En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el sociólogo y analista político, Axel Callís, se refirió a la instalación del próximo gobierno que encabeza el Presidente electo Gabriel Boric, a partir de las cifras que entregó la encuesta Data Influye y que evaluó al próximo gabinete y las expectativas que existen en torno a la nueva administración.
Consultado por el periodista Claudio Medrano por las altas expectativas ciudadanas que están cifradas en el próximo gobierno, Callís sostuvo que “más allá de los números de la encuesta, hay una esperanza muy fuerte de un grupo importante de chilenos y chilenas muy parecido a lo que ocurrió en los 90. Hay un cambio de folio y un cambio de casa en términos de expectativas al decir que hay un recambio generacional y vienen otras personas y me sorprende la esperanza y proyección que existe respecto del pacto entre la ciudadanía y sus representantes”.
Para el analista, esto provoca que “los símbolos, las coreografías en términos de lo que hace el Presidente y su gente tengan una recepción bastante alta, lo cual siempre uno lo puede ver como un vaso medio lleno o un vaso medio vacío porque, evidentemente, para toda administración que está tomando el poder es bueno que tenga un respaldo importante de la ciudadanía, pero el problema es que eso también genera una presión dado que si no se cumple con las expectativas, gran parte de ese respaldo se transforma en desaprobación“.
Respecto de cuánto se podría extender esta llamada “luna de miel” entre el futuro gobierno y la ciudadanía, Axel Callís sostiene que “la situación es compleja porque el ambiente no está muy bueno. Hay una cierta crispación de un sector, no necesariamente de derecha, sino que gente que está en los extremos. Hay un interés bastante alto en extremar posiciones para obtener no solo ganancias, sino que también tratar de mermar el proceso constituyente”.
En esa línea, Callís agrega que “todo este ruido, más la alta percepción de descontrol que hay en términos de seguridad que se puede tomar la agenda de este año es es una mala noticia para el futuro gobierno de Gabriel Boric, porque esa es una agenda que no tiene solución. Se puede contener, administrar, regular, pero no son temas que se vayan a solucionar en los primeros meses y esa es una fragilidad que tiene la instalación de los primeros meses del gobierno de Boric que puede hacer que pierda la agenda de las transformaciones que ellos quieren encabezar”.
El sociólogo se refirió además a la instalación de figuras cercanas al Presidente electo y con una alta aprobación en las carteras del comité político del gobierno que suelen ser de las más complejas. Al respecto, Axel Callís valoró esta situación y aseguró que “me gusta que el poder real se refleje en el poder administrativo y político. La pregunta es si los muebles están en los salones a los cuales deberían estar destinados, eso es otra cosa, pero es un atributo muy positivo que las personas que tienen mayor influencia y mayor poder dentro del circulo de cercanía del Presidente tengan y den la cara en las mayores responsabilidades del gabinete”.
Esta situación contrasta con lo que se ha visto en la segunda mitad del gobierno del Presidente Sebastián Piñera, donde las figuras de mayor peso de la coalición han estado ausentes del comité político “Larroulet que fue ministro en el primer gobierno de Piñera después pasó a ser como el jefe de asesores. Ya llevamos como seis, siete cambios de gabinete en el gobierno de Sebastián Piñera y al final terminó con un gabinete muy debilitado, el ministro del Interior Rodrigo Delgado nunca logró ser un líder dentro del gabinete y tenemos el caso de Larroulet que nunca se puso al frente y eso da el resultado que tenemos con un gabinete híper debilitado y que pasará sin pena ni gloria y lo que ocurrió con Allamand es el mejor reflejo de aquello”.
Respecto del proceso constituyente y los cuestionamientos que han surgido en las últimas semanas al trabajo de la Convención Constitucional, Axel Callís advirtió que “es atendible que haya resistencia a los cambios después de una estructura de más de 150 años que se quiere cambiar, eso es normal, lo que no es normal es la cantidad de ideas que surgen o iniciativas que no tienen un sustento o que son ideas que hay gente que las califica de “disparatadas” o “locas” que no tengan que ver con las normativas actuales o que se aprueben, aunque sea en comisiones, ideas que no tendrán ningún tipo de apoyo dentro de los dos tercios, entonces, eso genera un combustible para que los poderes que van a ser cambiados tengan una batería de argumentos para decir que esto no se debería cambiar”.
Por lo mismo, Axel Callís sostiene que “el problema es que tenemos una nueva mesa que no comunica todo lo suficiente la pedagogía de lo que está haciendo la Convención y los alcances de las ideas que surgen de ahí. Yo echo mucho de menos una labor más intensa desde el punto de vista de la comunicación, tanto así que renunció la jefa de comunicaciones por las diferencias que tuvo con la mesa. Es peligroso que la Convención genere estos ruidos y que no se dediquen a comunicar. Tenemos un plebiscito de salida que no está para nada garantizado, entonces, estamos entrando en una etapa súper delicada con un déficit comunicacional bastante profundo”.