Haber llegado a ser 8 mil millones de personas sobre la faz de la Tierra no sólo habla, por supuesto, de una mayor esperanza de vida y una menor mortalidad adulta, infantil y materna, así como de una mayor esperanza de vida a escala global, entre otros signos positivos, sino que también permite comprender las razones por las que la tasa de crecimiento se ha estancado y por qué vivimos un envejecimiento sostenido. Pero también nos permite reflexionar sobre la gran paradoja que significa que hoy, la esperanza de rejuvenecer la población mundial está puesta en África, el único continente donde la natalidad no se ha estancado, pero donde la pobreza y el hambre son devastadores. Esto, mientras el desarrollo se reparte entre gigantescas urbes que consumen recursos y producen residuos, y un medio que produce los alimentos, pero que se encuentra empobrecido
Y, por otro lado, el dato también habla de superpoblación y de enormes, extendidos sectores que sufren la insuficiencia de recursos, lo que implica retos sociales y ambientales inéditos, derivados de la desigualdad y asimetría en las relaciones económicas entre países ricos y pobres. Entonces, estos 8 mil millones de habitantes que somos ahora vamos a requerir muchos más recursos, más bosques, más peces, más tierras, de los que el planeta puede generar hoy, según académicos de la Universidad estadounidense Rockefeller. En tanto, agregan, sufrimos un excesivo consumo de energías fósiles y su dañina consecuencia: las emisiones de dióxido de carbono que han provocado el calentamiento global que podemos experimentar a diario. Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza ha calculado que se necesitarían 1 planeta completo y un 75% de planeta más, para dar sustentabilidad a estos 8 mil millones de habitantes que seremos mañana martes 15 de noviembre, siempre y cuando las relaciones económicas fueran simétricas entre los Estados. Pero sabemos que no lo son.
La década de los 60 del siglo XX., fue aquella en que el mundo experimentó el mayor grado de crecimiento poblacional. En esa década la tasa de aumento de habitantes llegó al 2,2%. No obstante, ese índice se sitúa actualmente por debajo del 1,1%. En esta etapa, que los expertos llaman de «transición demográfica», dos tercios de la población mundial tienen una fecundidad por debajo de los dos hijos. Así, estos 8 mil millones de personas que somos hoy, así como los millones que vendrán, suponen retos sociales y ambientales inéditos. Estos últimos implican dar solución a una cuestión capital: cómo gestionar los recursos sin destruir el entorno. Así, el Fondo para la Población de la ONU estima que se podría alcanzar los 8 mil 500 millones de habitantes en 2030, 9 mil 700 millones en 2050 y llegar a un récord de 10 mil 400 millones de personas en el planeta para 2080.
Desde la Universidad Autónoma de Barcelona y la madrileña Universidad Carlos III, los investigadores proyectan que en materia poblacional el mundo llegue a un máximo entre 2080 y 2090, momento en que 2 mil 400 millones de habitantes más se habrán sumado a los actuales, una cifra similar a la alcanzada en el último cuarto de siglo. “Hace muchas décadas que crecemos más lento y, si hemos ganado población, es porque vivimos más años”, destaca un informe de la Carlos III. Datos de distintas agencias de la ONU señalan que los mayores de 65 años aumentarán del 10% de hoy al 16% en 2050 con lo que duplicarían la cifra de menores de cinco años, poniendo con ello en jaque crítica al sistema de la seguridad social, porque cuando haya menos jóvenes que trabajan, menores serán los aportes a los organismos previsionales que pagan las jubilaciones y las pensiones.
También el Banco Mundial aporta una mirada novedosa sobre los retos sociales en los que las sociedades y los gobiernos debería poner el foco para que “entre los que somos y los que vengan, sean cada vez menos los que estén en estado de vulnerabilidad; procurar que estén escolarizados, que se les asegure buenos servicios de salud y se les garantice buena prestación de seguridad social en el caso de los mayores, dado que la población está cada vez más envejecida”, dijo el Banco Mundial, yendo en contra de lo que han sido las políticas impuestas a sus deudores, en especial a partir de las dos últimas décadas del siglo XX. En todo caso, los demógrafos y expertos creen que una parte del planeta ya atravesó la mencionada “fase de transición” y está teniendo crecimiento negativo, esto implica más muertes que nacimientos. En ese caso están, como se ha comprobado, España y Uruguay. Ante esta realidad, el problema del futuro es el del envejecimiento poblacional.
8 mil millones de seres humanos en el planeta azul… ¿será algo para festejar?
