A las 10.45 horas de Chile, 22.45 en Taiwán, la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó en el aeropuerto de Taipei, aumentando la tensión en las relaciones con China que advirtió que su llegada sería respondida de manera “contundente”.
Poco antes, el canciller chino, Wang Yi, reiteró los dichos del presidente Xi Jinping en el sentido de que Washington “no debería jugar con fuego”, agregando que cualquier intervención con su principio de “Una sola China” es una línea roja indiscutible.
“El principio de una sola China es un consenso universal de la comunidad internacional, la base política para los intercambios de China con los otros países, el núcleo de los intereses de China y una línea roja y un resultado final incuestionables”, sostuvo Wang en un comunicado subido en la página web de la cancillería china.
Más contundente había sido antes la declaración del portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, quien señaló en una conferencia de prensa que el Ministerio de Defensa “dijo que si Estados Unidos insiste en seguir su propio rumbo, las fuerzas armadas chinas nunca se quedarán de brazos cruzados y tomarán fuertes medidas para frustrar cualquier intento de interferir o separar a Taiwán de China. En China hacemos lo que decimos”.
Poco después del aterrizaje de Pelosi en Taiwán, el Ejército de Liberación Popular chino anunció que realizará ejercicios militares en varios puntos alrededor de la isla desde el jueves venidero al próximo domingo, una de las primeras respuestas a la presencia de la líder demócrata.
Ya el jueves de la semana recién pasada se conocía de la llegada del portaviones USS Ronald Reagan al Mar de China Meridional cerca de Taiwán donde inició operaciones junto a otros navíos y el despliegue de una decena de aviones de combate F-35B.
Pelosi llegó a Taipei acompañada de un grupo de congresistas demócratas aprovechando el receso de verano del Parlamento norteamericano, en una gira que incluirá otras naciones asiáticas como Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón.
Imagen de portada: NY Times/AP
A las 10.45 horas de Chile, 22.45 en Taiwán, la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó en el aeropuerto de Taipei, aumentando la tensión en las relaciones con China que advirtió que su llegada sería respondida de manera “contundente”.
Poco antes, el canciller chino, Wang Yi, reiteró los dichos del presidente Xi Jinping en el sentido de que Washington “no debería jugar con fuego”, agregando que cualquier intervención con su principio de “Una sola China” es una línea roja indiscutible.
“El principio de una sola China es un consenso universal de la comunidad internacional, la base política para los intercambios de China con los otros países, el núcleo de los intereses de China y una línea roja y un resultado final incuestionables”, sostuvo Wang en un comunicado subido en la página web de la cancillería china.
Más contundente había sido antes la declaración del portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, quien señaló en una conferencia de prensa que el Ministerio de Defensa “dijo que si Estados Unidos insiste en seguir su propio rumbo, las fuerzas armadas chinas nunca se quedarán de brazos cruzados y tomarán fuertes medidas para frustrar cualquier intento de interferir o separar a Taiwán de China. En China hacemos lo que decimos”.
Poco después del aterrizaje de Pelosi en Taiwán, el Ejército de Liberación Popular chino anunció que realizará ejercicios militares en varios puntos alrededor de la isla desde el jueves venidero al próximo domingo, una de las primeras respuestas a la presencia de la líder demócrata.
Ya el jueves de la semana recién pasada se conocía de la llegada del portaviones USS Ronald Reagan al Mar de China Meridional cerca de Taiwán donde inició operaciones junto a otros navíos y el despliegue de una decena de aviones de combate F-35B.
Pelosi llegó a Taipei acompañada de un grupo de congresistas demócratas aprovechando el receso de verano del Parlamento norteamericano, en una gira que incluirá otras naciones asiáticas como Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón.
Imagen de portada: NY Times/AP
A las 10.45 horas de Chile, 22.45 en Taiwán, la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó en el aeropuerto de Taipei, aumentando la tensión en las relaciones con China que advirtió que su llegada sería respondida de manera “contundente”.
Poco antes, el canciller chino, Wang Yi, reiteró los dichos del presidente Xi Jinping en el sentido de que Washington “no debería jugar con fuego”, agregando que cualquier intervención con su principio de “Una sola China” es una línea roja indiscutible.
“El principio de una sola China es un consenso universal de la comunidad internacional, la base política para los intercambios de China con los otros países, el núcleo de los intereses de China y una línea roja y un resultado final incuestionables”, sostuvo Wang en un comunicado subido en la página web de la cancillería china.
Más contundente había sido antes la declaración del portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, quien señaló en una conferencia de prensa que el Ministerio de Defensa “dijo que si Estados Unidos insiste en seguir su propio rumbo, las fuerzas armadas chinas nunca se quedarán de brazos cruzados y tomarán fuertes medidas para frustrar cualquier intento de interferir o separar a Taiwán de China. En China hacemos lo que decimos”.
Poco después del aterrizaje de Pelosi en Taiwán, el Ejército de Liberación Popular chino anunció que realizará ejercicios militares en varios puntos alrededor de la isla desde el jueves venidero al próximo domingo, una de las primeras respuestas a la presencia de la líder demócrata.
Ya el jueves de la semana recién pasada se conocía de la llegada del portaviones USS Ronald Reagan al Mar de China Meridional cerca de Taiwán donde inició operaciones junto a otros navíos y el despliegue de una decena de aviones de combate F-35B.
Pelosi llegó a Taipei acompañada de un grupo de congresistas demócratas aprovechando el receso de verano del Parlamento norteamericano, en una gira que incluirá otras naciones asiáticas como Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón.
Imagen de portada: NY Times/AP
