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Premio Nacional Agustín Squella por futura Constitución: “No vamos a seguir con este presidencialismo extremo que tenemos”

El abogado, periodista y docente universitario valoró el trabajo realizado en esta primera mitad de la Convención Constituyente, afirmando que el segundo tiempo será de un arduo trabajo para avanzar en las propuestas que serán establecidas en la futura “partitura constitucional”. Sobre el presidencialismo, señaló que hay consenso en buscar un punto intermedio para distribuir el poder entre las instituciones del Estado y también con la ciudadanía.

Raúl Martínez

  Domingo 2 de enero 2022 11:27 hrs. 
Squella 23

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Las reflexiones y el trabajo de Agustín Squella sobre la sociedad y el país han sido desde largos años requeridas para comentar el acontecer cotidiano, pero especialmente para mirar con su aguda perspectiva nuevas propuestas para sortear los desafíos que impone la vida en común en un Chile atribulado desde hace casi medio siglo por un sangriento golpe de Estado y luego todas las vicisitudes que terminaron en el estallido social de octubre de 2019.

Fue este último elemento el que dio paso a la Convención Constituyente que Squella integra como representante del distrito 7 de la Región de Valparaíso.

¿Cómo evalúa el trabajo de la Convención hasta ahora?

Los primeros meses de trabajo de la Convención, que van a ser seis a partir del 4 de enero, lo cual significa que a partir del 4 de enero sólo tenemos seis meses más para completar nuestro trabajo, han sido provechoso, ha habido avances. Disponemos de nuestras reglamentaciones internas que nos llevó tiempo aprobarlas porque carecíamos de ellas. Hemos estado recibiendo a muchas personas y organizaciones en audiencias públicas. Hay otras modalidades de participación abiertas para que incluso las personas puedan presentar propuestas de futuras normas constitucionales. Y hemos comenzado la discusión de normas constitucionales, al menos en la comisión en la que yo me encuentro trabajando, que es la de principios, democracia, nacionalidad y ciudadanía. Vamos a continuar con la discusión de normas constitucionales para encarar, por decirlo de algún modo, la parte más sustantiva y más relevante del encargo que le dio a la Convención la ciudadanía.

Pero mediáticamente se destacan más las dificultades…

Todo en la vida, sobre todo cuando hay 155 personas trabajando en algo tan relevante como la propuesta de una nueva constitución produce malos momentos, produce incluso momentos simplemente jocosos, produce inconvenientes como aquella grave situación que ocurrió a propósito de las conductas que observó el constituyente Rodrigo Rojas Vade. Cada humano está exento de altibajos, de ripios, de complicaciones. Las hemos tenido y creo que no tenemos que sostener, como a veces se sostiene, que los problemas de la Convención son solamente comunicacionales. O peor aún, que habría medios de comunicación que estarían poco menos que conspirando contra el trabajo de la Convención. Yo no creo en esas hipótesis. Sí a veces se ha exagerado en esos aspectos extravagantes, jocosos o derechamente inconvenientes que han ocurrido dentro de la Convención. Pero también nosotros mismos como Convención a veces hemos incurrido en situaciones que podríamos haber evitado y que no se evitaron. Pero esto es humano y como humano va a tener aspectos luminosos, que yo creo que van a ser los más, y algunos aspectos oscuros, que son los menos y varios grises también.

¿La futura constitución puede propender a que la sociedad busque que sus integrantes estén orientados a la búsqueda del bien común de la misma sociedad?

