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Jorge Elbaum: “Rusia dijo basta a un país que le está mostrando la esvástica y que le está diciendo que va a poner puestos nucleares a cinco minutos de Moscú”

El analista sostuvo que la invasión rusa a Ucrania se debe a una agresión sistemática hacia la población ruso parlante con una guerra que comenzó en 2014 contra la región del Donbás y que tiene hasta ahora un saldo de 15 mil muertos. A eso se agrega la exacerbación de figuras que formaron parte del régimen nazi que en la última década han sido expuestos como héroes en la sociedad ucraniana.

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  Jueves 3 de marzo 2022 14:55 hrs. 
Jorge Elbaum

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Son más de mil años de historia los que unen a Rusia con Ucrania, naciones que tienen raíces conjuntas e incluso reconocidos representantes de la literatura como Anton Chejov y Nikolai Gogol como muestra de esa comunión. A ellos se suma el ex líder soviético, Nikita Jrushchov.

Y es que este vínculo se remonta al siglo IX cuando se formó el denominado Rus de Kiev que luego da paso al imperio ruso y posteriormente a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, con Ucrania como parte del grupo de naciones conformada por Vladimir Lenin luego de la revolución bolchevique de 1917.

A esto se suman elementos culturales y religiosos, al ser ambas poblaciones mayoritariamente seguidores de la Iglesia Ortodoxa.

Todo esto es parte de un elemento común a juicio del sociólogo y doctor en ciencias económicas argentino Jorge Elbaum, quien en conversación con el periodista Claudio Medrano en la primera edición de Radioanálisis comentó los aspectos que desembocaron en la invasión rusa contra Ucrania.

Para Elbaum hubo varios elementos que durante la última década se fueron sumando por parte de los ucranianos, quienes incluso prohibieron el ruso como lengua oficial en el país, sumado a la calificación de héroes a criminales de guerra nazi, destacados por grupos nacionalistas que comenzaron una persecución contra los ruso parlantes que dio inicio a la guerra contra la región del Donbas en 2014 y que tiene un saldo a la fecha de 15 mil muertos.

“Empezaron a discriminar a los ruso hablantes. Esto generó matanzas, algunas muy famosas y terribles en Crimea, en Odesa específicamente, donde se quemó a 30 personas vivas en el edificio de los sindicatos en 2014. Entonces empezó un conflicto entre los ruso hablantes y los ucranianos que se vinculó además con una historia de la Segunda Guerra Mundial”, indicó Elbaum.

Esta historia tiene que ver con la adhesión a las filas del ejército alemán de ucranianos que incluso llegaron a formar parte de las SS, organización paramilitar del partido nazi que dependía de uno de los más cercanos de Adolf Hitler, Heinrich Himmler.

Al respecto, Elbaum recuerda que “aparecen con mucha crueldad ucranianos que tuvieron un rol en esos cuatro años muy dolorosos, se convirtieron en referentes de los campos de exterminio, encargados de la persecución del Ejército Rojo, de los partisanos”.

El sociólogo indica que muchos de ellos “participaron de las columnas de las SS. Muchos de estos contingentes, son repelidos por el Ejército Rojo, pero otros sobrevivieron. Todos ellos se convirtieron en héroes de ciertos sectores de la Ucrania actual, que tienen, indudablemente, componentes fascistas que se expresan en la estigmatización de los rusos”.

Elbaum plantea además que en la Segunda Guerra Mundial la cifra de víctimas se eleva a los 60 millones de personas, la mitad de ellos rusos.

“El número que para Occidente, para América Latina es incomprensible, en Rusia es bien comprensible porque no hay nadie que no tenga un pariente que ha fallecido o ha sido muerto por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. La inquina con respecto a estos nacionalistas ucranianos quedó desde ese momento”, precisa el especialista.

En los últimos años, el señalamiento de héroes de estos criminales de guerra significó una acción que se puede considerar hasta provocadora por parte de Ucrania contra Rusia, colocando incluso monumentos de personajes como Stepan Bandera, uno de los colaboradores de los nazis durante el conflicto bélico de la primera mitad del siglo XX.

