Abraham Santibáñez por críticas a Mesa "Más Amplitud, más voces, más democracia": "Lo mejor que nos ha pasado es que ha generado un gran debate"

El Premio Nacional de Periodismo consideró positiva la iniciativa del Gobierno de promover el diálogo sobre el sistema de medios. No obstante, consideró que su rol debe ser mínimo para efectos de empoderar a los gremios de las comunicaciones.

El Premio Nacional de Periodismo consideró positiva la iniciativa del Gobierno de promover el diálogo sobre el sistema de medios. No obstante, consideró que su rol debe ser mínimo para efectos de empoderar a los gremios de las comunicaciones.

Un debate sobre el sistema de medios es lo que reabrió las diferencias en torno a la mesa “Más amplitud, más voces, más democracia”. Un convenio que el Ejecutivo, a través del Ministerio Secretaría General de Gobierno, firmó con las universidades de Chile, de La Frontera y de La Serena para efectos de levantar un diagnóstico sobre los medios de comunicación y el pluralismo informativo. Ello en miras del diseño de nuevas políticas públicas para el sector.

Pero la agenda no es vista con buenos ojos desde la oposición. Parlamentarios de la UDI dirigieron una carta al Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Michael Greenspon, solicitando un pronunciamiento frente a lo que temen como una “influencia ideológica el Gobierno” sobre la discusión, que podría constituir “una grave amenaza a la libertad de prensa”.

Esto último fue descartado por académicos de la Casa de Bello, aduciendo que “la metodología elegida considera participación pasiva de profesionales” de la Segegob y que la mesa ya no utiliza las dependencias de dicho ministerio a partir del proceso de grupo de discusión, el que por cierto, mencionan que ha concitado 70 entrevistas y sesiones con organizaciones internacionales; parlamentarios, sectores empresariales, instituciones estatales y otras entidades.

A su vez, el académico de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Dino Pancani, retrucó la negativa que tuvo la Asociación Nacional de la Prensa de participar de la instancia por una supuesta injerencia de la Segegob aseverando que dicha conjetura “ha sido desmentida de manera pública y privada”. Así también, criticó la editorial de diario El Mercurio del pasado 24 de noviembre -que atribuyó a los académicos un “sesgo ideológico en contra de los medios tradicionales”-, dando cuenta del desconocimiento de la trayectoria académica y la variedad de posiciones de sus participantes.

Para enriquecer el debate, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con el Premio Nacional de Periodismo (2015) Abraham Santibañez, quien si bien consideró necesario promover cambios al sistema de medios, afirmó que el rol del Estado en ello debe ser solo de acompañamiento.

¿Cuál es su diagnóstico sobre el sistema medial chileno? ¿Qué defectos ve en él que requieren reformulación?

Es una tremenda pregunta porque yo creo que no tenemos claro ni siquiera cómo funciona el sistema de comunicaciones en Chile, ni en ninguna parte del mundo, salvo en los regímenes totalitarios que ya van quedando, sobre todo lo que era la antigua órbita soviética. Ahora hay algunas dictaduras donde imponen, pero eso es muy claro, no hay sistema, sino que la imposición de determinadas políticas de algún régimen.

Lo que pasa en Chile es que hemos tenido, con altibajos y algunos puntos muy bajos durante la dictadura, un sistema basado en la libertad, especialmente la libertad de los medios, entonces eso tiene problemas. Un sistema de comunicaciones perfecto no sé si existe, pero perfectible, ese ha sido el caso chileno durante mucho tiempo, pero lo primero siempre ha sido resguardar la libertad de expresión. Lo que nos pasa ahora es que estamos enfrentados a una situación inédita, no es que las noticias falsas o las noticias intencionadas sean nuevas, son anteriores incluso al periodismo, pero con la rapidez de las comunicaciones actuales, hace que sean realmente muy difíciles de combatir y generan un sistema, yo no le llamaría de comunicación, pero la gente se informa mucho por lo que dicen las redes sociales y eso no siempre corresponde a la verdad, entonces el primer punto es que esto es un tema complejo.

