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El otro lado de la gira presidencial: el “lavado verde” de Canadá sobre su minería contaminante

Una larga lista de denuncias por contaminación y daño medioambiental acumulan las mineras canadienses en Chile. La organización Mining Watch las acusa de "violar la autodeterminación indígena, cometer crímenes ambientales y evadir impuestos".

Joana Carvalho

  Martes 7 de junio 2022 19:05 hrs. 
Chile Canadá

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En la jornada de ayer el presidente Gabriel Boric fue consultado por el comportamiento de las empresas mineras canadienses en Chile, a lo que el mandatario declaró que anteriormente le había manifestado al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que espera que las compañías canadienses se “comporten en Chile como si estuvieran en Canadá”.

Los dichos produjeron una inmediata reacción de la organización Mining Watch Canadá, la cual se dedica desde 1999 a escrutar el comportamiento de la industria minera canadiense en el país norteamericano y en el exterior. La agrupación acusó a las mineras de violar la autodeterminación indígena, cometer crímenes ambientales y evadir impuestos.

La lista de proyectos mineros canadienses acusados de contaminar en Chile es larga. Por nombrar solo algunos: Barrick Gold en Pascua Lama, Kinross-Maricunga en Laguna del Negro Francisco y Laguna Santa Rosa (sitios Ramsar), Teck en Carmen de Andacollo, Teck en Quebrada Blanca, Andes Copper-Vizcachitas en Putaendo, Aclara Resources en Penco y Trimetals Mining en el glaciar Argüelles del Cajón del Maipo, entre otros.

Cabe destacar que en el territorio nacional, específicamente en la Región de Atacama, ya se han clausurado proyectos mineros canadienses por el impacto medioambiental que causaban en la zona. Por ejemplo, en el 2018 el Tribunal Ambiental confirmó la clausura y cierre definitivo de la mina Pascua Lama de la Compañía Minera Nevada SpA, una filial de la minera canadiense Barrick Gold Corporation, principalmente debido al incumplimiento de los compromisos relacionados al plan de monitoreo de glaciares, los cuales se vieron contaminados mientras la minera estuvo activa.

La representante de Mining Watch Canadá para América Latina, Kirsten Francescone, manifestó que actualmente las empresas mineras de su país se amparan en la política pública voluntaria llamada “Hacia una minería sustentable”, la cual no implica ninguna regulación legislativa y solo estipula una serie de metas de sostenibilidad de muy bajo estándar para la operación minera.

La dirigenta sostuvo que este modelo ha sido promovido por el gobierno de Canadá y lo han adoptado diferentes cámaras de comercio en América Latina como un “lavado verde” sobre las operaciones mineras canadienses. Un ejemplo de aquello es la Compañía Minera Teck Quebrada Blanca S.A., ubicada en Tarapacá, que ha generado problemas de salud a la población debido a las partículas contaminantes que genera la empresa en sus operaciones.

“Esta empresa es una de las supuestas gloriosas empresas responsables en Canadá, que por cierto tiene antecedentes horribles en el país. Sus minas de carbón ya contaminaron con selenio, un químico súper tóxico, a la cuencas cabeceras del Valle del Alce”, declaró Francescone.

En ese sentido, la vocera de la organización de fiscalización minera manifestó que desde Mining Watch impulsan el consentimiento democrático de las comunidades que pueden verse afectadas por un proyecto minero. Sobre la base de aquel primer piso, la agrupación recomienda establecer políticas regulatorias de alto estándar en función de proteger el medio ambiente

“Chile no tiene que quedar al nivel de Canadá, porque ese nivel significa un retroceso. Chile tiene que ser líder con respecto a la protección social y a los derechos humanos para lograr tener un cierto equilibrio”, declaró la dirigenta.

Asimismo, señaló que no es realista creer que pronto la industria minera será sostenible, porque en rigor no es una industria que lo sea. “Se pueden mitigar los impactos, pero no puede ser una actividad sostenible, por eso hay que pensar en cómo mitigar todos los efectos adversos de esta industria”, agregó.

Por otro lado, Chile y Canadá mantienen un Tratado de Libre Comercio que pronto cumplirá 25 años de vigencia. En este acuerdo las principales importaciones canadienses desde Chile son las piedras, los metales preciosos, frutas, pescado y mariscos. Mientras que las principales exportaciones de Canadá hacia Chile incluyen maquinaria, combustibles minerales, productos farmacéuticos, cereales y carnes. La maquinaria y los productos farmacéuticos son particularmente considerados como exportaciones de “alto valor agregado”.

Mining Watch Canadá tiene una postura crítica frente a los TLC, debido a que plantean que tienen relación con la protección de los intereses mineros. “El problema con esos tratados ‘modernizados’, es que tienen cláusulas para permitir los arbitrajes internacionales, los que me imagino se ha usado desde el sector minero para advertir a los sectores industriales con respecto al proceso constituyente”, expresó Francescone.

En esa misma línea, argumentó que los TLC al estar ligados a las instituciones financieras internacionales como por ejemplo el Banco Mundial, congelan las capacidades gubernamentales de impulsar políticas radicales con respecto a la protección del medioambiente debido a que en el marco de aquellos acuerdos, en ocasiones las empresas tienen la potestad para exigir indemnizaciones de los Estados soberanos si no se llevan a cabo sus proyectos.

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