Mucha alegría, entusiasmo y un almuerzo con lentejas como plato principal fueron parte del recibimiento que tuvieron los 25 estudiantes de la Universidad de Chile que llegaron hasta la Región de Valparaíso para colaborar con los residentes del Cerro Tranque Sur de Viña del Mar, una de las zonas más afectadas por los incendios ocurridos en el pasado mes de diciembre.
Durante esta semana, y hasta el próximo 22 de enero, el grupo estará en terreno recorriendo y colaborando en distintas labores de limpieza y acopio de materiales. En estos primeros días ya han trabajado en el acondicionamiento del albergue donde se quedarán, la remoción de escombros y el apoyo en la preparación de ollas comunes en la población Felipe Camiroaga.
La actividad fue organizada por el Consejo de Presidentes de la Universidad de Chile, que incluye a todos los centros de estudiantes y que reemplaza a la FECH hasta que se logre quorum para la conformación de una nueva directiva. La iniciativa comenzó a gestarse una semana después del incendio e incluyó varios viajes previos para conocer a los vecinos y las comunidades.
“Esta actividad pretende ser una instancia de reactivación de la Federación y de las labores estudiantiles con respecto a su comunidad, a su gente, a su país. Y esperamos que se realicen muchas más jornadas de este tipo durante el año”, explica Felipe Ponce, presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales.
“Es importante y valioso que los estudiantes reaccionen a este tipo de emergencias, porque es mucho lo que pueden aportar, tanto desde los conocimientos de cada uno, como a través de la compañía y apoyo que pueden entregar a los vecinos de la zona. Esto habla, también, de la necesidad de volver a contar con una Federación y el valor de que los centros de estudiantes hayan logrado organizarse y convocar a esta actividad, dando cuenta de que su refundación va muy bien encaminada”, señala la Vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Josiane Bonnefoy.
Motivación solidaria
“Después de ver todas las noticias sobre estos incendios y saber que la Universidad se estaba moviendo, encontré que era la oportunidad perfecta para ayudar. En el colegio había trabajado en acción social y pensé que también podía aportar”, dice Matías González, voluntario y estudiante de segundo año de Derecho.
Los estudiantes de la Universidad de Chile estarán trabajando coordinadamente con la Municipalidad de Viña del Mar y el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), justamente en un momento en que se ha reducido la cantidad de voluntarios y ayudas para una emergencia que dejó dos fallecidos, 67 lesionados y más de 200 casas dañadas.
El método de trabajo durante toda la semana será dividirse de acuerdo a sus áreas de especialidad. Por ejemplo, estudiantes de Derecho realizarán asesorías sobre los trámites formales para la reconstrucción de las viviendas, mientras que estudiantes de Medicina desarrollarán catastros de salud. “Tenemos un ingeniero eléctrico que va con todos sus materiales el fin de semana para ayudar en casas que necesitan instalación de electricidad, al menos en lo más básico”, cuenta Felipe Ponce.
“Es interesante la forma en que se organizó porque no es solamente ayudar a remover escombros, sino focalizarse en las habilidades y conocimientos que cada uno tiene y vincularlas con las necesidades del lugar”, agrega Amparo Salas, una de las voluntarias y estudiante de segundo año de Derecho.
Mucha alegría, entusiasmo y un almuerzo con lentejas como plato principal fueron parte del recibimiento que tuvieron los 25 estudiantes de la Universidad de Chile que llegaron hasta la Región de Valparaíso para colaborar con los residentes del Cerro Tranque Sur de Viña del Mar, una de las zonas más afectadas por los incendios ocurridos en el pasado mes de diciembre.
Durante esta semana, y hasta el próximo 22 de enero, el grupo estará en terreno recorriendo y colaborando en distintas labores de limpieza y acopio de materiales. En estos primeros días ya han trabajado en el acondicionamiento del albergue donde se quedarán, la remoción de escombros y el apoyo en la preparación de ollas comunes en la población Felipe Camiroaga.
La actividad fue organizada por el Consejo de Presidentes de la Universidad de Chile, que incluye a todos los centros de estudiantes y que reemplaza a la FECH hasta que se logre quorum para la conformación de una nueva directiva. La iniciativa comenzó a gestarse una semana después del incendio e incluyó varios viajes previos para conocer a los vecinos y las comunidades.
“Esta actividad pretende ser una instancia de reactivación de la Federación y de las labores estudiantiles con respecto a su comunidad, a su gente, a su país. Y esperamos que se realicen muchas más jornadas de este tipo durante el año”, explica Felipe Ponce, presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales.
“Es importante y valioso que los estudiantes reaccionen a este tipo de emergencias, porque es mucho lo que pueden aportar, tanto desde los conocimientos de cada uno, como a través de la compañía y apoyo que pueden entregar a los vecinos de la zona. Esto habla, también, de la necesidad de volver a contar con una Federación y el valor de que los centros de estudiantes hayan logrado organizarse y convocar a esta actividad, dando cuenta de que su refundación va muy bien encaminada”, señala la Vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Josiane Bonnefoy.