Yo diría que el segundo punto es que para analizar lo que ha estado haciendo el Gobierno es necesario entender qué es lo que dice en general, sobre todo el presidente Boric, porque cuando todavía era candidato, sus referencias a los medios siempre fueron muy duras, considerando de manera muy negativa que lo que se informaba no correspondía a la realidad y tampoco a las necesidades informativas. Yo creo que, para no seguir con el cuento de que otra cosa es con guitarra, es evidente que en el poder se ha dado cuenta, sobre todo cuando no tiene mayoría, que la cosa es distinta. Sin embargo y yo ahí me temo que la ministra Vallejo ha incurrido un poco en alguna falta de actualización, está más fija en lo que decía Boric cuando era candidato y no llegaba a La Moneda, en el sentido de tener algunos juicios muy claros, lo que no corresponde a la verdad.

El programa de Gobierno en general insistía en algunos de esos aspectos que yo creo que han ido cambiando, pero de repente cuando se fija esta política de investigar, de poder clarificar el sistema de comunicaciones, el Gobierno, por lo menos el Ministerio Secretaría General de Gobierno, incurre como decía en una visión un poquito añeja y desgraciadamente, porque me parece bien que haya hecho un llamado a pensar en conjunto con otras instituciones, pero desgraciadamente se invitaron a tres universidades, tres muy respetables, pero dejaron afuera a otras que también son respetables, especialmente las que tienen escuela de periodismo, entonces ahí uno nota que hay cierta intencionalidad. Yo no estoy de acuerdo con lo que ha dicho la UDI de ver aquí una amenaza frontal y directa, pero es evidente que hay algún riesgo que se está corriendo y por eso creo que lo mejor que nos ha pasado es que se haya generado un gran debate. Entiendo que la próxima semana va a haber algo organizado por la Asociación Nacional de la Prensa, la federación de medios, que me parece que es lo que debería haber hecho el Gobierno desde el comienzo.

A su juicio ¿hay que hacer cambios en el sistema medial? ¿Cuáles serían esos cambios en base al diagnóstico que usted maneja?

Creo que todo es perfectible. Yo fui director del diario La Nación cuando volvimos a la democracia y siempre me han preguntado si creo en los medios del Estado, y en general, yo quedé con una duda. Después de la dictadura, después de la represión, después de las limitaciones tan severas que tuvimos de la libertad de expresión, era necesario iniciar un cambio. Sin embargo ahí no se hicieron todos los cambios y mantuvimos un sistema muy parecido al que había antes, un cierto no sé si exceso de libertad, porque yo nunca hablaría de exceso de libertad, pero dominan mucho las empresas mediáticas, los grandes diarios y los canales de televisión tienen un sistema diferente, pero es muy difícil en el fondo tratar de inculcar una determinada política en los medios.

Lo digo porque qué quisiera uno, que hubiese libertad completa, total de información, que hubiera en términos éticos un gran respeto por la dignidad de las personas, que no se exagerara noticias por razones políticas. Hay medios que pueden ser políticos pero en general mezclar motivaciones políticas con las motivaciones informativas no es lo más adecuado. Entonces, si hubiese un cambio, yo le daría más poder, no al Gobierno, pero sí a las asociaciones gremiales. En el caso de los medios, la federación de medios, o sea, la Archi, ANP y la televisión, y por el lado de los periodistas, a mí me gustaría que el Colegio de Periodistas tuviera una fuerza que tuvo en sus inicios. Yo fui presidente del colegio hace más de diez años y creo que actualmente ha perdido mucho eso, precisamente porque se involucró mucho en la política en general, como cuando el colegio decidió que apoyaba la opción del Apruebo de la nueva constitución, que iba contra lo que pensamos muchos periodistas, pero sobre todo, lo que pensaba la mayoría del país como se vio. Entonces, de hacer cambios, hay que hacerlos con mucha prudencia, en lo posible el Estado debe facilitar ese mayor debate y por eso, en principio, también sería bueno lo que pretende el Ministerio Secretaría de Gobierno, pero tendría que ser muy amplio, con los medios, con los periodistas y lo que se llama ahora la sociedad civil.

