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Año XVI, 23 de abril de 2024


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Hernán Frigolett: “Hay que darle al país una estabilidad que no provenga de elementos fortuitos como el precio del cobre”

Al abordar la situación de los commodities en el mercado internacional, el economista consideró que el alza del precio del petróleo podría indicar el momento para acelerar la utilización de otras fuentes energéticas, como la solar.

Maria Luisa Cisternas

  Martes 8 de marzo 2022 18:21 hrs. 
Cobre 1

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Este lunes la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) reportó una buena noticia para la economía nacional y es que el precio del metal rojo registró en la Bolsa de Metales de Londres un alza de 2,52 por ciento, terminando en 4,867 dólares la libra y radicando en 10.730,0 dólares la tonelada. Un récord que superó la marca que alcanzó en mayo del año pasado en circunstancias que la libra de cobre llegó a 4,865 dólares. Con ese guarismo se coronó la tendencia alcista del principal producto de exportación del país y por la cual Codelco cerró el 2021 con excedentes de 7 mil 394 millones de dólares para el país.

No obstante, hay quienes han optado por no aventurarse a celebrar la cifra y es que las razones detrás del alza están estrechamente vinculadas con el conflicto bélico que se libra en Europa. En esa línea el futuro titular de la cartera fiscal, Mario Marcel, llamó a la mesura en cuanto se debe tener en cuenta que, al igual que el cobre, el valor del petróleo también ha ido al alza y en ese sentido reparó en que “tenemos un precio del petróleo que está alcanzando precios récords, entonces tenemos que ver cuál es el balance de estas dos cosas”.

Una afirmación similar fue la que manifestó el economista y académico de la Universidad de Santiago, Hernán Frigolett, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, quien aquilatando este escenario y proyectando su incidencia en la expectativa de crecimiento para el país, aseveró que el alza del precio del cobre es coyuntural, aún cuando desde el año pasado el precio del metal venía sobre los 4 dólares en promedio. 

“El precio de cobre está inscrito en un proceso de alza sistemática de la materia prima que se aceleró notablemente con el inicio del conflicto y una zona de guerra ya instalada muy cercana a Europa y con implicancias geopolíticas bastante profundas, sobre todo en el abastecimiento de petróleo y gas a Europa y eso está presionando muy fuerte el precio del petróleo. Y por el lado del conflicto, todo lo que tiene que ver con metales, entre ellos el cobre y el hierro, ha tenido efectos sobre el precio en bolsa, que es el que rige en la mayor parte de los contratos a nivel mundial. Han ido al alza, entonces estamos en una situación en la cual está ligado al conflicto el comportamiento de los precios y no otros procesos que podrían haber sido de mayor largo plazo, si es que hubiésemos tenido un proceso de normalización de la demanda mundial asociada a un proceso de crecimiento normalizado en la mayor parte de los países y economías mundiales”, sostuvo.

El economista indicó que en términos generales, el alza es beneficiosa para las arcas del país, ya que los aportes del cobre representan alrededor del 15 por ciento del PIB generando importantes ingresos producto que Codelco paga el doble de los impuestos que el resto de la economía. Además, por el lado de la minería privada también hay una mayor recaudación por el impuesto específico y el impuesto a la renta, aunque adelantó que “ésta no es una situación que podamos prever que se va a mantener en el mediano plazo”.

Hernán Frigolett.

Hernán Frigolett.

Por lo tanto todo lo que tenga que ver con el plan tributario del próximo gobierno probablemente se verá alterado en los timings pero no en el fondo, en términos de darle al país una estabilidad mayor en la recaudación que provenga de elementos que no sean fortuitos como el precio del cobre”, consideró.

Por otro lado, el alza del precio del petróleo es un aspecto complejo para el país en la medida que los hidrocarburos siguen siendo muy relevantes desde el punto de vista el abastecimiento energético, lo que genera “presiones de segunda vuelta”, señaló el académico de la Usach, considerando que tanto el transporte camionero como la estructura de generación de electricidad, son muy dependientes del Diesel. Así las cosas, consideró que el escenario puede subsanarse desde la iniciativa internacional para evitar una recesión generalizada.

