Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


Escritorio

¿La Naturaleza seguirá estando muda en la nueva constitución de Chile?

Columna de opinión por Andrés Kogan Valderrama
Domingo 13 de marzo 2022 9:37 hrs.


Compartir en

Con preocupación se puede leer lo que pasó recientemente en la Convención Constitucional de Chile, luego de la votación en el pleno del primer informe de la Comisión de Medio Ambiente, Derechos de la Naturaleza, Bienes Naturales Comunes y Modelo Económico, en la cual sólo se aprobaron seis artículos para ser parte de la nueva carta magna del país. (1).

Si bien los artículos que se aprobaron (Crisis climática y ecológica, Deberes del Estado con la Naturaleza, Derechos de los animales no humanos, Derecho de participación ambiental y Derecho de acceso a la información ambiental) son un avance enorme con respecto a las constituciones pasadas, al plantear una preocupación explícita del Estado de Chile con respecto al cuidado de la Naturaleza, sigue siendo insuficiente para alejarse de una mirada antropocéntrica y eurocéntrica del mundo.

De ahí que varios de los artículos que quedaron fuera de aprobarse, posibilitan un giro ecocéntrico y descolonizador de parte del Estado de Chile, que fuera más allá de la mirada occidental sobre la Naturaleza, la cual la ha visto históricamente de manera pasiva, externa y como un mero recurso natural para explotar y cubrir necesidades humanas ilimitadas, dentro de un planeta con límites finitos.

El caso del rechazo del artículo 4 por ejemplo, referido al Reconocimiento y Protección de los Derechos de la Naturaleza, y que plantea una diversidad de concepciones sobre la Naturaleza misma (Mapu, Pacha Mama, Pat’ta, Hoiri, Jáu, Marremén), preexistentes al Estado mismo, nos muestra el rechazo a una propuesta pluriversal, al entender la Naturaleza desde solo un punto de vista (2).

No es casualidad por tanto, que se rechace el artículo 26 sobre Principios Ambientales, en donde se plantea una interdependencia entre todos los componentes de la Naturaleza, incluido el humano, lo que choca obviamente con el relato de la modernidad, el cual separó radicalmente naturaleza y cultura.

En lo que respecta a Medioambiente y Bienes Comunes Naturales, es grave que se hayan rechazado todos los artículos (del 12 al 19), ya que defender una Naturaleza en abstracto, sin proteger de manera irrestricta algunos de sus componentes básicos, como lo son el aire, los glaciares, la criósfera, el fondo marino o la alta montaña, solo servirá para que el extractivismo se fortalezca más aún y que los territorios sigan siendo colonizados.

Asimismo, es muy lamentable  que se haya rechazado también el artículo 22, referido a la Biodiversidad, en donde el Estado se compromete a proteger, restaurar y conservar sus vínculos ecosistémicos, lo que cerraba la puerta a que el negocio forestal, minero, agroalimentario y energético se siga expandiendo descontroladamente en el país

En consecuencia, la lista de artículos rechazados es larga y en muchos otros ámbitos también (Construcción en armonía con la vida, Democracia Ecológica y Plurinacional, Gestión de Residuos), lo que nos lleva a reflexionar si realmente tendremos o no una constitución ecológica, que haga frente a la crisis civilizatoria que nos encontramos.

Se podrá decir que buena parte de estos artículos rechazados, serán nuevamente discutidos y presentados para ser votados de manera general en el pleno de la Convención Constitucional, pero no será fácil, dado lo transformador que puede ser esta comisión, la cual lo que está poniendo en cuestión finalmente, es el modelo económico insostenible que existe en Chile, intentando así descolonizar la idea que tenemos de Naturaleza.

Por lo mismo, el mundo más conservador del país ha señalado que lo planteado por la comisión de Medio Ambiente es maximalista y proveniente de un ecologismo radical, escondiendo así su terror de que por primera vez en la historia de Chile, la Naturaleza deje de ser una mercancía y el cuidado de la vida se ponga en el centro a nivel constitucional, por sobre la propiedad privada.

Frente a esto, se hace imposible no nombrar todo el trabajo que ha estado haciendo la bancada Eco Constituyente, en donde nombres como Camila Zárate, Alvin Saldaña, Elisa Giustinianovich, Bastián Labbe, Vanessa Hoppe, Fernando Salinas, Constanza San Juan, Manuela Royo, entre muchas y muchos otros, así como todas las organizaciones existentes del movimiento socioambiental en Chile, han empujado para tener esta discusión en la Convención Constitucional.

No hay que olvidar que los ojos del mundo están en Chile, como se vio reflejado con la visita y reunión de la Delegación Latinoamericana por los Derechos de la Naturaleza con la bancada Eco Constituyente, en la cual estuvieron presente grandes referentes del campo socioambiental regional como lo son Alberto Acosta, Pablo Solón, Natalia Green, Enrique Viale, Elizabeth Bravo y Esperanza Martínez.

Por todo lo señalado anteriormente, esperemos que se revierta la primera votación del informe de la comisión de Medio Ambiente, y que la Naturaleza en Chile, al igual que en Ecuador en el año 2008, deje de estar muda, como bien planteó Eduardo Galeano, un poco antes que la Constitución de Montecristi fuera la primera en el mundo en declarar los Derechos de la Naturaleza (3).

1:https://www.chileconvencion.cl/news_cconstitucional/deberes-del-estado-con-la-crisis-climatica-entraran-al-borrador-de-nueva-constitucion/
2:https://interferencia.cl/articulos/estos-son-los-articulos-de-la-comision-de-medioambiente-que-el-pleno-vota-en-general-esta
3:https://www.servindi.org/actualidad-noticias/09/07/2018/la-naturaleza-no-es-muda

 

Andrés Kogan Valderrama
Sociólogo
Diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable
Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea
Con cursos de Doctorado en Estudios Sociales de América Latina
Profesional de la Municipalidad de Ñuñoa
Integrante de Comité Científico de Revista Iberoamérica Social
Director del Observatorio Plurinacional de Aguas www.oplas.org

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.