Nuevos tiempos...pero si la gente presenta caries, que también se pueda tratar

  • 19-08-2022

El día 11 de agosto de 2022, el Gobierno de Chile, a través de la ministra del Interior, anunció los primeros cambios que considerará la reforma a las policías, informando sobre las modificaciones a los criterios de ingreso a la Escuela de Carabineros de Chile. En efecto, la autoridad gubernamental señaló “estos criterios de exclusión ya no aplicarán a partir del proceso de admisión 2023… Mediante estos cambios podremos implementar la aceptación de los postulantes en un proceso de selección, pero también que nuestras policías sean un espejo de lo que es la sociedad diversa, la cual no pretende ser completamente homogénea”.

Con los nuevos criterios ya no se exigirá la ausencia de caries dental, pie plano y tatuajes, así como parámetros de altura mínima. Es decir, se modifican las actuales restricciones para ingresar a Carabineros, relacionadas con aspectos físicos de las personas postulantes.

Ello, bajo el argumento que aumente la aceptación en el proceso de selección y que la institución debe ser “espejo” de la población y una sociedad diversa.

No cabe duda de que, en general, este anuncio es muy valorable, en tanto considera criterios de admisibilidad menos restrictivos y relacionados con aspectos físicos. Ello permitirá que personas postulantes hasta ahora rechazadas por uno o más de esos requisitos, desde el proceso de admisión 2023 en adelante puedan ser admitidas e incorporadas aun cuando presenten pie plano, tengan una estatura menor a lo exigido actualmente (1.65 metros para hombres y 1.55 metros para mujeres) o presenten tatuajes, aunque sean visibles. Sin embargo, las modificaciones explicitadas también detallan que podrán ser admitidas personas con caries.

Esta última información, desde mi punto de vista, manifiesta una mala comunicación de riesgo en salud. Más aun, considero que tal como fue anunciada inicialmente, tensiona los actuales enfoques y paradigmas más preventivos y conservadores para el abordaje clínico de la enfermedad de caries, con las persistentes prácticas clínicas más curativas, y a veces, mutilantes.

Anunciar explícitamente que podrán ser admitidos también aquellos postulantes que presenten caries, sin ningún detalle adicional, desde el punto de vista de la comunicación en salud, imprime un mensaje que debe ser analizado con cautela y desde dos frentes. Considerado el anuncio tal cual fue hecho y difundido en redes sociales digitales, parece algo inadecuado respecto al mensaje de fondo que puede llegar a la población.

Por un lado, puede transmitir a la población la creencia de que es “natural” y parte del concepto de diversidad o “cambio y adaptación a los nuevos tiempos” que las personas presenten lesiones de caries, asimilando este problema de salud, con presentar cierta estatura o tatuajes. Por tanto, pudiendo “normalizar” discursivamente tener caries.

Por otro, cobra valor en tanto, en los hechos el Estado se hace cargo de las desigualdades sociales que tan marcadamente se expresan y persisten en la salud oral y acceso a los servicios odontológicos. Asociadas, en parte, a la escasa cobertura pública de acceso a la atención dental, y que redunda en que muchas personas postulantes actualmente queden eliminadas del proceso de admisión por presentar una mala salud bucal.

Ante esta situación y en periodos de postulación a las instituciones de las Fuerzas Armadas, muchas familias de los y las jóvenes postulantes, cuando pueden, deben incurrir en importantes gastos de bolsillo para pagar tratamientos dentales que, en un plazo breve, mejoren la condición de salud bucal de quienes postulen y permitan sortear ese criterio de eliminación. De esta forma, por tanto, con este nuevo criterio en particular, el Estado asume que no puede ser causal de discriminación el presentar caries por no tener posibilidades económicas o sociales de acceder a los tratamientos odontológicos que, derivados de la condición de presentar caries, pudieran ser necesarios.

De igual manera, imprime el desafío a la institución y al país de mejorar la capacidad de dar respuesta a las demandas de salud que el personal que se incorpore a Carabineros de Chile demande, y que, por tanto, puedan acceder a tratamientos odontológicos. Así, sería deseable que este anuncio vaya acompañado por un fortalecimiento del sistema de cuidados a la salud oral de las nuevas personas que se incorporen a esa institución, tanto en lo promocional, preventivo y curativo. Así, más que el tener caries “sea un reflejo de la sociedad”, debemos considerar que esa condición no debe representar una barrera para acceder a esta institución policial.

Por otra parte, cabe relevar la importancia de los programas públicos para acercar la atención odontológica de los y las estudiantes de 4tos medios de los establecimientos educacionales más vulnerables, e implementados desde el año 2014 a partir de la segunda administración de la Expresidenta Michel Bachelet. Estos programas han tenido como propósito, también, mantener y recuperar las condiciones de salud con las que las personas jóvenes puedan enfrentar los desafíos laborales y académicos que surjan en el trayecto de sus vidas.

Adicionalmente, creo pertinente destacar que, a menos de una semana del anuncio, la difusión comunicacional de estos nuevos criterios haya mejorado, y ya no se explicite que pueden ser admitidos postulantes “con caries”, sino que postulantes que presenten alguna condición crónica que no afecte su desempeño… a lo que yo agregaría “al menos, en lo inmediato”.

La caries es una condición adquirida que está influenciada fuertemente por determinantes sociales y comerciales de la salud, y ello explica que existan marcadas desigualdades sociales en el daño por caries y sus secuelas como pérdida dentaria y otras del ámbito biopsicosocial. Claramente, una persona con caries puede estar habilitada para ingresar a Carabineros, pero la institución debe estar habilitada para tratarla.

Esta mejora en el mensaje es importante para volver a alinear el discurso público con los actuales enfoques que relacionan bidireccionalmente la salud oral y la salud general, así como las estrategias de promoción de la salud oral en Chile.  Ha llevado tiempo y trabajo para los equipos de salud a nivel central, regional y local, y las comunidades, instalar un enfoqué preventivo y basado en detectar precozmente el riesgo y la mantención de la salud oral como, por ejemplo, el Programa Control con Enfoque de Riesgo Odontológico (CERO) en población infantil y adolescente, y las metas sanitarias relacionadas con población libre de caries. Esfuerzos y logros que pueden ser opacados indeseadamente al “normalizar tener caries”, pudiendo instalar tal mensaje discursivamente en términos de creencias en salud de la población.

Finalmente, creo que, tras este anuncio, se debiera promover un trabajo intersectorial con la propia institución de Carabineros de Chile y el sistema de salud. Para lo cual sería necesario fortalecer organizacionalmente las estrategias e intervenciones promocionales, preventivas y curativas que deberían ser parte de la canasta de prestaciones que el sistema de sanidad de Carabineros otorgue a sus nuevos integrantes, y que les permitan mantener o recuperar su salud bucal. Ello, supone necesariamente, seguir considerando el examen bucal como un aspecto a valorar en el personal que se desempeña en las instituciones armadas.

Prof. Dr. Marco Cornejo Ovalle
Académico de Salud Pública
Facultad de Odontología de la Universidad de Chile

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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