“Un precio tan alto del petróleo puede generar una recesión internacional y en ese sentido a los países productores de petróleo, que son los países de la OPEP, que están hoy por hoy fuera del conflicto y que habían estado lidiando en términos de rearticular su cartel e imponiendo cuotas para justamente tener precios que fueran más altos. Lo que les conviene es tener un precio alto, pero no tan alto para generar una recesión a nivel mundial sobre todo en Europa y Estados Unidos que vienen saliendo de un síntoma recesivo profundo asociado a la pandemia, entonces yo creo que en el corto plazo vamos a tener noticias importantes del punto de vista de los países de la OPEP donde van a aumentar las cuotas y van a tratar de intervenir y evitar que el precio escale y se mantenga por sobre los 100 dólares. Por ese lado creo que podemos tener noticias en el corto plazo que sean benignas para nuestra economía. Si eso no se produce vamos a tener un impacto inflacionario importante porque somos muy dependientes de ese commodity llamado petróleo”, señaló.

En ese sentido, consideró que desde el punto de vista de la política económica, modificar la estructura del impuesto específico al combustible, tal como lo tiene contemplado el futuro gobierno, se ve difícil en el corto plazo, pese a que este contexto en que los hidrocarburos están al alza, se traducen a una paradoja en la medida que “hace más rentable las otras fuentes energéticas más alternativas que hoy por hoy van ganando competitividad de forma exógena”, señaló Frigolett.

De todas formas consideró que a mediano plazo el aumento al impuesto de los combustibles puede considerarse seriamente, sobre todo porque, “si se mantienen los precios de los hidrocarburos elevados, a lo mejor va a ser el momento de entrar a incentivar y acelerar la puesta en marcha de otras fuentes energéticas. Principalmente estamos hablando de todo lo que tenga que ver con energía solar, de instalarla con mayor fuerza como un proveedor importante en nuestra matriz energética en los próximos cuatro, cinco años”.

En otras coyunturas de la economía nacional, Frigolett abordó la variación del 0,3 por ciento que registró el IPC durante febrero, la que fue valorada positivamente en cuanto se sitúo por debajo de las expectativas que mantenía el mercado. Al respecto el economista consideró que, si bien la cifra es “en algo tranquilizadora”, sostuvo que la situación promedio del punto de vista inflacionario en el país, no ha cambiado nada. 

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“Si vamos viendo el promedio del año, el 1,2 de enero más el 0,3 de ahora de febrero, nos da un 1,5. O sea todavía estamos con un IPC que en promedio está subiendo en torno al 0,7 y si vemos eso proyectado en términos anualizados nos da que todavía la economía está enclavada en una inflación en torno al 8 por ciento y en el IPC de febrero, el efecto que tuvimos del alza de algunos commodities todavía no está reflejado así que tenemos que ver cómo la guerra va a impactar en marzo en algunos elementos importantes y lo otro que tenemos que entrar a revisar y en el que el próximo gobierno probablemente tendrá que gastar muchas energías iniciales tiene que ver con toda la estructura de tarifas eléctricas que recordemos están congeladas y obviamente eso requiere de un trabajo bien mancomunado entre el sector energético y el gobierno para evitar justamente que los movimientos de tarifa en ese sector repercutan fuertemente en el IPC”.

Con todos esos factores sobre la mesa, una nueva alza de la tasa de política monetaria de parte del Banco Central está lejos de ser recomendable en cuanto su efectividad sería a “medias tintas”, sostuvo el economista, sobre todo porque el componente externo del proceso inflacionario ha cobrado mayor relevancia y proviene de rubros que dejan al país con pocas opciones más que la de “absorber el shock del precio internacional”.

“La política del Banco Central es bastante estéril en ese sentido y estamos viendo ya que el efecto de incremento de las tasas, más la incertidumbre política que hay, la incertidumbre de política internacional que se viene a adicionar, está haciendo que la tasa de interés este constituyéndose en un freno importante en la inversión, sobre todo en el sector hipotecario y todo lo que tiene que ver con inversión inmobiliaria. Entonces eso también nos va generando un paño recesivo en un elemento importante de la demanda agregada de nuestro país”.

Por otro lado agregó que “todavía tenemos una situación de empleo que está bastante estancada. La creación de empleo en los meses pasados ha sido bastante débil y por lo tanto, desde el punto de vista del consumo, tenemos que por el lado de los ingresos más autónomos, asociado al empleo y a las remuneraciones, hay un estancamiento y la política del Central ha hecho que el crédito de consumo también se vea notablemente encarecido y por ahí también estamos teniendo un impacto del punto de vista de otro elemento importante de la demanda agregada”. 

Es por esto que Frigolett consideró que la situación no es tan simple para el Central y que “va tener que meditar bastante bien el timing con el cual va a ir actuando para tratar de morigerar las presiones inflacionarias que no sean atribuibles a fuentes externas”.

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