Durante la semana, el capitán del equipo, Alireza Jahanbakhsh, declaró que el vestuario decidiría “colectivamente” si cantar o no el himno como señal de apoyo a las manifestaciones que sacuden Irán desde hace dos meses.
Los once jugadores se mantuvieron rectos, impasibles y con rostro neutro mientras su himno resonaba en el Estadio Internacional Khalifa.
Irán está sumido en una oleada de protestas desde el fallecimiento el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años detenida por violar el estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres a llevar el velo en público.
La propia selección iraní ya había rechazado cantar el himno durante la previa de un amistoso de preparación en Austria contra Senegal (1-1) el pasado 27 de septiembre.
Ataviados entonces con una chaqueta negra que ocultaba el escudo nacional, los jugadores se mantuvieron en silencio, la mayoría de ellos con la cabeza agachada.
Varios deportistas de otras disciplinas eligieron también no cantar el himno, no celebrar las victorias o portar un brazalete negro durante eventos deportivos.
El 6 de noviembre, durante un torneo internacional de fútbol playa en Dubái, uno de los más prestigiosos de la disciplina, el equipo iraní también hizo un gesto similar, obligando a la televisión estatal a cortar la retransmisión en directo.
Celebración de goles
Durante la final, ganada frente a Brasil (2-1), los jugadores se mantuvieron en silencio en el momento de recibir la copa. El autor del gol de la victoria, manifestó su solidaridad con el movimiento de protesta y las mujeres en Irán, simulando cortarse el pelo con los dedos.
El atacante Alireza Jahanbakhsh, jugador del Feyenoord Rotterdam, declaró también el miércoles que celebrar o no gol durante el Mundial sería una elección “personal”.
Más allá de los terrenos de juegos, numerosos deportistas, retirados o todavía en activo, han escrito mensajes de apoyo a los protestas en redes sociales.
El exjugador del Bayern de Múnich, Ali Karimi, que vive en el extranjero y cuya casa fue confiscada por las autoridades, es uno de los más activos.
Rechazó la invitación de la FIFA y de la organización del Mundial para desplazarse a Catar y seguir la competición, al igual que la leyenda del fútbol iraní Ali Daei.