El Grupo de Política Monetaria junto con recomendar al Banco Central aumentar la Tasa de Política Monetaria en 75 puntos base para alcanzar 10,50%, estimó que de ocurrir “demoras en generar los grandes acuerdos necesarios para avanzar en el tema constitucional, sin la debida corrección de los errores cometidos en la propuesta constitucional que el país rechazó, se alargará el período de incertidumbre lo que presionará al tipo de cambio y a la inflación”
En un comunicado, el GPM informó que “a nivel internacional, la inflación ha continuado aumentando en un contexto en que el crecimiento de la actividad mundial seguirá ralentizándose”
Agrega que “la economía chilena se encuentra en pleno proceso de ajuste macroeconómico que contempla un debilitamiento de la actividad y de la demanda con el fin de combatir el desborde inflacionario y recuperar niveles más sostenibles del déficit en cuenta corriente. Sin embargo, la inflación ha seguido aumentando tanto por factores internos como por factores externos”.
En efecto, señala, los registros recientes de alzas de precios y los pronósticos de inflación para el 2022 y 2023 auguran que la inflación continuará en niveles elevados y la trayectoria reciente de la actividad permite presagiar que se avecina una recesión económica en Chile. Dado este contexto, el GPM recomendó aumentar la Tasa de Política Monetaria en 75 puntos base.
La entidad indicó que “diversos shocks han venido impactando a una economía mundial ya debilitada por la pandemia”
En primer lugar, señala “niveles de inflación muy superiores a los esperados, especialmente en Estados Unidos y en las principales economías europeas, han generado como respuesta condiciones financieras más estrictas y alzas de las tasas de interés de política monetaria de varios Bancos Centrales. También, la desaceleración de la economía china se ha acentuado más de lo esperado, producto de los rebrotes y de los cierres de actividades a causa del COVID-19”
Agrega que en tercer lugar, “siguen presentes los efectos negativos de la guerra en Ucrania, en particular por la mantención de niveles aún altos en los precios internacionales de la energía y de los alimentos”
En ese sentido, el GPM integrado por los economistas Eugenia Andreasen, Carlos Budnevich, Tomás Izquierdo, Juan Pablo Medina, y Andrea Tokman, señaló que el “FMI proyecta que el crecimiento mundial se desacelerará desde un 6,1 % el 2021 a un 3,2 % en 2022, mientras que en abril pasado dicho crecimiento se estimaba en 3,6%. El menor dinamismo de la actividad de principios de año, la reducción de las compras de los hogares y una política monetaria más restrictiva impulsaron una revisión a la baja de 3,7% a 2,3% en el crecimiento de Estados Unidos este año”.
Señaló que “en China, nuevos confinamientos y la profundización de la crisis inmobiliaria han llevado a que el crecimiento esperado para el 2022 se reduzca de 4,4% a 3,3%. Y en Europa, los efectos indirectos de la guerra en Ucrania y las medidas más restrictivas de política monetaria de algunos de los Bancos Centrales también han impactado a la baja las perspectivas de crecimiento. Con todo, el FMI espera que en el año 2023, el mundo, Estados Unidos, la Zona Euro y China crezcan 2,9%, 1,0%, 1,2% y 4,6%, respectivamente”
Destacó que debido al alza de los precios de los alimentos y de la energía y a los persistentes desbalances entre oferta y demanda, el FMI pronostica que la inflación en el 2022 llegaría a un 6,6 % en las economías avanzadas y a un 9,5 % en los mercados emergentes y en las economías en desarrollo, lo que corresponde a revisiones al alza de 0,9 y 0,8 puntos porcentuales, respectivamente, respecto de abril pasado.
El GPM indicó que para “controlar la inflación a nivel internacional y evitar que ésta se acelere, se prevé que los Bancos Centrales intensifiquen la aplicación de políticas monetarias más estrictas, lo que inevitablemente tendrá costos crecientes en términos de actividad económica, en la medida que los desanclajes de las expectativas de inflación persistan y/o las medidas monetarias requeridas tarden en adoptarse”.
Añadió que “los mayores niveles de tasas de interés que se esperan para el mundo desarrollado, continuarán presionando las tasas de interés y los tipos de cambio de las economías emergentes, aumentando a la vez la carga que representa la deuda externa”.
En este escenario económico y dada la situación política del país, el economista, Carlos Budnevich, indicó que tras el plebiscito de este domingo, viene un segundo proceso que aún está por verse qué características va a tener y eso no despeja la incertidumbe en la economía.
Por su parte, Tomás Izquierdo, afirmó que es necesario avanzar a un acuerdo político que permita una nueva Constitución y eso mantiene la espera y genera incertidumbre en este proceso, pero que el resultado del plebiscito implica un retorno a un ambiente más moderado y esa fue la señal que dio la inmensa mayoría.
Los expertos del Grupo de Política Monetaria coincidieron en que el mercado esperaba el triunfo del Rechazo y prueba de ello es que el principal indicador de la bolsa de Santiago, el IPSA, subió con fuerza 4,63% en su primera jornada. En tanto, el dólar inició las operaciones de este lunes con un fuerte desplome de más de $30 y se ubicaba por debajo de los $850.