Haber llegado a ser 8 mil millones de personas sobre la faz de la Tierra no sólo habla, por supuesto, de una mayor esperanza de vida y una menor mortalidad adulta, infantil y materna, así como de una mayor esperanza de vida a escala global, entre otros signos positivos, sino que también permite comprender las razones por las que la tasa de crecimiento se ha estancado y por qué vivimos un envejecimiento sostenido. Pero también nos permite reflexionar sobre la gran paradoja que significa que hoy, la esperanza de rejuvenecer la población mundial está puesta en África, el único continente donde la natalidad no se ha estancado, pero donde la pobreza y el hambre son devastadores. Esto, mientras el desarrollo se reparte entre gigantescas urbes que consumen recursos y producen residuos, y un medio que produce los alimentos, pero que se encuentra empobrecido
Y, por otro lado, el dato también habla de superpoblación y de enormes, extendidos sectores que sufren la insuficiencia de recursos, lo que implica retos sociales y ambientales inéditos, derivados de la desigualdad y asimetría en las relaciones económicas entre países ricos y pobres. Entonces, estos 8 mil millones de habitantes que somos ahora vamos a requerir muchos más recursos, más bosques, más peces, más tierras, de los que el planeta puede generar hoy, según académicos de la Universidad estadounidense Rockefeller. En tanto, agregan, sufrimos un excesivo consumo de energías fósiles y su dañina consecuencia: las emisiones de dióxido de carbono que han provocado el calentamiento global que podemos experimentar a diario. Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza ha calculado que se necesitarían 1 planeta completo y un 75% de planeta más, para dar sustentabilidad a estos 8 mil millones de habitantes que seremos mañana martes 15 de noviembre, siempre y cuando las relaciones económicas fueran simétricas entre los Estados. Pero sabemos que no lo son.
La década de los 60 del siglo XX., fue aquella en que el mundo experimentó el mayor grado de crecimiento poblacional. En esa década la tasa de aumento de habitantes llegó al 2,2%. No obstante, ese índice se sitúa actualmente por debajo del 1,1%. En esta etapa, que los expertos llaman de «transición demográfica», dos tercios de la población mundial tienen una fecundidad por debajo de los dos hijos. Así, estos 8 mil millones de personas que somos hoy, así como los millones que vendrán, suponen retos sociales y ambientales inéditos. Estos últimos implican dar solución a una cuestión capital: cómo gestionar los recursos sin destruir el entorno. Así, el Fondo para la Población de la ONU estima que se podría alcanzar los 8 mil 500 millones de habitantes en 2030, 9 mil 700 millones en 2050 y llegar a un récord de 10 mil 400 millones de personas en el planeta para 2080.
Desde la Universidad Autónoma de Barcelona y la madrileña Universidad Carlos III, los investigadores proyectan que en materia poblacional el mundo llegue a un máximo entre 2080 y 2090, momento en que 2 mil 400 millones de habitantes más se habrán sumado a los actuales, una cifra similar a la alcanzada en el último cuarto de siglo. “Hace muchas décadas que crecemos más lento y, si hemos ganado población, es porque vivimos más años”, destaca un informe de la Carlos III. Datos de distintas agencias de la ONU señalan que los mayores de 65 años aumentarán del 10% de hoy al 16% en 2050 con lo que duplicarían la cifra de menores de cinco años, poniendo con ello en jaque crítica al sistema de la seguridad social, porque cuando haya menos jóvenes que trabajan, menores serán los aportes a los organismos previsionales que pagan las jubilaciones y las pensiones.
También el Banco Mundial aporta una mirada novedosa sobre los retos sociales en los que las sociedades y los gobiernos debería poner el foco para que “entre los que somos y los que vengan, sean cada vez menos los que estén en estado de vulnerabilidad; procurar que estén escolarizados, que se les asegure buenos servicios de salud y se les garantice buena prestación de seguridad social en el caso de los mayores, dado que la población está cada vez más envejecida”, dijo el Banco Mundial, yendo en contra de lo que han sido las políticas impuestas a sus deudores, en especial a partir de las dos últimas décadas del siglo XX. En todo caso, los demógrafos y expertos creen que una parte del planeta ya atravesó la mencionada “fase de transición” y está teniendo crecimiento negativo, esto implica más muertes que nacimientos. En ese caso están, como se ha comprobado, España y Uruguay. Ante esta realidad, el problema del futuro es el del envejecimiento poblacional.
8 mil millones de seres humanos en el planeta azul… ¿será algo para festejar?
