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Jornada laboral de 40 horas, se puede avanzar más rápido

Columna de opinión por Horacio Fuentes
Jueves 1 de septiembre 2022 16:51 hrs.


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La semana pasada el gobierno ingresó las urgencias legislativas para sacar el proyecto de ley presentado en 2017, que en 2019 fue aprobado por la Cámara de Diputadas y Diputados —en pleno Estallido Social— y que vive desde ese momento un letargo de dos años en el Senado.

La urgencia firmada por el presidente Boric apunta a implementar de manera gradual la reducción de jornada en un plazo de cinco años, avanzar en corresponsabilidad, acompañamiento a las mipymes, modernización, entre otros puntos.

Si bien consideramos que este paso es un avance, podemos decir que es modesto. Principalmente por los plazos en el posible proceso de implementar la reducción de la jornada laboral: las y los trabajadores tendríamos que esperar casi 10 años (entre que se ingresa el proyecto en 2017 y se termine de implementar en 2027) para poder concretar un anhelo de mejorar nuestras condiciones laborales y de vida.  Sería un gesto importante con el mundo del trabajo reducir este período de gradualidad, dar muestras de voluntad para hacer los ajustes necesarios para que los y las laburantes tengan una vida buena. Las y los trabajadores no pueden ser siempre los que deban ceder en favor de los acuerdos y consensos.

Recordemos que desde el ingreso de la propuesta legislativa al Congreso, se han instalado una serie de caricaturas donde son las y los trabajadores quienes aparecen como irresponsables, una barrera al desarrollo, al progreso, donde la única vida y razones que importan son las de los empresarios. Incluso hasta ahora ha sido la voz del empresariado la que predomina en la discusión de las 40 horas, manteniendo la lógica de consenso desequilibrado que predomina desde el retorno de la democracia.

Otro punto importante a considerar es cómo dialoga esta reforma con, en caso de ser aprobada, la Nueva Constitución. Recordemos que el artículo 46 de la propuesta constitucional expresa que “toda persona tiene derecho al trabajo y a su libre elección. El Estado garantiza el trabajo decente y su protección. Este comprende el derecho a condiciones laborales equitativas, a la salud y seguridad en el trabajo, al descanso, al disfrute del tiempo libre, a la desconexión digital, a la garantía de indemnidad y al pleno respeto de los derechos fundamentales en el contexto del trabajo”. Por ende, se tiene que apuntar a dar respuesta a este próximo mandato constitucional y no dejar la ventana abierta a los abusos o interpretaciones forzosas de la ley, que finalmente terminan perjudicando a las y los trabajadores.

En esta discusión, las organizaciones sindicales no podemos quedarnos como espectadores, debemos protagonizar el debate como parte de nuestra tarea de representar los intereses de las y los trabajadores.  Hasta ahora se ha propiciado un diálogo tripartito entre el gobierno, empresarios y trabajadores en materia prelegislativa pero, ahora que la pelota la tiene el Congreso,  las organizaciones sindicales y los trabajadores debemos ser activos para evitar que las concesiones del trámite legislativo nos reduzcan los beneficios en nuestra calidad de vida y en nuestros derechos laborales; y, finalmente, apurar el tranco para concretar la reducción de la jornada laboral ganando todos y todas, no solo los mismos de siempre.

Por Horacio Fuentes, presidente de Industrial Chile Constramet

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.