Sí, pero con mucho cuidado diría yo, con prudencia. Porque las constituciones moralizadoras o moralizantes, en el sentido estricto de la palabra, tendría problemas y no es eso lo que se espera de una carta constitucional. Pero sí en el sentido que voy a apuntar ahora, me parece que es muy prudente apuntar en esa dirección: todas las personas que vivimos en Chile tenemos y ahora vamos a tener un conjunto de derechos fundamentales, espero yo bien protegidos, de modo que no queden escritos como letra muerta en un papel. Pero también a las personas que vivimos en un país, particularmente a las personas que hemos alcanzado la edad para la ciudadanía, tenemos deberes fundamentales. Así como hay derechos fundamentales, no nos podemos ocultar que también hay deberes fundamentales. Claro, a todos nos gusta más oír hablar de nuestros derechos y eso se entiende y desde luego son lo primero. Pero también hay que pensar en los deberes y la nueva carta fundamental va a incluir algunos deberes fundamentales que provienen de vivir en común. Porque vivir en común no solo es indispensable para el desarrollo de la propia individualidad, sino para que nos formemos a partir de esa individualidad como personas. Seríamos mucho más pobres y limitados como sujetos individuales si viviéramos aislados como un Robinson en una isla. La sociedad que nos complica muchas veces, es verdad, sin embargo nos hace ser mejores.

Junto a otros convencionales, Agustín Squella presentó una iniciativa de primer artículo para la futura constitución que tiene como elemento central la dignidad de todas las personas.

Junto a otros convencionales, Agustín Squella presentó una iniciativa de primer artículo para la futura constitución que tiene como elemento central la dignidad de todas las personas.

Una nueva “partitura constitucional”

En diciembre recién pasado, Agustín Squella junto a un grupo de convencionales, presentó una idea de primeras disposiciones para la futura Constitución Política que tiene como centro la dignidad de las personas.

¿Cuál es el elemento central de esta propuesta?

Esa propuesta tiene 14 disposiciones, porque el capítulo inicial de una constitución que se suele llamar de disposiciones fundamentales, la constitución actual la llama “bases de la institucionalidad”, suelen ser bastante breves y no por eso menos importantes. Lo que yo destacaría es que la dignidad humana se establece como valor superior del nuevo orden constitucional chileno, entendiendo por dignidad humana ese especialísimo, irrenunciable e intocable valor parejo, similar que nos reconocemos intersubjetivamente las personas que se podría resumir en una sola frase: “nadie es más que nadie”. En consecuencia, cualquiera que sean las circunstancias de origen, de nacimiento, cualquiera sea la biografía de una persona, más exitosa, menos exitosa, a efectos de la dignidad ésta no se afecta nunca. Si tú partes de un postulado como ese, pues muchas cosas en el texto constitucional se pueden aclarar acerca de cómo resolverlas.

Sobre la organización del poder, ¿se inclina más por mantener un modelo presidencialista o apuntar a otro parlamentario?

No vamos a seguir con este presidencialismo extremo que tenemos. Hay consenso muy amplio en eso. Pero tampoco vamos a ir al polo opuesto, por decirlo así, que sería el régimen parlamentario que tiene partidarios dentro de la Convención. Yo creo que lo más probable es que las cosas se asienten en un punto no intermedio entre presidencialismo extremo y parlamentarismo. No. Va a estar en un punto prudente de un presidencialismo atenuado, morigerado en la próxima constitución. Es decir que la figura de la Presidencia de la República va a seguir existiendo, por supuesto, pero con menos competencias y facultades de las que tenemos hoy de manera de emparejar o equilibrar mejor el poder entre el Presidente de la República y el Congreso Nacional, a la vez de emparejar mejor el poder en lo que concierne al Gobierno central del país, digamos Santiago por decirlo de alguna manera geográfica, y las regiones y comunas del país. Las constituciones organizan poder, distribuyen poder, limitan poder, controlan al poder y en este caso esas cuatro cuestiones van a ser muy importantes, partiendo por la que acabo de decir: distribuir mejor el poder.

El martes venidero se tiene que elegir a la nueva mesa de la Convención. ¿Qué características cree que debe tener la futura cabecera que dirija el trabajo de los constituyentes?