Motivación solidaria
“Después de ver todas las noticias sobre estos incendios y saber que la Universidad se estaba moviendo, encontré que era la oportunidad perfecta para ayudar. En el colegio había trabajado en acción social y pensé que también podía aportar”, dice Matías González, voluntario y estudiante de segundo año de Derecho.
Los estudiantes de la Universidad de Chile estarán trabajando coordinadamente con la Municipalidad de Viña del Mar y el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), justamente en un momento en que se ha reducido la cantidad de voluntarios y ayudas para una emergencia que dejó dos fallecidos, 67 lesionados y más de 200 casas dañadas.
El método de trabajo durante toda la semana será dividirse de acuerdo a sus áreas de especialidad. Por ejemplo, estudiantes de Derecho realizarán asesorías sobre los trámites formales para la reconstrucción de las viviendas, mientras que estudiantes de Medicina desarrollarán catastros de salud. “Tenemos un ingeniero eléctrico que va con todos sus materiales el fin de semana para ayudar en casas que necesitan instalación de electricidad, al menos en lo más básico”, cuenta Felipe Ponce.
“Es interesante la forma en que se organizó porque no es solamente ayudar a remover escombros, sino focalizarse en las habilidades y conocimientos que cada uno tiene y vincularlas con las necesidades del lugar”, agrega Amparo Salas, una de las voluntarias y estudiante de segundo año de Derecho.
Mucha alegría, entusiasmo y un almuerzo con lentejas como plato principal fueron parte del recibimiento que tuvieron los 25 estudiantes de la Universidad de Chile que llegaron hasta la Región de Valparaíso para colaborar con los residentes del Cerro Tranque Sur de Viña del Mar, una de las zonas más afectadas por los incendios ocurridos en el pasado mes de diciembre.
Durante esta semana, y hasta el próximo 22 de enero, el grupo estará en terreno recorriendo y colaborando en distintas labores de limpieza y acopio de materiales. En estos primeros días ya han trabajado en el acondicionamiento del albergue donde se quedarán, la remoción de escombros y el apoyo en la preparación de ollas comunes en la población Felipe Camiroaga.
La actividad fue organizada por el Consejo de Presidentes de la Universidad de Chile, que incluye a todos los centros de estudiantes y que reemplaza a la FECH hasta que se logre quorum para la conformación de una nueva directiva. La iniciativa comenzó a gestarse una semana después del incendio e incluyó varios viajes previos para conocer a los vecinos y las comunidades.
“Esta actividad pretende ser una instancia de reactivación de la Federación y de las labores estudiantiles con respecto a su comunidad, a su gente, a su país. Y esperamos que se realicen muchas más jornadas de este tipo durante el año”, explica Felipe Ponce, presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales.
“Es importante y valioso que los estudiantes reaccionen a este tipo de emergencias, porque es mucho lo que pueden aportar, tanto desde los conocimientos de cada uno, como a través de la compañía y apoyo que pueden entregar a los vecinos de la zona. Esto habla, también, de la necesidad de volver a contar con una Federación y el valor de que los centros de estudiantes hayan logrado organizarse y convocar a esta actividad, dando cuenta de que su refundación va muy bien encaminada”, señala la Vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Josiane Bonnefoy.
Motivación solidaria
“Después de ver todas las noticias sobre estos incendios y saber que la Universidad se estaba moviendo, encontré que era la oportunidad perfecta para ayudar. En el colegio había trabajado en acción social y pensé que también podía aportar”, dice Matías González, voluntario y estudiante de segundo año de Derecho.
Los estudiantes de la Universidad de Chile estarán trabajando coordinadamente con la Municipalidad de Viña del Mar y el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), justamente en un momento en que se ha reducido la cantidad de voluntarios y ayudas para una emergencia que dejó dos fallecidos, 67 lesionados y más de 200 casas dañadas.
El método de trabajo durante toda la semana será dividirse de acuerdo a sus áreas de especialidad. Por ejemplo, estudiantes de Derecho realizarán asesorías sobre los trámites formales para la reconstrucción de las viviendas, mientras que estudiantes de Medicina desarrollarán catastros de salud. “Tenemos un ingeniero eléctrico que va con todos sus materiales el fin de semana para ayudar en casas que necesitan instalación de electricidad, al menos en lo más básico”, cuenta Felipe Ponce.
“Es interesante la forma en que se organizó porque no es solamente ayudar a remover escombros, sino focalizarse en las habilidades y conocimientos que cada uno tiene y vincularlas con las necesidades del lugar”, agrega Amparo Salas, una de las voluntarias y estudiante de segundo año de Derecho.
