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Putin: “Bomba arcoíris” no mataría a nadie, pero sistemas eléctricos a nivel planetario dejarían de funcionar permanentemente

El presidente de Rusia se refirió acerca de su posible estrategia de guerra contra Kiev con esta novísima bomba electromagnética, agregando que "en el campo de batalla no puede haber detalles menores".

Luis Hernán Schwaner

  Miércoles 21 de diciembre 2022 16:32 hrs. 
Vladimir Putin

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La advertencia de Vladimir Putin sobre el uso de armas nucleares tuvo como complemento un dato extra este miércoles en que comenzaba el invierno en Moscú: no existe ningún tipo de limitación al financiamiento de las necesidades del Ejército ruso en la “operación militar especial” en Ucrania, declaró al dirigirse a la plana mayor del Ministerio de Defensa en la apertura de su reunión de fin de año. “No tenemos ningún tipo de limitaciones en el financiamiento, el país y el Gobierno darán todo lo que pide el Ejército, todo”, afirmó con convicción.

Según el mandatario ruso, por esa razón es necesario dedicarle “una atención especial   a los botiquines médicos, la alimentación de campaña, los uniformes, el calzado, los cascos, los chalecos antibalas, todo debe ser lo más moderno y de la mejor calidad”, afirmó, aunque subrayando que sabe que el Ministerio de Defensa se ocupa de aquello.

“En el hipotético caso de una guerra nuclear contra Ucrania -dijo- ésta se iniciaría con la “bomba arcoiris”, un arma nuclear electromagnética que afectaría absolutamente a todos los dispositivos electrónicos en buena parte del planeta. Pero, ¿qué es la “bomba arcoíris”? Se trata de arma nuclear que recibe el nombre técnico de “Pulso Electromagnético Nuclear” (NEMP), que puede ser lanzada a una altitud mínima de 20 y una máxima de 600 kilómetros, lo que podría crear una tan potente explosión de radiación electromagnética que sería capaz de dañar permanentemente todos los equipos electrónicos en una gran parte del mundo.

Y el nombre que recibe este tipo de explosión proviene del hecho que puede crear una experiencia visual similar a la aurora boreal, por eso el apelativo de “bomba arcoíris”. Con su activación, todo dejaría de funcionar permanentemente, desde computadores hasta teléfonos celulares, así como las redes sociales. El gran cortocircuito dejaría fuera de servicio los sistemas de calefacción, conexiones eléctricas de todo tipo, distribución de agua potable, entrega de combustible en las gasolineras, los sistemas eléctricos de los aviones y barcos, los radares, cajeros automáticos, así como los automóviles e, incluso, los sistemas de peajes electrónicos y semáforos.

“Un NEMP cortaría los circuitos de todos los sistemas eléctricos y electrónicos no blindados dentro de las regiones afectadas. Las redes eléctricas y los sistemas de comunicación colapsarían. Todo dejaría de funcionar”, explicó por su parte el ex subsecretario adjunto de Defensa de Estados Unidos, Roger Pardo-Maurer, al diario El Mundo de España. Agregó que lo más importante para definir el impacto de una “bomba arcoíris” sería la altitud de la detonación. Los campos eléctricos y magnéticos se acoplarían con los sistemas eléctricos y electrónicos, causando records de tensión y corriente dañinos que terminarían inhabilitando gran parte de los sistemas de comunicación humanos.

Ahora bien, si Rusia atacara a Ucrania con una detonación de este tipo, es poco probable que el impacto se limite a las fronteras del país ucraniano y el efecto se extendería a los sistemas electrónicos de los países europeos circundantes y en ese momento, impactando seguramente a los países que conforman la OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte, lo que sería una invitación a una conflagración directa.

Aparte de los daños electrónicos que pudiera causar esta explosión, también podrían producirse incendios por los múltiples cortocircuitos que se producirían. Y aunque inicialmente la explosión no afectaría al cuerpo humano, si su magnitud no es controlada y sus efectos son prolongados, sí podría causar efectos sobre el sistema nervioso, quemaduras internas o daños cerebrales.

La vulnerabilidad de los sistemas electrónicos frente a esta posibilidad es la causa de que las principales potencias nucleares como Estados Unidos mantengan sus armas nucleares en sitios en donde no hay procesos de digitalización y todo está conectado de manera análoga, por medio de cables subterráneos, de modo que se eviten las interferencias electromagnéticas, asegurando que las armas nucleares puedan funcionar en caso de un ataque.

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