Obviamente hay más piola para dos trompos porque lo que se elige es a un presidente o presidenta y vicepresidente. Lo que está claro es que la mesa en esos dos cargos va a ser nuevamente paritaria, lo cual está muy bien. Creo que es bueno para la convención que haya un relevo y que ojalá, esta es la expresión de un deseo, lo que cuente a la hora de elegir esos dos cargos más que la filiación política, los elegidos cuenten la formación que tengan, el carácter que tengan, las competencias o atributos personales que ostenten en términos de apertura al diálogo, de haber dado prueba de haber podido manejar un equipo tan grande como este de 155 personas. Yo le atribuyo más importancia a ese cuadro, formación y cualidades personales que a la filiación política. Pero no quiero ser ingenuo: finalmente se va a elegir por filiación política como el factor posiblemente dominante, lo cual tampoco es para rasgar vestiduras si lo que estamos haciendo ahí es un trabajo político. El resultado de nuestro trabajo se va a llamar, nuestra propuesta, Constitución Política de la República de Chile, de manera que no es de extrañar. Pero ojalá se observen bien las condiciones personales de quienes vamos a ejercer más que el sector político al cual responde. Eso es lo que espera la ciudadanía también. Sí hay personas muy calificadas que obviamente dan garantías de lo que viene por delante, que es más bien un enérgico y determinado trabajo de gestión de la Convención, porque nos quedan seis meses.

¿Esta Convención está trayendo aire fresco al país?

Una constitución es como un gran marco, un gran guion, una estrategia para que el país mejore en todos los sentidos en el día de mañana. El desarrollo de lo que se establezca en la nueva constitución va a corresponder a futuras autoridades. Nosotros los convencionales vamos a desaparecer el mismo día que entreguemos la propuesta de nueva constitución y van a ser los gobiernos del futuro con sus políticas públicas, el Poder Legislativo con sus leyes, los jueces con sus fallos, las autoridades administrativas nacionales y regionales, los alcaldes… o sea van a ser las autoridades las que van a tener que desarrollar la partitura constitucional. Ellos van a tener que interpretar al hilo de la partitura que será la nueva constitución la música constitucional del futuro. De manera que este proceso que para los constituyentes termina en julio de 2022, porque dejamos de ser constituyentes y la convención se disuelve, es a su vez un punto de partida para el país, porque ahí estará la constitución, pero va a ser necesario aplicarla. Utilizando el símil musical que acabo de ocupar, van a tener que las autoridades del país, pero también toda la sociedad chilena, ejecutar la nueva melodía constitucional para que la constitución, de un texto escrito se transforme en algo vivo.

¿Después de julio, vuelve a la docencia?

Es probable… pero también improbable. Disculpa la ambigüedad de la respuesta. Porque yo renuncié a la Universidad de Valparaíso donde yo he hecho toda mi carrera docente. Parte importante la he hecho también en la Universidad Diego Portales. Porque he llegado a una edad en que quiero, sobre todo después de este año intenso que será el de trabajo en la Convención, quiero dedicarme preferentemente a las dos actividades que más me gustan que son leer y escribir. Y en consecuencia creo que eso haré, pero combinado también con otras rutinas que he tenido que alterar muy fuertemente, por no decir abandonar durante estos meses: la rutina de pasar todas las mañanas un rato en un café, la rutina de ir a lo menos una vez a la semana al hipódromo en mi ciudad Viña del Mar, la rutina de encontrarme con amigos con mayor frecuencia… esas rutinas, esas pequeñas alegrías que en un trabajo como este yo diré, que no se ven erradicadas, pero se ven alteradas. Yo no puedo estar en un café todo el rato que querría todos los días en las mañanas de los días laborables ahora, no puedo ver todas las películas que querría ver, no puedo ir a las reuniones del hipódromo, de hecho, no estoy yendo. Quiero recuperar ese conjunto de rutinas apacibles, tranquilas, personales que no tienen nada de espectacular. Pero por sobre todo quiero recobrar lo que señalé antes: más tiempo para leer, porque eso siempre es lo primero, y después para escribir… si es que sale algo.

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