Se ha reclamado que sea una militante comunista la que esté a la cabeza del ministerio que promovió la Mesa “Más Amplitud, Más voces, Más democracia” ¿Cómo ve las dificultades que surgen a la hora de debatir el sistema medial, sin caer en razonamientos de ese tenor?

Eso es precisamente la complejidad del debate, hay posiciones muy extremas. Ahora, uno nunca puede ser extremista en la defensa de la libertad de expresión, yo creo que ahí podemos estar todos de acuerdo. Pero, ¿cómo se controla el flujo enorme que tienen hoy día las redes sociales? Porque el periodismo se supone que está al margen, pero muchas veces la pauta de los medios, lo veo mucho en la televisión y a veces en la radio, menos quizás en los diarios, pero siempre es una tentación muy grande, porque es un debate tan intenso, tan actualizado, tan inmediato que para los periodistas eso suele ser tentador. Entonces cómo logra uno conciliar, como dije antes, el respeto por las personas, pero antes que eso incluso, el respeto por la búsqueda de la verdad.

Para los periodistas siempre se dice que la verdad no existe, que hay verdades teológicas. Bueno, hay verdades periodísticas que no son perfectas, pero es posible buscarla con trabajo, hablando con mucha gente, documentándose. El periodismo a la ligera no alimenta un buen sistema de comunicaciones en ninguna parte del mundo, entonces yo creo que ese debate debería pasar por esos aspectos, no irse al extremo. No sé si la UDI es la que esté en eso, pero hay mucha gente que dice que es el abuso de libertad que están haciendo los medios, el libertinaje, una cosa que ya se escuchaba en dictadura, por eso a mí me produce mucho escalofrío, pero buscar seriamente la verdad informativa, hacerlo como dije antes con respeto, creo que debería ser la orientación básica para cualquier debate y entender que estamos en una época de revolución de las comunicaciones.

Yo siempre he mencionado que la primera revolución fue la que produjo Gutemberg con la imprenta, de ahí salieron muchas cosas, incluyendo los diarios como los conocemos, pero sobre todo hubo dos revoluciones, la revolución francesa y la reforma de Lutero. Aquí ahora no sabemos bien hacia dónde vamos a llegar con todos estos cambios. Uno ve lo que intenta hacer Elon Musk y de repente hace cosas positivas a nombre de la libertad pero después se arrepiente, porque no es fácil tratar de controlar los excesos, insisto, en las redes sociales, pero por supuesto en todo lo que se divulga hoy día, entonces tratar de hacerlo con más responsabilidad, por una parte de los periodistas, pero sobre todo por parte de las audiencias. Es el público el que debería ser más exigente, estar mucho más preparado para descubrir cuando hay falsedades.

¿Considera que hay que avanzar a una ley de medios? Y si es así, ¿tendría que contemplar asuntos como la desconcentración de la propiedad de los medios de comunicación?

Yo creo que sí, yo creo que la ley fue un gran avance. Acuérdese que hubo dos etapas, cuando volvimos a la democracia lo primero que hizo el presidente Aylwin fue lograr que se aprobara una ley que suprimiría las barbaridades que había dejado la dictadura, pero la ley más completa tardó como ocho años en salir y por supuesto salió como esas cosas que se hacen, pero que no están todos seguros, porque había mucho debate. Entonces, hay muchas experiencias internacionales, yo creo que en ese sentido, más que buscar una ley que asegure otros aspectos de la libertad de expresión, creo que empezaría por reformular, agregarle algo y quitarle algo a la ley de prensa, y ojo, yo creo que el tema de la ética no pasa por la ley. Lo que puede pedir la ley es responsabilidad, si uno comete un delito en los medios naturalmente se debe aplicar todo lo que ya existe en materia de delito, pero los delitos de información que son a veces producto de falta de trabajo serio, de que no se agotaron todas las instancias, todas las entrevistas, toda la documentación, eso sobre todo es un tema ético y eso depende mucho más de las personas que de una regulación externa.

