Monumental vitral elaborado con cera de abeja se expone en antigua capilla de Montecarmelo
Setecientos cincuenta bloques de cera de abeja dan vida a un gran vitral realizado por la artista Paz Lira, interpretando la antigua técnica de la encáustica. La obra estará situada en la capilla del centro cultural, antiguo convento y colegio de las monjas carmelitas de Santa Teresa.
Diario Uchile
Lunes 14 de marzo 2022 10:22 hrs.
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Extrayendo cera de abeja de panales en desuso, la artista Paz Lira elabora las piezas que un vitral de ocho metros de superficie, situado en el arco ojival de la centenaria capilla de dicho lugar. Esta, edificada por mandato de las monjas en 1896, dio vida al monasterio que utilizaron como casa y colegio, en su labor religiosa de educar a niñas de escasos recursos que vivían en el sector hasta 1987.
La encáustica -que da nombre a esta instalación- es una antigua técnica utilizada por diversas civilizaciones, que mezclaban cera de abeja con pigmentos naturales para realizar obras bidimensionales, una especie de pintura de la época. Lira se inspira en este proceso, fundiendo la cera y uniéndola con distintas cantidades de parafina para producir una amplia paleta de colores y crear bloques de 20×20 cms. ordenados a modo de vitral.
El silencio y la ceremoniosidad, que aún guarda en sus paredes este antiguo espacio consagrado a la reflexión espiritual, resulta el lugar idóneo para instalar un gran vitral que conversa con los que aún se encuentran en la capilla.
En Encáustica, la luz se filtra a través de los bloques de cera. Así, jugando con lo claro y lo oscuro, la artista cubre el espacio del altar con un vitral de tonos marrones, propio de la austeridad carmelita. El conjunto de la obra reflexiona sobre la permanente búsqueda del ser humano y sus múltiples respuestas. En ella, Lira ofrece su visión personal y plástica al respecto: ilumina un vitral que esconde lo sagrado, resignificando la espiritualidad en una capilla desacralizada.
La cera extraída para crear la obra perteneció a los 450 panales que utilizó para hacer su premiada exposiciónTransparencia Sonoraen el Museo de Bellas Artes. Siguiendo esta misma línea, la artista vuelve a reflexionar sobre el importante rol de las abejas en el ecosistema y su posible extinción, retratando la capacidad del ser humano para destruir la naturaleza. En palabras del crítico Waldemar Sommer, la obra de Lira siempre vuelve a “la belleza posible del deterioro, químico y físico de la materia”, constituyendo el fundamento teórico de sus trabajos.
Paz Lira Campino nació el 26 de febrero de 1955 en Santiago, Chile. Entre 1974 y 1977 estudió Licenciatura en Arte con mención en Pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Además, fue alumna particular de fotografía de Enrique Zamudio.
Su obra, vinculada a la pintura, el grabado y la instalación, explora principalmente temas relacionados con el paisaje y la naturaleza por medio de la recolección de diversas formas, colores, texturas y materialidades.
Destacan sus últimos trabajos realizados en formatos monumentales, donde experimenta con materiales de desecho orgánico que reflexionan sobre la reacción de la materia frente al paso del tiempo, como en las exposiciones: Transparencia Sonora (2017), Trastocado silencio (2012), Memoria del agua (2007) y Palimpsesto (2003), exhibidas en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Extrayendo cera de abeja de panales en desuso, la artista Paz Lira elabora las piezas que un vitral de ocho metros de superficie, situado en el arco ojival de la centenaria capilla de dicho lugar. Esta, edificada por mandato de las monjas en 1896, dio vida al monasterio que utilizaron como casa y colegio, en su labor religiosa de educar a niñas de escasos recursos que vivían en el sector hasta 1987.
La encáustica -que da nombre a esta instalación- es una antigua técnica utilizada por diversas civilizaciones, que mezclaban cera de abeja con pigmentos naturales para realizar obras bidimensionales, una especie de pintura de la época. Lira se inspira en este proceso, fundiendo la cera y uniéndola con distintas cantidades de parafina para producir una amplia paleta de colores y crear bloques de 20×20 cms. ordenados a modo de vitral.
El silencio y la ceremoniosidad, que aún guarda en sus paredes este antiguo espacio consagrado a la reflexión espiritual, resulta el lugar idóneo para instalar un gran vitral que conversa con los que aún se encuentran en la capilla.
