Andrés Solimano y superávit fiscal: “Está bien el ahorro en tiempos normales, pero no estamos en tiempos normales”

“Este es un gobierno se supone progresista, pero ha hecho un ajuste económico fuerte, bajo una ortodoxia económica dominante”, señaló el economista al hacer un análisis de la ejecución fiscal del Ejecutivo.

“Este es un gobierno se supone progresista, pero ha hecho un ajuste económico fuerte, bajo una ortodoxia económica dominante”, señaló el economista al hacer un análisis de la ejecución fiscal del Ejecutivo.

El economista y académico Andrés Solimano, expresó sus dudas sobre si es bueno congratularse con el superávit fiscal dado a conocer por el Gobierno, cuando la situación económica y social es difícil, marcada por una fuerte reducción del gasto público.

Sin desconocer la importancia que tiene el superávit de 1,1% del PIB  que ha sido destacado como el mejor desde el 2011, el economista afirmó que es necesario considerar sobre la base de qué se llegó a esta situación, cuando la ejecución del presupuesto del 2022 se hizo en el marco de una reducción del gasto público del 25% en relación al 2021 y que afectó a los programas de ayuda del IFE Universal y el corte de otras transferencias sociales durante la pandemia.

En su opinión, la política económica del gobierno del Presidente Gabriel Boric responde a una ortodoxia económica dominante, marcado por un ajuste económico fuerte, donde primero está el ajuste y después las consideraciones sociales.

El economista destacó que en el escenario de la actual situación económica, con una alta inflación, el Gobierno está gastando casi 3 mil millones de dólares en programas de protección frente a esta realidad, pero eso es menos del 1% del PIB y eso “como programa de apoyo social es bastante modesto y al mismo tiempo, se están haciendo ahorros que son como 3 mil 300 millones de dólares que no se gastan y alguien podría decir, por que no gastan ese dinero ayudando a la gente a enfrentar las carestía del costo de la vida, subsidios para que la canasta de alimentos no sea tan cara, subsidios de distintos tipos, transferencias sociales”.

Solimano agregó que mientras hay una situación económica difícil, que la pagan los sectores de menores ingresos, los trabajadores, porque son los que gastan más en alimentos que han subido en un 27 o 28 por ciento en un año, no se entiende por qué tener este tipo de ahorro. “Es como decir tengo a los niños en la familia medios alimentados, pero igual tengo ahorros en la cuenta bancaria y esos ahorros no los uso, ni para alimentar a los niños. Entonces uno podría decir lo mismo, por qué se está ahorrando en momentos en que hay una situación social difícil”, precisó.

Por ello, el economista afirmó que “no hay que confundir instrumentos con objetivos. Los objetivos son que haya un buen nivel de consumo de la población, que la gente tenga seguridad alimentaria, proteger los salarios reales de la gente frente a la inflación, crear más empleos, crecer. Y los instrumentos son las políticas fiscal y monetaria, que en el caso de la política fiscal (balance, ingresos, gastos) debe estar supeditado a objetivos últimos, como proteger la seguridad alimentaria, proteger la canasta de consumo de las clases medias y de los trabajadores”.

Solimano, precisó que “suena paradójico que haya ahorro fiscal y nos congratulamos con ese ahorro.Está bien el ahorro, creo que en tiempos normales hay que ahorrar, pero no estamos en tiempos normales, venimos saliendo de la crisis del Covid 19, de una situación social difícil o estamos en una situación social que no es óptima y al mismo tiempo le estamos ahorrando dinero al Estado. Encuentro bien el ahorro como concepto en el mediano plazo, pero no se si en esta situación es justificado o sea para congratularse”.

El experto afirmó que en el escenario de ahorro fiscal, no existe claridad sobre hará el Ejecutivo con esos recursos, si va a comprar bonos del Banco Central, hacer inversiones en el exterior o la va destinar a fortalecer las redes de protección social en un año que se espera una contracción económica cuando el FMI, el BM y la Cepal aseguran que el PIB debiera caer en 1,2% y que junto con Haití, son las economías latinoamericanas que van a tener contracción económica este año y “quizás van a guardar la plata para hacer frente a esa situación, no se. Sería bueno un anuncio del gobierno sobre cuál va a ser el destino de este ahorro”.

Solimano agregó que “sin desconocer que se ha generado un ahorro fiscal, la pregunta es en qué contexto se está ahorrando plata en el sector público, cuando el país está en una situación económica difícil y una situación social delicada, compleja producto de lo que hemos visto, de la pandemia, la inflación y la recesión que se espera para este año, hay que preguntarse si es el momento de hacer ahorros fiscales. Creo que hay que poner en la balanza todo, si están cumpliendo los objetivos primarios de una política económica del país, más que ahorrar en un período de dificultades”.

En opinión del economista, esta política responde a una lógica de ortodoxia económica y es una buena noticia que haya ahorros, pero debe haber un compromiso explícito para ocuparlo en programas sociales para hacer frente a los costos de la inflación y la recesión, que sería lo positivo. Por ello, afirmó que la política no solo se puede evaluar con el superávit, sino es qué está pasando con la inflación, el empleo, las remuneraciones reales de los trabajadores y quedarse solo con una sola variable.

“Veo ministras que dicen que es la primera vez en 12 años que tenemos superávit fiscal, pero cómo está el resto de la economía y la gente con esta economía. Sin desmerecer que es un logro, pero veamos las carencias que hay. Este es un gobierno se supone progresista que se supone que no están dentro los márgenes tan rígidos del neoliberalismo, pero ha hecho un ajuste económico fuerte, con una política de alza de tasas de interés que hizo el BC en realidad, también fuerte, entonces hay una ortodoxia económica dominante. Primero el ajuste, que las cuentas fiscales estén en azul y después consideraciones sociales, etc. Creo que hay que ir caminando en las dos direcciones. Los montos destinados a programas sociales antiinflación son muy menguados, sobre todo si hay recursos”, puntualizó Solimano.





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