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Ucrania teme bombardeo ruso a Odesa mientras interrumpe evacuación de civiles de Mariúpul

La evacuación de civiles del puerto ucraniano de Mariúpol -sitiado por tropas rusas- fue interrumpida anunció el domingo la Cruz Roja, mientras el presidente ucraniano advirtió que la estratégica ciudad de Odesa podría ser bombardeada.

RFI

  Domingo 6 de marzo 2022 14:33 hrs. 
Zelensky

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El ejército ucraniano informó por Facebook sus “principales esfuerzos están concentrados en defender la ciudad de Mariúpol”. Mariúpol -un puerto estratégico en el mar de Azov- ha estado varios días bajo intenso asedio ruso, sin electricidad, agua y alimento y varios intentos para evacuar a los civiles han tenido que ser suspendidos por las violaciones de ceses al fuego acordados.

La caída de este puerto marcaría un punto de inflexión en la guerra porque permitiría a Rusia unir las tropas que avanzan desde la península de Crimea -anexada por Moscú en 2014- con las fuerzas que penetran el país desde el Donbás, en el este. Este domingo las autoridades ucranianas de Mariúpol anunciaron que habían acordado con los rusos un alto al fuego y que iban a comenzar la “evacuación de la población civil” al mediodía (10H00 GMT).

Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que la evacuación fue “interrumpida”. El alcalde del puerto Vadim Boitchenko, indicó en una entrevista publicada en YouTube que “Mariúpol ya no existe” y que hay miles de heridos.

“Había cuerpos por todas partes”

Más al norte, en Kiev, los barrios obreros de las afueras, como Bucha e Irpin, ya están en la línea de fuego, y los últimos ataques aéreos convencieron a muchos residentes de que era la hora de huir. “Están bombardeando áreas residenciales, escuelas, iglesias, edificios, todo”, se lamentó la contable Natalia Didenko. En Bilohorodka, justo en las afueras de la capital, las tropas ucranianas colocaron explosivos en el último puente que permanece en pie para frenar la ofensiva rusa.

“Este es el último puente, lo vamos a defender y no vamos a dejar que lleguen a Kiev”, dijo un combatiente que se identificó como “Casper”. En Chernígov, una localidad cercana a la frontera con Bielorrusia y Rusia, decenas de civiles murieron.  “Había cuerpos por todas partes. Esperaban para entrar en la farmacia aquí, y están todos muertos”, contó a AFP un hombre que pidió ser identificado solo por su nombre, Serguéi, en medio del estruendo de las sirenas de alerta.

Periodistas de AFP observaron escenas de devastación en el lugar, pese a que Moscú insiste que no lanza ataques contra zonas civiles. Entretanto el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denunció que las tropas rusas se preparan para bombardear Odesa, el principal puerto de Ucrania, donde viven cerca de un millón de personas. “Será un crimen histórico”, declaró el mandatario ucraniano ante el avance de las tropas rusas por el sur del país. Poco después, Zelenski informó que los rusos destruyeron el aeropuerto de Vinnytsia, en el centro del país.

Ucrania pide aviones

Ucrania ha reiterado sus reclamos a Occidente para que aumente la asistencia militar incluyendo la entrega de aviones de combate. El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó que su país trabaja “activamente” en un plan con Polonia para entregarle aviones a los ucranianos. Países occidentales han enviado armas, municiones y recursos a Ucrania y la semana pasada Estados Unidos autorizó una entrega récord de material militar por 350 millones de dólares.

Pero los aliados de la OTAN han rechazado hasta ahora la petición de Ucrania de establecer una zona de exclusión aérea, para tratar de evitar una escalada imprevisible. El presidente ruso Vladimir Putin advirtió que si se establecía esa zona habría “consecuencias colosales y catastróficas no solo en Europa, sino en todo el mundo” ya que cualquier movimiento en esta dirección será considerado por Rusia como una “participación en el conflicto armado”.

Sanciones

En respuesta a la invasión cada día se alarga la lista de sanciones impuestas por Occidente y este fin de semana se sumó el anuncio de los gigantes de las tarjetas de crédito Visa y Mastercard suspenden sus operaciones en Rusia.  En un signo de que la estrategia comienza a sentirse en Rusia, el gobierno de Moscú anunció racionamiento ante la preocupación de que surja un mercado negro por el acaparamiento. Putin criticó las sanciones como “una forma de hacerle la guerra a Rusia”.

Como parte de la frenética actividad de la diplomacia, Zelenski anunció el domingo que habló por teléfono con el presidente estadounidense Joe Biden. Por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, habló una hora y 45 minutos con Putin. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan también intentó mediar con su homólogo ruso y le pidió un “alto el fuego general urgente”. Y el papa Francisco lanzó un llamado a instaurar “verdaderos corredores humanitarios” para ayudar a los civiles en Ucrania.

Diez días después de que comenzara la invasión 1,5 millones de personas han huido de Ucrania, según la ONU, que calificó el éxodo como “la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”. La guerra ya ha tenido consecuencias económicas no sólo para Rusia. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que sus impactos serían “tanto más devastadores” si se intensifica el conflicto. La principal consecuencia inmediata ha sido un alza del precio del petróleo, ya que Rusia es el tercer mayor exportador de crudo del mundo.

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