Por ejemplo, en el programa de Boric se hablaba de generar un sistema como el Consejo Nacional de Televisión que es una instancia en que se mezcla la ley y la ética en cuanto a televisión, yo creo que eso en algún caso puede dar algún resultado, pero no es lo más recomendable, porque la ética no se puede imponer por ley, no le pueden decir, como fue en los viejos tiempos, la ley mordaza, que las informaciones policiales tenían que tener determinada extensión, que la foto deberían ser chiquititas para no molestaran a nadie, no es eso lo que hace el periodismo, el periodismo debe valorar las noticias en su justa medida con criterios profesionales, con periodistas formados en redacción, que se ha descuidado mucho en los últimos años y por supuesto en conocimiento de la ley, de las normas éticas imperantes en todo el mundo que son más o menos parecidas.

Para precisar, ¿está de acuerdo con que hay que avanzar en la desconcentración de la propiedad de los medios? Y por último, ¿considera que hay que establecer un sistema de medios públicos?

Sí y no. Yo creo que, por ejemplo, es evidente que hay una concentración de medios. Qué se ha hecho en muchas partes, empezando por Estados Unidos, donde alguien puede ser propietario de muchos medios, pero se trata de evitar la concentración vertical. Es decir, que todo lo que haga el medio esté regulado por la ley o que puedan tener diario, o una estación de televisión, o radio, o ahora mucho internet. Yo creo que eso es un tema que hay que valorarlo de manera que los medios tengan suficientes recursos para financiarse, pero que no dependan del avisador. Nosotros hace algunos años en la Universidad Diego Portales hicimos un estudio con gente de publicidad respecto al avisaje, y el avisaje muchas veces resulta comprometedor porque hay empresas cuya política o cuya historia como Soquimich es a veces discutible y SQM, que es su nombre actual, tiene avisajes en todos los medios, hasta curas para el cáncer ofrecen y no es chiste. Eso es lo que hay que regular, cuál es la influencia del avisador en la línea editorial del medio. Eso sería con respecto a la concentración.

Ahora, a mí me gusta el periodismo que se hace en regiones, también hice un estudio en mis años de la Universidad Diego Portales y la verdad es que los medios locales, más que nunca, son valorados, porque al final lo que a uno le interesa es lo que pasa cerca de su casa. Las políticas nacionales por supuesto son importantes, pero alguien que ofrece publicidad como medio local le dice ¿A usted le interesa qué pasa con el Metro Santiago? Claro, si uno vive de La Serena para arriba o de Concepción para abajo naturalmente lo del Metro es más pintoresco que noticia importante, más importante es Valparaíso con su sistema de locomoción tan a mal traer que lo que pueda pasar en Santiago con los buses RED, entonces creo que si se pudiese alentar de alguna manera el crecimiento y desarrollo de los medios locales creo que se podría avanzar mucho.

Ahora respecto de los medios públicos, es necesario que sean muy transparentes, que no tengan ventajas indebidas sobre el resto de los medios. Por eso le recordaba antes cuando fui director de La Nación, yo lo considero como un periodo excepcional por las circunstancias que he vivido, pero yo no soy muy partidario. Creo que se pueden hacer concursos realmente importantes para generar, por ejemplo, ciertos programas en regiones, que haya algo que se ha hecho por ley. Yo un tiempo participé en eso con Conicyt, pero desgraciadamente es muy poca plata, tendría que ser bien financiado, eso sí sería importante para que los medios locales, sobre todo los que están más lejos de la capital, puedan desarrollar bien su trabajo, porque insisto, lo más importante para un medio local son las noticias locales, pero también tienen que tener una buena información sobre lo que ocurre en el Congreso, en La Moneda, lo que ocurre en los grandes centros empresariales o sindicales, entonces esa mezcla es lo que cuesta. Pero no veo un sistema de medios públicos generalizado.





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