En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la politóloga y ex integrante de las Juventudes Socialistas, Javiera Arce, criticó los cuestionamientos que se han dirigido al Partido Socialista a raíz de la alianza que conformó con Apruebo Dignidad para competir en las elecciones del Consejo Constitucional. Lejos de una nostalgia hacia la Unidad Popular, Arce, afirmó que la colectividad actuó con “racionalidad política” al decidirse por cuidar la imagen pública del Presidente en un momento de debilidad.
Y es que al analizar la trama de las dos listas, Arce identificó una sucesión de errores donde se contempla el episodio de los indultos que, “va a generar una especie de tentación de no asumir los costos de estar en el Gobierno” y tras ello, el desacierto de Boric de hacer de la falta de unidad ante las elecciones “un fracaso para su respaldo”.
“Tienes a un presidente actuando directamente sobre esto y que más encima sale derrotado con esta situación y es una elección que en realidad podría haber pasado sin penas ni glorias y daba lo mismo si van en una, dos o cinco listas. El tema es que de nuevo el Ejecutivo, de nuevo Boric comete el mismo error que lo que se hace con el plebiscito del Apruebo y el Rechazo en septiembre, de poner en tela de juicio su Gobierno”.
Ahora bien, acotó que las dos listas “es resultado, quizás, de una incapacidad que ha existido de generar una coalición política, en que hay actores que plantean de frente que se sienten maltratados por el Frente Amplio, como fue el caso reiterativo del presidente del Partido Radical, que dijo muchas veces esto, como también lo ha hecho saber el mismo PPD”.
Sin perjuicio de lo anterior, aseguró que “el Partido Socialista actúa de una manera bastante responsable y no porque hayan tenido una nostalgia de la Unidad Popular ni nada por el estilo, porque conozco a los actores políticos ahí, sino más bien por la señal que justamente pretendía dar el Presidente Boric”.
“Camilo Escalona, a lo que se suma una serie de diputados como Leonardo Soto, Daniel Melo y varios otros miembros del comité central, esta misma posición que tenía el senador Elizalde y varios otros, se empezaron a dar cuenta que esto podía tener coletazos de debilitamiento del poder del Presidente o de una imagen del Presidente”, señaló, apuntando a que “esto tiene que ver básicamente con una cuestión de racionalidad política, de defender al Gobierno, de darle un piso político y de la cual no se entiende que partidos que teniendo ministros de Estado -no la DC, pero sí el PR y el PPD- hayan decidido tener acciones más bien audaces en torno a esto”.
En ese sentido, descartó que el PS haya conformado una alianza con Apruebo Dignidad por afinidades ideológicas, advirtiendo que “no podemos hablar de diferencias políticas sustantivas en un escenario de una política totalmente atravesada por la mediatización, por la despolitización y sobre todo por los flashes y por el Instagram, donde no es posible tener un debate de ideas sustantivo entre las facciones de la centroizquierda o la izquierda”.
“No sé si al Frente Amplio considerarlo dentro de la centroizquierda también, porque carece de estas posturas más refundacionales, que en realidad eran plenamente discursivas y performáticas, y lo podemos situar dentro del plano del reformismo. Entonces, dentro de las fuerzas reformistas se podría decir, lo que hay acá es una responsabilidad política de que no ocurra -que eso es lo que hace el Partido Socialista- lo mismo que al Presidente Allende en su momento”.
“Esa fue la lógica que tuvo el PS en general, entonces hacer una crítica desde esa perspectiva me parece que es bastante mezquina y sobre todo sería interesante preguntarle a Natalia Piergentili cuál es la idea de sacar a relucir temas de identidades coalicionales en una elección que no tiene un peso político significativo -más que escoger el refrito de las personas que van a conformar este consejo constitucional, con un elenco de candidatos de la old school, o sea estamos hablando de otra cosa-y en un escenario además donde de verdad las ideas políticas están ausentes del debate”.
