Para la organización indígena maya Ka’kuxtal Much Meyaj, las semillas nativas de maíz son la base de su alimentación y cultura. Es un trabajo colaborativo, que suma a más de 300 familias y 17 comunidades de la Región de los Chenes, con un objetivo común: “Nuestra tarea es cuidarlas y defenderlas por eso la agroecología maya es la herramienta que tenemos en estos tiempos como pueblo para preservarlas”.
A pesar de un reciente fallo favorable a Monsanto en México, el gobierno busca poner en marcha el decreto presidencial que prohíbe el maíz transgénico y elimina gradualmente el uso del glifosato a más tardar en 2024.
No son suficientes los anuncios si no van acompañados de hechos, lamentaron las comunidades. “Nuestro maíz y nuestra salud está en riesgo… ¿Qué esperamos?” reflexiona Nora Tzec, una de las fundadoras de la asociación civil Ka’ Kuxtal. Organización indígena integrada por mayas de la península de Yucatán.
Es su reacción luego de conocer la sentencia que declaró inconstitucional el decreto presidencial que fue publicado en diciembre de 2020. El pasado 11 de julio, el Juez Sexto de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, Francisco Javier Rebolledo Peña, concedió un amparo a la empresa Monsanto luego que ésta acudiera a la justicia.
Desde el gobierno mexicano se informó que la Secretaría de Medio Ambiente va a presentar una apelación en contra del amparo y afirmaron que cuentan con “información suficiente que acredita los daños causados por esta sustancia a especies polinizadoras como las abejas, el agua superficial de los cauces naturales, el suelo, la flora y el aire”.
Nora Tzec es originaria del municipio de Hopelchén (en el Estado de Campeche) e indígena maya. Lamenta que “en realidad, sabemos que una cosa es lo que aparece en el papel y otra lo que pasa en la práctica”.
“Nosotros nos encontramos en un momento de emergencia ambiental. Cuando vimos el decreto, fue bueno por la intención, pero esperar dos o tres años para hacerlo efectivo…Es como cuando te citan para hacer unos análisis, sabiendo que ya estás enfermo, y tienes que esperar años para tu consulta. Es una lástima porque, en realidad, lo que esperamos aquí son acciones contundentes” agrega en entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile.
Nora Tzec comenta que para celebrar estos “intentos” habría que hacerlos efectivos. Y afirma que quizás también se busca desviar la atención de otros productos igual de venenosos o peores y si no se actúa no va a quedar nada que rescatar.
“Por otro lado, hablamos de una Corporación donde ya está demostrado, por diferentes investigaciones en el mundo, que el glifosato es una sustancia que genera enfermedades y , además, que no se puede eliminar fácilmente del agua y la tierra. Hay que considerar que las empresas se tienen que hacer responsables de todo lo que están generando a su paso… con la idea de invertir en una ganancia para unos pocos y envenenando a muchos”.
Ka’kuxtal Much Meyaj está escrito en lengua maya y significa volver a trabajar juntos o el renacer de la organización. El objetivo de este nombre era enviar un mensaje, recuerda Nora Tzec . Con el paso del tiempo, desde el año 2010, han emprendido una serie de estrategias para conservar las semillas nativas y su cultura.
También los ha llevado a otros temas de economía comunitaria, derechos indígenas e identidad, salud, comunicación, conservación del territorio, sus sitios sagrados, las milpas y la producción agroecológica. Por esta razón, coordinan diferentes enfoques de trabajo para llegar a la población como los jóvenes y mujeres. Entre ellas, concretar alianzas que ayuden a una mirada local pero también latinoamericana.
La integrante de Ka’ Kuxtal comentó una de las reflexiones que marcaron el principio de su trabajo: “Las semillas híbridas de maíz nos están llevando a una muerte como pueblo y surgen otros cultivos que aumentan ese riesgo”.
En el momento actual, se presentan diversas reflexiones. “Y ahí se defiende la alternativa que es regresar a lo que hacían nuestras abuelas y abuelos, pero no tal cual. Mas bien con estas nuevas acciones y reforzando sobre todo los conocimientos de ellos ante lo que ahora llamamos agroecología, pero que está sustentada en las prácticas ancestrales” explica Tzec.
Sagrada-Agua durante milenios
Leydy Araceli Pech Martín recibió el Premio Goldman en 2020. La apicultora y líder indígena maya encabezaba la coalición Sin Transgénicos y logró expulsar a Monsanto del territorio. “Las autoridades mexicanas le habían cedido indebidamente al gigante de los monocultivos 6 mil acres de tierra para que sean deforestados en favor de soya genéticamente modificada. Pech, sus abejas Xunan Kab y todos los miembros del colectivo maya Los Chenes dieron pelea y ganaron” publicaba una nota de RFI durante ese año.
Leydi Pech vive en Hopelchén, en la península de Yucatán, su actividad principal es el cultivo de miel de esta dama de las abejas, consideradas sagradas por los mayas. “Nosotros interactuamos con nuestros bosques, con nuestra selva, entonces yo creo que eso es algo muy importante para nosotros, creo que la disponibilidad de esta biodiversidad ha hecho que aún hoy en día los pueblos mayas pues mantengamos viva nuestra cultura y nuestros conocimientos” mencionaba Leydy Pech al recibir este galardón que destaca a defensores/as de la naturaleza y el medio ambiente.
Peligros que siguen preocupando a las comunidades. “No estamos conscientes de los impactos y el daño que están provocando ciertas industrias” lamenta Nora Tzec.
“Estamos viviendo un momento muy complicado en la región. Y la memoria que tengo de como crecí en Hopelchén es muy diferente a la de ahora y , sin duda, una de las grandes amenazas es la agroindustria” relata.
Estos escenarios, llevaron a la Asamblea Indígena Maya Ka’ Kuxtal Much Meyaj a leer una declaración en la sesión de abril pasado del Foro Permanente sobre asuntos Indígenas en Nueva York (Estados Unidos).
“Hoy vemos con profundo dolor que la Sagrada Agua está siendo envenenada con agroquímicos, explotada para monocultivos, transgénicos y otros megaproyectos agroindustriales, energéticos” alertaba Nora Tzec en esa instancia. Y con una conclusión: “Las políticas públicas del Agua en México excluyen nuestra visión y relación sagrada”.
¿Las consecuencias? “Desde hace un par de meses en varias comunidades Mayas, nuestras hermanas y hermanos se han quedado sin agua por la sobrexplotación”.