Presentar una Dificultad Específica del Aprendizaje (DEA), como su nombre lo indica, implica alteraciones significativas en un dominio específico del aprendizaje que puede estar en la adquisición y uso de la lectura, del razonamiento y de las habilidades matemáticas o el uso adecuado de la escritura. Estas alteraciones no se justifican por bajo nivel intelectual, dificultades sensoriales (baja visión, sordera), desarrollo sociocultural inadecuado o falta de oportunidades escolares, sino por dificultades en habilidades específicas relacionadas con los citados dominios del conocimiento. La prevalencia estimada de DEA es de un 5% en la población escolar, esto significa que unos 125 mil niños y niñas, presentan alguna Dificultad Específica del Aprendizaje en matemáticas, lectura o escritura. En la actualidad, la identificación de estas dificultades se realiza fundamentalmente a partir del rendimiento académico en la sala de clases, lo cual hace que haya que esperar a la adquisición de estos aprendizajes para poder realizar el diagnóstico.
Ante esta situación, un equipo de investigadores del CIAE, con financiamiento de un proyecto FONDEF de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), se encuentra en el desarrollo de un instrumento que permitirá identificar tempranamente riesgo de presentar Dificultades Específicas del Aprendizaje.
“El instrumento permitirá generar criterios estándares para la identificación del riesgo de DEA en las escuelas del país, homogeneizando la forma de tamizaje actual. Así, disminuirá la cantidad de niños que por error no son identificados con DEA aun teniendo dichas dificultades; o que son identificados como niños con posibles DEA, pero que sus dificultades pueden deberse a otras causas”, explica Pablo Dartnell, director del proyecto.
Hoy día, como los niños son diagnosticados a partir del rendimiento en pruebas curriculares, puede verse incrementado el número de falsos positivos: niños enviados a evaluación profesional que tienen bajo rendimiento académico por razones no inherentes a su desarrollo cognitivo propiamente; así como falsos negativos: niños que tienen DEA, pero que han desarrollado estrategias alternativas de aprendizaje que les permiten pasar desapercibidos hasta que las demandas académicas comienzan a aumentar alrededor del 3er o 4to año de escolarización.
“Además, dado que la evaluación de las Necesidades Educativas Especiales (NEE) deberá ser un proceso continuo, los niños identificados con riesgo de DEA podrán ser evaluados también al final del curso escolar o en los cursos siguientes con este instrumento. De esta forma, será posible analizar el progreso del niño durante la intervención y determinar las direcciones concretas para la mejor intervención de sus dificultades”, explica la directora alterna del proyecto, Danilka Castro.
El instrumento, denominado ITeRDEA (Identificación Temprana de Riesgos de Dificultades Específicas del Aprendizaje), se encuentra a nivel de desarrollo del prototipo y ha sido piloteado con niños de la Región Metropolitana. El paso siguiente es la postulación a fondos para construir la versión final estandarizada, que pueda funcionar en la educación pública a nivel país. Con este fin, el equipo del CIAE se encuentra trabajando en el desarrollo de alianzas estratégicas con los organismos públicos más relevantes.
ITeRDEA se presenta como un sistema computarizado online que evaluará el estado de los procesos mentales involucrados en el aprendizaje escolar, ofreciendo una identificación de posibles dificultades en el aprendizaje en niños de primer a sexto año de Educación General Básica. Para ello, el instrumento cuenta con tres baterías de tareas de habilidades cognitivas básicas: la primera mide el procesamiento numérico (incluye tareas de estimación, comparación, conteo, subitización y cálculo); la segunda mide las habilidades básicas necesarias para la lectura y la escritura (tareas de conciencia fonológica, segmentación silábica y fonémica, y habilidades de comprensión lectora), y la última evalúa las funciones ejecutivas (memoria de trabajo, control inhibitorio y alternancia atencional). Por esto, no sólo permitirá identificar a niños y niñas en riesgo de DEA, sino que también ofrece información que permite identificar sospecha de riesgo de tener otras NEE como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad o Dificultades intelectuales. “El instrumento genera automáticamente un reporte individual con el perfil cognitivo en las capacidades evaluadas, del cual podrá extraerse información valiosa sobre cuáles son las afectaciones concretas del niño, y un resumen general de la evaluación donde se muestra el nivel de riesgo del niño. De esta forma, los profesionales tendrán una guía más precisa para el diseño de intervenciones adecuadas y efectivas”, señalan Dartnell y Castro.