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Beatriz Aurora Castedo, artista visual: “Ya abrimos los ojos. Ahora nos vamos a levantar y nos vamos a reconstruir en grande”

La ilustradora radicada en México llegó a Chile para participar en una nueva exposición del Museo de la Solidaridad Salvador en Allende. En ella presenta 15 obras que dan cuenta de su trabajo y sus búsquedas artísticas y reivindicativas.

Abril Becerra

  Sábado 9 de abril 2022 10:18 hrs. 
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La artista visual Beatriz Aurora Castedo (66) se muestra entusiasmada. La última vez que visitó Chile fue hace poco más de dos años, coincidiendo con la revuelta de 2019. Ese despertar dejó huella tanto en su vida como en su obra. Por ello, hoy no puede sino sentirse contenta al ver cómo el país se ha ido sacudiendo las telarañas de la posdictadura y cómo una nueva generación se ha puesto a la cabeza de esta transformación social, política y cultural. 

Para ella, el lema del “Chile despertó” es acertadísimo. “Es el renacimiento”, comenta. “Ya abrimos los ojos. Ahora nos vamos a levantar y nos vamos a reconstruir en grande, y la forma de hacerlo no es con política, no es con economía. Es con arte, cultura, ciencia y creatividad”, dice la ilustradora radicada en México. 

Y con un tono cargado de vitalidad y alegría afirma: “Estamos en un ciclo de crear un mundo nuevo. Los jóvenes pusieron en evidencia la porquería de sistema que teníamos. Ese mundo ya no sirve y vamos a hacer otro. Nunca se vio con tanta evidencia que este sistema lo único que hace es destruir la tierra, el aire, las plantas, el ser humano. El sistema es una máquina trituradora de vida. Por eso es que la consigna del ‘Chile despertó’ no podría tener mejor nombre”.

Beatriz Aurora Castedo nació en Santiago y es hija de exiliados españoles tras la Guerra Civil. De formación autodidacta, la artista visual ha estado vinculada, desde muy joven, a la lucha de los pueblos. Fue integrante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y, durante dictadura, fue secuestrada por el servicio de inteligencia de la Fuerza Aérea de Chile. “Estuve 10 días desaparecida y salí con vida gracias a la solidaridad internacional y a mi doble nacionalidad chileno-española”, comentaría en más de una oportunidad. 

Hoy, la dibujante regresa a Chile para participar en la muestra En la selva hay mucho por hacer, que curada por la socióloga María Berríos, celebra los 50 años del Museo de la Solidaridad Salvador Allende. En esta exposición y de la mano de artistas como Gracia Barrios, Francisco Brugnoli, Luz Donoso, Santos Chávez, Teresa Gazitúa y Guillermo Núñez, entre muchos otros, la ilustradora presenta 15 obras que dan cuenta de su trabajo y sus búsquedas artísticas y reivindicativas.

Una de estas obras ilustra el apoyo del pueblo al presidente Salvador Allende. Otro trabajo tiene que ver con las movilizaciones estudiantiles de 2011, mientras que un tercero guarda relación con la defensa de la pesca artesanal. El ciclo cierra con Chile despertó, dibujo que surgió al alero de las recientes movilizaciones y que expone las múltiples demandas de la ciudadanía. 

“El ‘Chile despertó’ fue una versión en grande de lo que viví en el gobierno de la Unidad Popular. Yo tenía 14 años cuando ganó Allende, 17 para el golpe y 18 cuando me secuestró la Fuerza Aérea y desaparecieron y mataron a casi todos mis compañeros. En esa época, yo pasaba en manifestaciones, bombas lacrimógenas. Todo eso que veía ahora, yo ya lo había vivido. Entonces, como que la vida dio la vuelta. El ‘Chile despertó’ cerró el círculo que se inició en el ‘70 con el triunfo de Allende”, comenta. 

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“Chile despertó”.

Para ti, ¿qué significa regresar a Chile y participar en esta muestra del Museo de la Solidaridad Salvador Allende? 

Es tan fuerte que no encontraría palabras para describirlo, por el momento que vive Chile. Todo está despertando y todo se está removiendo y no sólo en Chile, en todo el mundo y en cada persona. ¡Me encanta! Hace un rato estoy sintiendo que Chile me llama, me mueve. Cada vez que oigo la música digo, es que no puedo no estar en mi pueblo. Entonces, estoy recobrando mi pueblo, mi historia, mi cultura, mi música, mis colores, mis olores. Es una emoción enorme. También siento que el mundo nuevo, por el cual toda mi vida he luchado y lucharon mis padres, viene de sur a norte. Y, como Chile es el país que está más al sur del planeta, pues viene de aquí. 

Tú creaste una obra dedicada al estallido social, ¿qué te pasó a ti, en lo personal, cuando te topaste con esta movilización que iba en escalada?