En Encáustica, la luz se filtra a través de los bloques de cera. Así, jugando con lo claro y lo oscuro, la artista cubre el espacio del altar con un vitral de tonos marrones, propio de la austeridad carmelita. El conjunto de la obra reflexiona sobre la permanente búsqueda del ser humano y sus múltiples respuestas. En ella, Lira ofrece su visión personal y plástica al respecto: ilumina un vitral que esconde lo sagrado, resignificando la espiritualidad en una capilla desacralizada.
La cera extraída para crear la obra perteneció a los 450 panales que utilizó para hacer su premiada exposiciónTransparencia Sonoraen el Museo de Bellas Artes. Siguiendo esta misma línea, la artista vuelve a reflexionar sobre el importante rol de las abejas en el ecosistema y su posible extinción, retratando la capacidad del ser humano para destruir la naturaleza. En palabras del crítico Waldemar Sommer, la obra de Lira siempre vuelve a “la belleza posible del deterioro, químico y físico de la materia”, constituyendo el fundamento teórico de sus trabajos.
Paz Lira Campino nació el 26 de febrero de 1955 en Santiago, Chile. Entre 1974 y 1977 estudió Licenciatura en Arte con mención en Pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Además, fue alumna particular de fotografía de Enrique Zamudio.
Su obra, vinculada a la pintura, el grabado y la instalación, explora principalmente temas relacionados con el paisaje y la naturaleza por medio de la recolección de diversas formas, colores, texturas y materialidades.
Destacan sus últimos trabajos realizados en formatos monumentales, donde experimenta con materiales de desecho orgánico que reflexionan sobre la reacción de la materia frente al paso del tiempo, como en las exposiciones: Transparencia Sonora (2017), Trastocado silencio (2012), Memoria del agua (2007) y Palimpsesto (2003), exhibidas en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Extrayendo cera de abeja de panales en desuso, la artista Paz Lira elabora las piezas que un vitral de ocho metros de superficie, situado en el arco ojival de la centenaria capilla de dicho lugar. Esta, edificada por mandato de las monjas en 1896, dio vida al monasterio que utilizaron como casa y colegio, en su labor religiosa de educar a niñas de escasos recursos que vivían en el sector hasta 1987.
La encáustica -que da nombre a esta instalación- es una antigua técnica utilizada por diversas civilizaciones, que mezclaban cera de abeja con pigmentos naturales para realizar obras bidimensionales, una especie de pintura de la época. Lira se inspira en este proceso, fundiendo la cera y uniéndola con distintas cantidades de parafina para producir una amplia paleta de colores y crear bloques de 20×20 cms. ordenados a modo de vitral.
El silencio y la ceremoniosidad, que aún guarda en sus paredes este antiguo espacio consagrado a la reflexión espiritual, resulta el lugar idóneo para instalar un gran vitral que conversa con los que aún se encuentran en la capilla.
En Encáustica, la luz se filtra a través de los bloques de cera. Así, jugando con lo claro y lo oscuro, la artista cubre el espacio del altar con un vitral de tonos marrones, propio de la austeridad carmelita. El conjunto de la obra reflexiona sobre la permanente búsqueda del ser humano y sus múltiples respuestas. En ella, Lira ofrece su visión personal y plástica al respecto: ilumina un vitral que esconde lo sagrado, resignificando la espiritualidad en una capilla desacralizada.
La cera extraída para crear la obra perteneció a los 450 panales que utilizó para hacer su premiada exposiciónTransparencia Sonoraen el Museo de Bellas Artes. Siguiendo esta misma línea, la artista vuelve a reflexionar sobre el importante rol de las abejas en el ecosistema y su posible extinción, retratando la capacidad del ser humano para destruir la naturaleza. En palabras del crítico Waldemar Sommer, la obra de Lira siempre vuelve a “la belleza posible del deterioro, químico y físico de la materia”, constituyendo el fundamento teórico de sus trabajos.
Paz Lira Campino nació el 26 de febrero de 1955 en Santiago, Chile. Entre 1974 y 1977 estudió Licenciatura en Arte con mención en Pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Además, fue alumna particular de fotografía de Enrique Zamudio.
Su obra, vinculada a la pintura, el grabado y la instalación, explora principalmente temas relacionados con el paisaje y la naturaleza por medio de la recolección de diversas formas, colores, texturas y materialidades.
Destacan sus últimos trabajos realizados en formatos monumentales, donde experimenta con materiales de desecho orgánico que reflexionan sobre la reacción de la materia frente al paso del tiempo, como en las exposiciones: Transparencia Sonora (2017), Trastocado silencio (2012), Memoria del agua (2007) y Palimpsesto (2003), exhibidas en el Museo Nacional de Bellas Artes.