De tal forma, Arce sinceró que “a mi lo que me complica es que esto es como la radicalización máxima de los procesos de despolitización, entonces no sabría explicar por qué el PPD decide hacer esto sino es más bien por una cuestión de tratar de reconquistar o sobrevivir o revivir junto al PR y la DC que han estado bajando sucesivamente, su porcentaje de representación”
“La DC recordemos que hace unos años atrás tenía cerca de veinte diputados y ahora no alcanza a tener 6 o 7, lo mismo el Partido por la Democracia que de una elección a otra reduce a la mitad su bancada, de 14 a 7 diputados. Para qué decir el PR que apenas vive, tiene casi la categoría de un Partido reliquia, entonces si ellos están buscando sobrevivir ahora, este no era el momento con todas las sucesivas crisis. Además ellos tienen ministros de Estado dentro del gabinete así que yo creo además que la crítica es bastante injusta hacia la responsabilidad política que ha decidido tener el Partido Socialista en este proceso, eso es lo que ha hecho. No es que haya una afición o nos sintamos identificados -y hablo como socialista también- con ese Frente Amplio”, insistió.
En esa línea, añadió que “nosotros venimos de matrices absolutamente distintas, tenemos procesos de socialización política totalmente distinto a lo que tiene el Frente Amplio”.
En lo relativo a las repercusiones que entraña el debilitamiento del mandatario, Arce indicó que “es altamente probable que si esto no resulta, si esto sigue teniendo desaciertos y si además se le quita este espacio de legitimidad que el mismo Presidente pedía a través de la generación de estas listas, lo que vas a tener como consecuencia de esto es que la gente se va a aburrir y va a votar por cualquier outsider que le prometa cualquier estupidez y estoy hablando de Franco Parisi, José Antonio Kast”.
“Ese es el riesgo en el que estamos y yo creo que el PPD no pensó en esto, el Partido Radical tampoco y eso es lo que molesta. Yo creo que aquí había que robustecer la figura del Presidente Boric, por cualquier cosa el Presidente tiene que terminar bien su Gobierno y para eso requiere por lo menos ir avanzando a la construcción de una coalición, situación que se está haciendo todo lo contrario con estas coaliciones. Aquí no es que el Partido Socialista haya traicionado al PPD, es el PPD y el Partido Radical quienes le dan vuelta la espalda en un afán electoral, de haber visto esto como-y esto lo desconozco- una potencialidad de crecer”.
Dicho eso, Arce dijo dudar que la ciudadanía tenga una suerte de “nostalgia concertacionista”. “Yo creo que hay que tener cuidado con estas discusiones que son más bien de la élite y no de la gente. La gente lo que quiere es seguridad, es verse beneficiada o ver mejoras en sus condiciones materiales de su vida y si tienes una economía desmejorada, si además los roban, más encima la percepción de asalto es enorme y no eres capaz de hacer políticas públicas en torno a eso, estamos en un problema”.
En otra arista, Arce aquilató como “una falacia retórica y además una deshonestidad política impactante” el denominar a la alianza de “Unidad por Chile” como de izquierda radical.
“El Partido Comunista tú podrías decir que tiene visiones más radicales de la sociedad, pero en el Gobierno, o una vez que gobiernan, ellos tienen posiciones mucho más pragmáticas. Nadie va a decir que la ministra Jara es una revolucionaria ¿O sí? O sea, nada más deshonesto que referirse a eso, que Camila Vallejo está llamando a quemar Chile de Arica a Punta Arenas, quizás Jadue, no sé, pero la Camila, la Jeannette Jara y varios de sus funcionarios gubernamentales no están en esa parada”, sostuvo.
Y añadió: “El Frente Amplio es otra cosa, es una coalición reformista que carece de un proyecto político ideológico claro, que fue conformado como una alianza de estas tendencias de atrapar todo, donde no se declaran de izquierda en algún momento porque había que meter al Partido Liberal -esto yo no lo digo, lo dice Noam Titelman en un paper que él escribió explicando la conformación del Frente Amplio- y que tiene posiciones súper postmodernas, la mayoría son veganos, son de las diversidades, como lo importante para ellos son estas políticas de reconocimiento, las políticas posmo. Eso no lo encuentro radical para nada, radical sería que se hablara como de tomarse los medios de producción, hacer una guerrilla, o tomarse el poder por las armas, eso es la izquierda radical”.
Bajo esas consideraciones, concluyó que “es tanto el escenario de despolitización y es tanto la propensión que tienen los ciudadanos también a consumir noticias falsas que esto genera como una especie de círculo vicioso en que los políticos abusan de argumentos retóricos que pueden sonar muy rimbombantes pero carecen en absoluto de contenido político y eso es muy peligroso cuando se instala en el diálogo democrático, porque lo que hace también es polarizar no solo a las élites sino que también a la población”.