Entre los artículos 46 y 50 la propuesta constitucional entregada por la Convención el 4 de julio recién pasado regula las relaciones laborales, define el derecho a huelga y la negociación colectiva, además de restituir la negociación por rama de la producción y el reconocimiento al cuidado de niños y personas de la tercera edad como una actividad socialmente necesaria y fundamental para el desarrollo económico.
“Ahí está el meollo de por qué la derecha sí o sí tiene que rechazar esta propuesta de la manera más categórica y violenta”, señala el abogado y ex convencional Hugo Gutiérrez, quien durante los últimos días ha incrementado su trabajo de difusión de las principales propuestas que contiene el documento.
Gutiérrez advierte que la iniciativa instala derechos centrales para los trabajadores que fueron suprimidos en 1980 con el Plan Laboral de la dictadura cívico-militar que encabezó Augusto Pinochet con el economista José Piñera como ministro del Trabajo y que terminó con derechos logrados gracias a décadas de luchas sindicales.
“De una vez por todas al trabajo prácticamente vulnerado que existe en nuestro país, abusado permanentemente por los empleadores, hoy se le pone coto. Ahí están debidamente regulados los derechos que componen la libertad sindical que es la libertad a organizarse sindicalmente, el derecho a la negociación colectiva, el derecho a la huelga”, comenta Gutiérrez.
En el caso de la negociación colectiva, subraya que “va a ser ahora tanto de los trabajadores privados como de los públicos. El derecho a la huelga no va a estar dentro de un contexto de una negociación colectiva reglada, sino pueden usarla los trabajadores y trabajadoras cuando lo estimen pertinente a sus intereses. Es decir, puede haber eventualmente una huelga porque están despidiendo trabajadores”.
El abogado indica que todo ese entramado que establece la iniciativa constitucional entre los artículos 46 y 50 -que invita a todos a leer-, “preocupa, molesta a la derecha por cuanto no van a poder seguir consolidando sus fortunas, su aumento de la riqueza a costilla del trabajo humano. Esa parte, esas normas son las que sí o sí la derecha tiene que rechazar. Por eso yo les aseguro que la derecha va a recurrir a todos los medios, a todas las metodologías habidas y por haber para impedir que esta propuesta de nueva constitución sea aprobada el 4 de septiembre”.
La mentira y la sedición
El ex convencional reconoce que la campaña de cara al plebiscito será compleja porque estará cruzada por mentiras -o fake news- que ya han estado circulando en medios de comunicación y especialmente en redes sociales.
“La derecha se lo va a jugar con todo, no solo con mentiras. Lo más seguro es que vaya más allá incluso, organizando paralizaciones, en buena cuenta hasta actos sediciosos para que esta constitución no sea aprobada por el pueblo de Chile”, insiste.
En ese sentido, Gutiérrez expresa que “eso es lo que me preocupa: hasta dónde está disponible la derecha chilena para que vuelva la democracia en el país. Y ahí tengo la certeza de que la derecha va a agotar todos los medios para impedir que la democracia vuelva al país”.
Esto porque a pesar de que durante varios periodos la derecha no contó con mayoría en el Parlamento, la actual Constitución de 1980 asegura a través de quórums especiales impedir cambios y reformas que la gente demanda.
“En el Congreso casi nada se gana si no hay mayoría absoluta, sino hay 4/7, 3/5, 2/3. En consecuencia, no se pueden hacer las leyes en materias relevantes para nuestro pueblo que son sus exigencias en materia previsional, laboral. Siempre hemos quedado sometidos a las minorías y son estas las que hasta el día de hoy gracias a la Constitución de 1980 las que mandan”, apunta.
Gutiérrez agrega que “la derecha sabe que esta propuesta de nueva constitución política de la República de Chile va a permitirle al pueblo recuperar el Estado. El Estado está hoy en manos de los grupos económicos. Son ellos los que dictan la política en el país; son ellos los que como minoría tienen interdicto al pueblo de Chile, a las grandes mayorías le impide hacer democracia”.