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Lactancia materna, nutriendo vidas

Columna de opinión por Paulina Molina - Natalia Gómez
Martes 23 de agosto 2022 12:07 hrs.


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La lactancia materna, no sólo brinda beneficios nutricionales; sino también beneficios inmunológicos para él/la bebe y genera efectos positivos en ámbitos psicológicos y emocionales del vínculo madre-hijo/a. Sin embargo, es un proceso que requiere del apoyo de todas/os.

Paulina Molina – Natalia Gómez.
Grupo Transdisciplinario para la Obesidad de Poblaciones, GTOP, Universidad de Chile.

 

La lactancia materna es una práctica inherente a los mamíferos -entre ellos el ser humano- que ha permitido la subsistencia de diversas especies en el mundo. Las principales organizaciones de salud como OMS y UNICEF, recomiendan que la leche materna sea el alimento exclusivo de los bebés recién nacidos hasta los 6 meses de edad y que, hasta los 2 años, se alimenten con una combinación de la misma, con alimentos adecuados y nutritivos para su edad. (https://www.who.int/health-topics/breastfeeding#tab=tab_1).

Si bien lactar es un proceso natural, esto no alude a que sea fácil o que lo puedan hacer las madres por sí solas. Amamantar requiere de madres con conocimientos y habilidades para aplicar correctas técnicas de amamantamiento, de profesionales de salud actualizados y capacitados para apoyar este proceso, así como también requiere del apoyo familiar, social e institucional para ofrecer lactancia materna en espacios cómodos, seguros y en tiempos protegidos. La importancia de fomentar y resguardar la lactancia materna radica en los múltiples beneficios que este proceso conlleva a nivel individual, familiar y social.

Desde un punto de vista nutricional, la leche materna está compuesta por  macronutrientes, micronutrientes y factores inmunológicos en una proporción única, que se va adaptando a las necesidades del niño/a según su edad. Los carbohidratos que la componen son esenciales para el desarrollo óptimo del Sistema Nervioso Central (SNC) del lactante y tienen un papel importante en la respuesta a diversas enfermedades. A su vez, su aporte proteico se asocia al correcto funcionamiento del sistema inmune y digestivo, mientras que su contenido de ácidos grasos es importante para el correcto desarrollo auditivo, visual y psicomotor. Por lo tanto, el aporte nutricional de la leche materna otorga múltiples beneficios, que van más allá de una buena nutrición para el lactante y que no son alcanzables por ninguna fórmula que se pueda adquirir en el mercado.

En lactantes, cualquier cantidad de leche materna proporcionada será mejor que su sustitución por fórmulas infantiles y sus beneficios serán mayores si la lactancia tiene una mayor duración. Las/os lactantes alimentadas/os con leche materna presentan un menor riesgo de desarrollar enfermedades gastrointestinales, infecciones respiratorias (neumonía, bronquitis, asma), caries dentales y alergias alimentarias, además de un mayor coeficiente intelectual. También, en la vida adulta, estas/os niñas/os tendrán una menor probabilidad de desarrollar diabetes, hipertensión y exceso de peso, en comparación a lactantes que sólo fueron alimentados con fórmulas infantiles.

A pesar de que los beneficios de la lactancia para la madre son menores en número respecto a los del lactante, son igual de significativos en cuanto a salud, principalmente por los beneficios indirectos que tiene el lactar en el estado emocional de las madres, contribuyendo así a su salud integral, en una etapa crítica de sus vidas.

En el corto plazo, los beneficios para la madre se evidencian en la recuperación del post parto, donde la lactancia estimula la producción de diversas hormonas que producen la retracción del útero, promoviendo de esta forma la recuperación del cuerpo en un periodo de tiempo menor. Por otro lado, al momento de producir leche, la mujer va a utilizar sus propias reservas energéticas para producirla, esto quiere decir que va a generar un gasto energético similar a realizar ejercicio físico de forma vigorosa, pudiendo significar el gasto de 500 calorías diarias. Esto si es acompañado con una alimentación equilibrada de parte de la madre va a permitir que recupere su peso preconcepcional con mayor facilidad y en menor tiempo.

A corto y mediano plazo, la lactancia materna disminuye el riesgo de sufrir depresión post parto y ansiedad materna, los primeros meses de vida de los bebés, significan cambios en la vida de los progenitores, los que sin las herramientas y apoyos pasa a ser un periodo difícil para el núcleo familiar.

En el largo plazo, la lactancia materna disminuye el riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer, por ejemplo el de mama,  el cual es el más prevalente y de mayor mortalidad en mujeres en Chile. Por otro lado, protege frente al desarrollo de cáncer de ovario y de enfermedades como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial y enfermedades al corazón.

Además de los beneficios directos para la madre y el bebé, no hay que olvidar que a través de la lactancia se traspasan sabores, olores y nutrientes de la propia dieta materna a la del bebe lo cual hace que, posteriormente, aumente la aceptabilidad del lactante por una variedad de alimentos, disminuyendo así el riesgo de rechazos y neofobias alimentarias. Por lo tanto, los hábitos alimentarios de la madre en este periodo son fundamentales, tanto para su propia recuperación como para la nutrición del bebe.

La lactancia materna, no sólo brinda beneficios nutricionales; sino también beneficios inmunológicos para él/la bebe y genera efectos positivos en ámbitos psicológicos y emocionales del vínculo madre-hijo/a. Sin embargo, es un proceso que requiere del apoyo de todas/os, por lo que las/os invitamos a pedir ayuda al equipo de salud, quienes podrán guiar y ayudar en este proceso, para que sea lo más natural y cómodo posible.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.