Después de años en que se le solicitó a la Armada que tomara la medida por su propia voluntad, fue una orden de la Corte de Apelaciones la que ordenó sacar definitivamente una estatua del almirante golpista José Toribio Merino desde el frontis del Museo Marítimo, la que fue reemplazada por la de un cadete naval señalado como un joven Arturo Prat.
De esta manera, la rama marítima de las Fuerzas Armadas acató el plazo de cinco días que le entregó la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago para retirar el homenaje, el cual tampoco podrá ser exhibido en ningún otro lugar público.
Más allá de la resistencia histórica de la Armada a dar ese paso, el abogado querellante, Luis Mariano Rendón, valoró que la institución decidiera no apelar el fallo, lo cual fue interpretado como un gesto en favor de la reconciliación de los chilenos. Del mismo modo, criticó a las autoridades del actual gobierno por, en su opinión, “desentenderse” de un asunto que había sido promesa de campaña.
Al acoger un recurso de protección interpuesto a nombre de víctimas de violaciones a los Derechos Humanos, el tribunal de alzada capitalino estableció que la mantención de la estatua contravenía la garantía de no repetición de delitos de lesa humanidad en el país.
En su resolución, la instancia judicial recordó que Toribio Merino fue integrante de la Junta Militar durante de la Dictadura de Augusto Pinochet, la cual fue “responsable de muertes, desapariciones y torturas de innumerables personas, de las cuales, a casi 50 años, los tribunales de justicia siguen conociendo, investigando y sancionando, por contarse entre ellos, delitos de lesa humanidad”.
Además, el fallo acusó que “no se ha erigido estatua alguna a otros vicealmirantes o almirantes de la Marina de Chile en casi 90 años y aquellos dos ex comandantes a los que se rinde homenaje a través de monumentos, Lord Thomas Cochrane y Manuel Blanco Encalada, son personajes históricos que sirvieron al país durante la Guerra de la Independencia”.
El abogado Rendón señaló que “queremos entender esta decisión como un reconocimiento de la Armada a la justicia de nuestro reclamo y en consecuencia, cómo un paso conscientemente dado por la institución hacia la unidad de todos los chilenos y chilenas, al eliminar un símbolo oprobioso para una gran mayoría del país”, consignó.
“Seguiremos adelante hasta eliminar toda forma de culto golpista de las instituciones de defensa y policiales de Chile. Están pendientes otros dos recursos contra la Armada por otros homenajes a Merino y uno contra Carabineros, por la apología al golpismo que constituye la denominación de la Escuela de Suboficiales de esa institución”, añadió.
Después de años en que se le solicitó a la Armada que tomara la medida por su propia voluntad, fue una orden de la Corte de Apelaciones la que ordenó sacar definitivamente una estatua del almirante golpista José Toribio Merino desde el frontis del Museo Marítimo, la que fue reemplazada por la de un cadete naval señalado como un joven Arturo Prat.
De esta manera, la rama marítima de las Fuerzas Armadas acató el plazo de cinco días que le entregó la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago para retirar el homenaje, el cual tampoco podrá ser exhibido en ningún otro lugar público.
Más allá de la resistencia histórica de la Armada a dar ese paso, el abogado querellante, Luis Mariano Rendón, valoró que la institución decidiera no apelar el fallo, lo cual fue interpretado como un gesto en favor de la reconciliación de los chilenos. Del mismo modo, criticó a las autoridades del actual gobierno por, en su opinión, “desentenderse” de un asunto que había sido promesa de campaña.
Al acoger un recurso de protección interpuesto a nombre de víctimas de violaciones a los Derechos Humanos, el tribunal de alzada capitalino estableció que la mantención de la estatua contravenía la garantía de no repetición de delitos de lesa humanidad en el país.
En su resolución, la instancia judicial recordó que Toribio Merino fue integrante de la Junta Militar durante de la Dictadura de Augusto Pinochet, la cual fue “responsable de muertes, desapariciones y torturas de innumerables personas, de las cuales, a casi 50 años, los tribunales de justicia siguen conociendo, investigando y sancionando, por contarse entre ellos, delitos de lesa humanidad”.
Además, el fallo acusó que “no se ha erigido estatua alguna a otros vicealmirantes o almirantes de la Marina de Chile en casi 90 años y aquellos dos ex comandantes a los que se rinde homenaje a través de monumentos, Lord Thomas Cochrane y Manuel Blanco Encalada, son personajes históricos que sirvieron al país durante la Guerra de la Independencia”.
El abogado Rendón señaló que “queremos entender esta decisión como un reconocimiento de la Armada a la justicia de nuestro reclamo y en consecuencia, cómo un paso conscientemente dado por la institución hacia la unidad de todos los chilenos y chilenas, al eliminar un símbolo oprobioso para una gran mayoría del país”, consignó.
“Seguiremos adelante hasta eliminar toda forma de culto golpista de las instituciones de defensa y policiales de Chile. Están pendientes otros dos recursos contra la Armada por otros homenajes a Merino y uno contra Carabineros, por la apología al golpismo que constituye la denominación de la Escuela de Suboficiales de esa institución”, añadió.
Después de años en que se le solicitó a la Armada que tomara la medida por su propia voluntad, fue una orden de la Corte de Apelaciones la que ordenó sacar definitivamente una estatua del almirante golpista José Toribio Merino desde el frontis del Museo Marítimo, la que fue reemplazada por la de un cadete naval señalado como un joven Arturo Prat.
De esta manera, la rama marítima de las Fuerzas Armadas acató el plazo de cinco días que le entregó la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago para retirar el homenaje, el cual tampoco podrá ser exhibido en ningún otro lugar público.
Más allá de la resistencia histórica de la Armada a dar ese paso, el abogado querellante, Luis Mariano Rendón, valoró que la institución decidiera no apelar el fallo, lo cual fue interpretado como un gesto en favor de la reconciliación de los chilenos. Del mismo modo, criticó a las autoridades del actual gobierno por, en su opinión, “desentenderse” de un asunto que había sido promesa de campaña.
Al acoger un recurso de protección interpuesto a nombre de víctimas de violaciones a los Derechos Humanos, el tribunal de alzada capitalino estableció que la mantención de la estatua contravenía la garantía de no repetición de delitos de lesa humanidad en el país.
En su resolución, la instancia judicial recordó que Toribio Merino fue integrante de la Junta Militar durante de la Dictadura de Augusto Pinochet, la cual fue “responsable de muertes, desapariciones y torturas de innumerables personas, de las cuales, a casi 50 años, los tribunales de justicia siguen conociendo, investigando y sancionando, por contarse entre ellos, delitos de lesa humanidad”.
Además, el fallo acusó que “no se ha erigido estatua alguna a otros vicealmirantes o almirantes de la Marina de Chile en casi 90 años y aquellos dos ex comandantes a los que se rinde homenaje a través de monumentos, Lord Thomas Cochrane y Manuel Blanco Encalada, son personajes históricos que sirvieron al país durante la Guerra de la Independencia”.
El abogado Rendón señaló que “queremos entender esta decisión como un reconocimiento de la Armada a la justicia de nuestro reclamo y en consecuencia, cómo un paso conscientemente dado por la institución hacia la unidad de todos los chilenos y chilenas, al eliminar un símbolo oprobioso para una gran mayoría del país”, consignó.
“Seguiremos adelante hasta eliminar toda forma de culto golpista de las instituciones de defensa y policiales de Chile. Están pendientes otros dos recursos contra la Armada por otros homenajes a Merino y uno contra Carabineros, por la apología al golpismo que constituye la denominación de la Escuela de Suboficiales de esa institución”, añadió.
