Sigue el debate por la crisis de las isapres. Este viernes, la ministra de Salud, Ximena Aguilera se pronunció respecto a las presiones de las aseguradoras hacia la Superintendencia de Salud.
Luego del fallo de la Corte Suprema que ordenó a las isapres regirse por la tabla de factores establecida por la Superintendencia en 2019, es este organismo el que debe entregar los lineamientos para que se cumpla dicho fallo.
El plazo del Gobierno para entregar las directrices se cumple en mayo, pero esta semana, a más de cuatro meses de la fecha límite, la Asociación de Isapres comenzó a presionar al Ejecutivo.
“Nosotros como autoridad sanitaria somos responsables, somos prudentes y queremos hacer un llamado a la tranquilidad respecto de cómo se va a tratar todo este tema de la implementación del fallo de la Corte Suprema”, dijo Aguilera.
La ministra también aclaró que desde el Ejecutivo no existen ganas de hacer caer a las isapres: “Nada más lejos, nosotros como gobierno no tenemos ningún interés en que haya alguna quiebra de una isapre ni tampoco de una clínica. Necesitamos a todos los prestadores públicos y privados para dar cuenta de las necesidades de salud”.
Consultado respecto a la compleja situación que atraviesan las isapres, el académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, Cristián Rebolledo aseguró que el problema de las aseguradoras va mucho más allá del fallo de la Corte Suprema.
“El problema de las isapres, a diferencia de lo que han planteado ellas mismas, no solamente pasa por el tema de la aplicación de las tablas. Los motivos por los cuales hoy día están teniendo costos muy elevados no son exclusivamente esos, sino que hay otros que son más estructurales. Como, por ejemplo, el altísimo costo por licencias médicas y la falta de mecanismos de contención de costos”, señala el experto.
Frente a la idea de crear herramientas para salvar a las isapres, Rebolledo es enfático: no cree que deban crearse nuevos mecanismos, porque éstos ya existen.
“Dentro de sus funciones de fiscalización, la Superintendencia de Salud constantemente monitorea algunos indicadores financieros de las isapres, entre ellos la solvencia. Cuando las isapres entran en insolvencia, hay un procedimiento estándar que está establecido, entonces, la superintendencia tiene las herramientas tanto regulatorias, como prácticas, para poder llevar adelante procesos de no sé si de salvar, pero de acompañar los procesos de insolvencia de las isapres, que es más correcto que hablar de la quiebra”.
“Aquí hay que ver caso a caso. Existen herramientas para acompañar la situación financiera, y que la gente no se quede sin atención”, agrega Rebolledo.
Finalmente, el académico reflexiona respecto a la postura que debe tomar el Gobierno. A su juicio, el Ejecutivo debe entregar una solución lo antes posible, para darle tranquilidad no a las isapres, sino que a los usuarios.
“El Gobierno ha planteado, y yo estoy de acuerdo, en que hay que revisar el tema de las isapres, si es que efectivamente son parte de la seguridad social, pero en este momento, más allá del modelo de administración de los fondos, hay que pensar en los 3,3 millones de afiliados a las isapres y darles una respuesta a esas personas”, asevera.