Si, ese es mi último cuadro. Lo finalicé hace poquito, porque lo quería terminar antes de las elecciones para aportar mi grano de arena y ahora es mi aporte a la exposición. Lo disfruté muchísimo, porque traté de tomar la síntesis de las pancartas, la esencia del movimiento, con la particularidad que esta es la primera vez que le doy voz a los animales, porque ellos son parte de esto. Son víctimas al igual que nosotros. Y fue fantástico, porque los chilenos no se han dado cuenta: no fue un estallido, fue una revolución. Ustedes, han cambiado todo, empezando por la vibra, la buena onda. El “Chile despertó” es, después del zapatismo, el movimiento social, cultural, democrático, artístico, más importante de valor universal del planeta tierra. Los chilenos no terminan de darse cuenta. No es una revuelta, es una revolución. Han sentado las bases para un mundo nuevo como nunca antes. Sólo se compara con el levantamiento zapatista, porque el “Chile despertó” no es posible sin el antecedente zapatista que manda al carajo a los partidos políticos, la forma de hacer política y lo hace todo con cultura, con alegría, con positividad. Es fantástico, estoy súper emocionada. 

Hay una obra tuya, del 99, que se llama Construyendo un mundo nuevo. ¿Cómo se relaciona con este Chile despertó? 

Esa es la obra en que el mundo está al revés y Chile empieza arriba. Son demasiadas coincidencias. Soy yo con mi hija en la espalda. Es que el mundo nuevo es el mundo al revés. No hay mayor expresión del caos que el sistema capitalista. Sale a la calle. Eso es el caos. Eso es lo que he sentido ahora que llegué a Chile. La expresión máxima del caos es el salir a la calle: un tráfico catastrófico, un tráfico violento, todos te tratan de engañar, está sucio, contaminado. Esa es la esencia del capitalismo hoy. Y, ¿sabes cuál es la máxima expresión del orden? El anarquismo. El anarquismo verdadero, no lo que dice la prensa, porque no tomas más de lo que necesitas, vivimos en armonía entre nosotros. 

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“Construyendo un mundo nuevo”.

Tú también te has relacionado fuertemente al zapatismo, ¿cómo se dio ese vínculo? 

Fue genial cuando aparecieron los zapatistas. Llegaron justo en el momento en que se había derrumbado la Unión Soviética y mi organización se había dividido. El panorama era súper negro. Entonces, me propuse hacer un cuadro para difundir su historia, su lucha y que sirviera para juntar plata y enviárselas. Cuando lo terminé, encontré a una persona que me prestó plata para hacerlos afiches y llevárselos. Esa misma persona tenía contacto con el obispo de San Cristóbal de las Casas. Esto fue para los diálogos de paz con el gobierno. Y fuimos. Se hizo el diálogo y nos colamos en los autos zapatistas que iban a la selva. Entonces, le mandé una carta al responsable de la comunidad, diciendo que era una pintora chilena y que estaba interesada en conocerlos. Allí llegó el subcomandante insurgente Moisés, que es hoy el vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Fue la noche más maravillosa de la vida. El cielo estaba blanco de estrellas y por eso mis cuadros están siempre llenos de estrellas. En cada estrella hay un compañero, un ser humano que ha luchado por la vida, por un mundo mejor. Son nuestros compañeros caídos en el “Chile despertó”, en la lucha chilena, en todas las luchas del mundo. 

¿Qué encontraste ahí que también decides quedarte en México y nacionalizarte mexicana?

En México volví a encontrar pueblo, que era lo que había perdido cuando me echaron de Chile, porque cuando te echan de un país pierdes todo: tu identidad, tu alma. Es todo y no perteneces a ninguna parte. Eres un individuo dando tumbos por el planeta pero en México empecé a encontrar al pueblo y hacer lo mío y es un pueblo impresionante. Tiene una intensidad cultural maravillosa, por eso me quedé y me hice mexicana. Y con el zapatismo no solo encontré pueblo, sino que encontré un pueblo súper organizado, genial, súper creativo, que cuida a su gente, cosa que no hicieron las organizaciones de nuestra generación. A nosotros nos mandaban a morir y lo primero que hacen los zapatistas es decir cuídate, te queremos, no te expongas. Eso para mi fue nuevo. Aquí estaba la compañera con sus tres bebés, lavando ropa, cocinando. La vida misma todo el tiempo. Son un ejército de vida para la vida y cuyo horizonte es desaparecer como tal y que nunca sea necesario ningún tipo de ejército. En cambio, nosotros al revés, buscábamos tomar el poder y ser más fuertes y tener aún más poder. 

El secuestro que viviste en dictadura, ¿cómo marcó tu rumbo como artista? 

Marcó mi vida porque siempre sientes que tienes un deber con tu historia, con tus compañeros caídos, de esclarecer la verdad y continuar por la lucha dieron, que es un mundo mejor. Entonces, si bien yo empecé a pintar mucho, porque no tenía plata para comprar cuadros y decorar mis paredes, con el zapatismo dije: voy a usar mi pintura como forma de lucha por un mundo mejor. Eso fue con los zapatistas y ha funcionado fantástico. Pero me hice pintora porque o pintaba o me moría de hambre.  

¿Cuál es el cuadro que hoy te gustaría pintar? 

El próximo es mapuche, sobre los pueblos originarios de Chile, sus tradiciones, sus instrumentos musicales. Allá voy y no voy a parar hasta que quede maravilloso, porque la riqueza de los pueblos es lo único que puede hacer que avancemos.

Créditos imagen principal: Museo de la Solidaridad Salvador Allende. 
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