Monumento a Stepan Bandera en la ciudad ucraniana de Ternópil. Durante la última década se ha homenajeado por ultranacionalistas ucranianos a crminales de guerra nazis incluso colocando sus nombres en calles de Kiev y otras urbes del país.

Monumento a Stepan Bandera en la ciudad ucraniana de Ternópil. Durante la última década se ha homenajeado por ultranacionalistas ucranianos a criminales de guerra nazis, incluso colocando sus nombres en calles de Kiev y otras urbes del país.

Elbaum sostiene que luego de iniciado el conflicto en 2014, donde incluso se asesinó quemando vivas a 30 personas al interior de la sede de los sindicatos en Odesa, se alcanzó el denominado Acuerdo de Minsk. Pero el documento fue convertido en letra muerta por Ucrania que continuó con sus ataques a la zona del Donbas.

“En los Acuerdos de Minsk de 2015 se acordó la autonomía de estas áreas y de Crimea. La cuestión es que no fue respetado. Los paramilitares ucranianos, entre ellos el más famoso, el Batallón Azov, intervinieron,  lo cual termina en advertencias sistemáticas de Rusia que si seguían bombardeando o matando ruso hablantes en el Donbas, iba a contestar”, subraya Elbaum.

Al contrario, señala el sociólogo, “la contestación de Ucrania es nosotros vamos a ser parte de la OTAN y ustedes no van a poder meterse más acá. Ahí se entiende por qué Rusia dijo basta a un país que le está mostrando la esvástica desde el otro lado de la frontera y que le está diciendo que va a poner puestos nucleares a cinco minutos de Moscú”.

Respecto de la OTAN, Elbaum plantea que entre los acuerdos para la reunificación de Alemania se suscribió uno acuerdo con el entonces líder de la URSS, Mijail Gorbachov, de no ampliar la alianza e incluso en 1997 se planteó su disolución ante la desintegración de la órbita de naciones socialistas, de la propia Unión Soviética y del Pacto de Varsovia, que era el acuerdo militar que las reunía.

“Hay libros famosos como el de Kissinger de 2014, diciendo de que ninguna manera se podía provocar a Rusia, que había que dejar que se consolidara como un Estado capitalista nuevo y no amenazarla, sosteniendo que no hubiera una extensión de la OTAN. Y sin embargo la OTAN puso 15 países nuevos desde el ’97 hasta acá, todos rodeando a Rusia y el número 16, aparentemente, era Ucrania”, comenta.

Para Elbaum “Rusia tiene una sensibilidad muy fuerte respecto del tema del nazismo y es la primera potencia nuclear del mundo en términos relativos por la cantidad de ojivas nucleares. Ha visto lastimado su orgullo luego de la disolución de la Unión Soviética pero lo ha recompuesto de la mano de Putin, en el marco de una nueva organización de las fuerzas armadas y una consolidación de una sensibilidad histórica”.

El analista sostuvo además que la situación en Ucrania y por extensión a toda Europa y el mundo, “supone una reorganización del tablero geopolítico mundial, sobre todo en su aspecto de seguridad. Aquí hay tres grandes jugadores en el mundo que son EE.UU., China desde una perspectiva económica, comercial, tecnológica e incluso científica, y un tercer actor que se pone a esa altura diciendo ‘no voy a dejar de ser parte de este trípode mundial’ se llama Rusia. Es su regreso al debate mundial”.

Elbaum concluyó señalando que desde la perspectiva latinoamericana se debe observar con detención lo que está ocurriendo con las grandes potencias y su relación con los demás países del planeta.

“Esta reconfiguración debe llamar la atención en quienes creemos en niveles mayores de autonomía en América Latina, de soberanía e independencia para tener relaciones pragmáticas, inteligentes con todos los actores, pero que ninguno de ellos nos extorsione para tener relaciones con ellos. En ese sentido soy muy crítico del posicionamiento del electo Presidente de Chile de tomar una posición sin entender y conocer la historia de lo que ha sucedido y sobre todo de la persecución de ruso hablantes en los últimos años”, indicó.

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