Haber llegado a ser 8 mil millones de personas sobre la faz de la Tierra no sólo habla, por supuesto, de una mayor esperanza de vida y una menor mortalidad adulta, infantil y materna, así como de una mayor esperanza de vida a escala global, entre otros signos positivos, sino que también permite comprender las razones por las que la tasa de crecimiento se ha estancado y por qué vivimos un envejecimiento sostenido. Pero también nos permite reflexionar sobre la gran paradoja que significa que hoy, la esperanza de rejuvenecer la población mundial está puesta en África, el único continente donde la natalidad no se ha estancado, pero donde la pobreza y el hambre son devastadores. Esto, mientras el desarrollo se reparte entre gigantescas urbes que consumen recursos y producen residuos, y un medio que produce los alimentos, pero que se encuentra empobrecido
Y, por otro lado, el dato también habla de superpoblación y de enormes, extendidos sectores que sufren la insuficiencia de recursos, lo que implica retos sociales y ambientales inéditos, derivados de la desigualdad y asimetría en las relaciones económicas entre países ricos y pobres. Entonces, estos 8 mil millones de habitantes que somos ahora vamos a requerir muchos más recursos, más bosques, más peces, más tierras, de los que el planeta puede generar hoy, según académicos de la Universidad estadounidense Rockefeller. En tanto, agregan, sufrimos un excesivo consumo de energías fósiles y su dañina consecuencia: las emisiones de dióxido de carbono que han provocado el calentamiento global que podemos experimentar a diario. Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza ha calculado que se necesitarían 1 planeta completo y un 75% de planeta más, para dar sustentabilidad a estos 8 mil millones de habitantes que seremos mañana martes 15 de noviembre, siempre y cuando las relaciones económicas fueran simétricas entre los Estados. Pero sabemos que no lo son.
La década de los 60 del siglo XX., fue aquella en que el mundo experimentó el mayor grado de crecimiento poblacional. En esa década la tasa de aumento de habitantes llegó al 2,2%. No obstante, ese índice se sitúa actualmente por debajo del 1,1%. En esta etapa, que los expertos llaman de «transición demográfica», dos tercios de la población mundial tienen una fecundidad por debajo de los dos hijos. Así, estos 8 mil millones de personas que somos hoy, así como los millones que vendrán, suponen retos sociales y ambientales inéditos. Estos últimos implican dar solución a una cuestión capital: cómo gestionar los recursos sin destruir el entorno. Así, el Fondo para la Población de la ONU estima que se podría alcanzar los 8 mil 500 millones de habitantes en 2030, 9 mil 700 millones en 2050 y llegar a un récord de 10 mil 400 millones de personas en el planeta para 2080.
Desde la Universidad Autónoma de Barcelona y la madrileña Universidad Carlos III, los investigadores proyectan que en materia poblacional el mundo llegue a un máximo entre 2080 y 2090, momento en que 2 mil 400 millones de habitantes más se habrán sumado a los actuales, una cifra similar a la alcanzada en el último cuarto de siglo. “Hace muchas décadas que crecemos más lento y, si hemos ganado población, es porque vivimos más años”, destaca un informe de la Carlos III. Datos de distintas agencias de la ONU señalan que los mayores de 65 años aumentarán del 10% de hoy al 16% en 2050 con lo que duplicarían la cifra de menores de cinco años, poniendo con ello en jaque crítica al sistema de la seguridad social, porque cuando haya menos jóvenes que trabajan, menores serán los aportes a los organismos previsionales que pagan las jubilaciones y las pensiones.
También el Banco Mundial aporta una mirada novedosa sobre los retos sociales en los que las sociedades y los gobiernos debería poner el foco para que “entre los que somos y los que vengan, sean cada vez menos los que estén en estado de vulnerabilidad; procurar que estén escolarizados, que se les asegure buenos servicios de salud y se les garantice buena prestación de seguridad social en el caso de los mayores, dado que la población está cada vez más envejecida”, dijo el Banco Mundial, yendo en contra de lo que han sido las políticas impuestas a sus deudores, en especial a partir de las dos últimas décadas del siglo XX. En todo caso, los demógrafos y expertos creen que una parte del planeta ya atravesó la mencionada “fase de transición” y está teniendo crecimiento negativo, esto implica más muertes que nacimientos. En ese caso están, como se ha comprobado, España y Uruguay. Ante esta realidad, el problema del futuro es el del envejecimiento poblacional.
8 mil millones de seres humanos en el planeta azul… ¿será algo para festejar?
Palma explica que la inflación de los últimos meses no es a raíz de los retiros y las ayudas sociales sino que está dada por factores externos como el acomodo del mercado global que de a poco se recupera de los efectos de la pandemia del Covid 19. 
