas didácticas que trabajen con estos materiales.
Lanzamiento aplicación web
Además de los resultados de la encuesta, el proyecto Tecnologías políticas de la memoria lanzó la aplicación web “Viajes por las voces de la dictadura (1973-1990)”, que incluye una secuencia didáctica para el aprendizaje de los derechos humanos y el ejercicio de la memoria entre las y los estudiantes.
La aplicación web es un ambiente de aprendizaje que busca motivar a las y los docentes y facilitadores a trabajar un proceso conflictivo de nuestra historia reciente, a través de una secuencia didáctica que pone en juego los archivos de Memoria y Derechos Humanos, la educación ciudadana, las habilidades de pensamiento histórico y las narrativas de los estudiantes sobre ese pasado desde su realidad actual.
Asimismo, esta aplicación pone a disposición de docentes y estudiantes de sexto básico y segundo medio una selección significativa de archivos del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, abriendo la posibilidad de llevar el museo al aula.