Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 18 de abril de 2024


Escritorio

Académica Ana María Castillo: “Llamar al miedo y a la desesperanza, es hablar de construcciones y procesos de manipulación”

La periodista y doctora en Comunicación de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Ana María Castillo, analizó el impacto de las noticias falsas en el resultado del plebiscito del 4 de septiembre.

Osciel Moya Plaza

  Viernes 9 de septiembre 2022 17:47 hrs. 
castillo

Compartir en

“Hay una acumulación de acontecimientos que no han hecho fácil nuestros procesos informativos, que han transformado nuestra relación con los medios de comunicación y eso a largo plazo está teniendo impacto”, destaca la periodista y doctora en Comunicación de la  Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Ana María Castillo, al analizar las consecuencias de las noticias falsas y las redes sociales en el resultado del plebiscito del 4 de septiembre.

En los últimos días se han viralizado distintos testimonios sobre personas que votaron Rechazo y que al argumentar sus decisiones, repiten lo que a lo largo de todo el proceso se instaló, como la expropiación de las viviendas por parte del Estado, la división del país que generaría la plurinacionalidad o que los fondos de pensiones no serían heredables, temas que por cierto no eran tales, pero que fueron parte del debate instalado a través de los medios y redes sociales.

Para conocer sobre este impacto que tuvieron las noticias falsas o fake news en el resultado del plebiscito, Radio y Diario Universidad de Chile, habló con la destacada académica, quien nos entrega su visión sobre lo que aún está en análisis.

Castillo afirmó que hay una relación directa, no la única, de las noticias falsas sobre la gran marea de información que hubo durante los últimos meses en torno a la Convención, a su funcionamiento y a los resultados de ese proceso.

“Me atrevería decir que, por supuesto que no es la única causa, pero así como lo venimos diciendo hace tantos años,  la desinformación a través de las redes sociales tiene un alto impacto y cómo la sociedad percibe los distintos procesos sociales y los resultados que salen de esos procesos. Por lo tanto, sí me atrevería decir que hay un impacto que es negativo, por supuesto para el proceso en general, por el resultado en particular”.

La académica agregó que más allá de la desinformación que se comparte a través de las redes sociales,  también es interesante entender cómo las propias opciones manejaban la información durante todo el proceso. Porque “cuando vemos en distintos medios qué es lo que las personas pensaban de la Constitución, finalmente nos estamos dando cuenta que hay muy poca capacidad de lectura por un lado, pero también un alto impacto de las personas que son referentes que aparecen en la televisión y en redes sociales como voces autorizadas para hablar, por lo tanto también hay una responsabilidad de estas personas”.

Sobre el rol de los medios de comunicación, Castillo afirmó que hubo una gran influencia de éstos en la opinión pública, porque los referentes de cada una de las opciones, “al posicionarse desde la desinformación se transforman en fuentes. Por lo tanto, son fuentes autorizadas para hablar de ciertas temáticas y efectivamente producen una especie de burbuja dentro de los propios medios de comunicación. Es decir, los medios de comunicación no escapan a las burbujas informativas que se producen en las redes sociales”.

Agregó que “las propias redes sociales son la vitrina para mostrar las opiniones políticas de los grandes referentes, por lo tanto se transforman ellas mismas en fuentes de información para los medios de comunicación. Es decir, hay una conexión entre las redes y los medios, pero los medios también evidentemente a lo largo de todo el proceso han propuesto temáticas y visibilizado ciertos aspectos y no otros del proceso constitucional. Por lo tanto, también forman parte del resultado de tratar de informar con objetividad de ciertos aspectos o dar relevancia a aquellos ámbitos negativos del proceso constituyente. Estos fortalecen a una opción y no otra y esto es una gran discusión que tenemos también en torno al análisis de los medios de comunicación, sobre cuáles son las fuentes autorizadas para aparecer, qué tipo de información se está relevando y que otra información se está invisibilizando y que son decisiones editoriales de lo que deben ser informadas y sobre cuál ha sido su impacto en los resultados”.

Pese a esto, siempre se dice que los grandes medios no gozan de credibilidad ante la opinión pública. Sin embargo, esto es relativo, según desde donde se observa porque para una parte de la opinión pública, es la gran fuente de información, destaca la académica.

“La falta de credibilidad de los medios de comunicación tradicionales, es una percepción que tiene que ver con desde dónde observamos. Si nosotros observamos a una élite bien informada o con capacidad de distinguir qué tipo de información nos está llegando y puede trazar desde dónde viene, si pueden evaluar cuál es la fuente adecuada y cuándo es una información sesgada o manipulada, estamos hablando de un mínimo porcentaje de población en Chile”, destacó la periodista.

La académica indicó que ello, no se lo puede responsabilizar a la gente, porque “se está viendo una especie de culpabilización de quienes no han tenido la posibilidad de mirar de otra manera. Por lo tanto en este sentido los medios de comunicación y la televisión en particular, pueden estar desprestigiados, puede tener menos credibilidad para cierto sector y sigue siendo una tremenda fuente de información y un tremendo valor para un altísimo porcentaje de la población en Chile

El hecho que se hayan instalado mensajes que calaron en las personas, como el tema de la vivienda, el aborto o la división del país, fue parte de la manipulación informativa, afirmó Castillo.

“Que haya quedado en la memoria de las personas y se haya difundido tan ampliamente y pasado a ser el tema central de la discusión, cuando estamos hablando de temáticas que ni siquiera eran relevantes por sí mismas, por no ser reales y otras por ser una interpretación muy vaga del texto, efectivamente son construcciones que tienen éxito. Es decir,  llamar al miedo, a la desesperanza, visibilizar de manera excesiva el caos y provocar finalmente el miedo, tiene mucho eco en las sociedades y por tanto, sí estamos hablando de construcciones y con procesos de manipulación”, indicó.

La periodista afirmó que el proceso que vivió nuestro país, puede ser comparado con otros acontecimientos en el mundo, como en Estados Unidos o Brasil, pero aún es prematuro para saber si hubo venta de datos, como el conocido caso de Cambridge Analytica. Lo que sí, afirmó, “hay un gran impacto de la información que se transmite a través de medios de comunicación como WhatsApp que finalmente tienen un poder bien grande en la decisión de las personas. Es decir, si a nosotros nos llega información de una persona querida o de una persona reconocida, probablemente vamos a tender a creer en la palabra de esa persona, en ese mensaje, y no vamos a hacer una exploración muy profunda de la certeza de esa información”.

Finalmente, ante la consulta de si es exagerado hablar de una guerra psicológica, Castillo indicó que falta mucha información y datos aún para atreverse a hablar en esos términos, porque es un proceso largo que comenzó con el estallido social, con información que ocultaron los medios, como las violaciones a los derechos humanos, a lo que luego se sumó la pandemia con una gran carga informativa y, por tanto, es un proceso difícil de analizar.

“No me atrevo a decir que es una guerra. Lo que sí puedo decir que a largo plazo hay una acumulación de acontecimientos que no han hecho fácil nuestros procesos informativos, que han transformado nuestra relación con los medios de comunicación y eso a largo plazo está teniendo impacto”, puntualizó.

Síguenos en