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Año XVI, 25 de abril de 2024


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Cristóbal Bellolio y la ventaja de Republicanos sobre Chile Vamos: “Estos son tiempos populistas en el sentido que gana aquel que es capaz de identificar mejor un enemigo”

El doctor en Filosofía Política hizo hincapié en el desafío que radica en lograr imponerse a fuerzas populistas como Republicanos. Ahora bien, consideró interesante los réditos que Chile Vamos puede obtener de una tregua con el Gobierno.

Maria Luisa Cisternas

  Miércoles 15 de febrero 2023 18:46 hrs. 
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En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el abogado, profesor de Teoría Política de la Universidad Adolfo Ibáñez y autor de “El momento populista chileno”, Cristóbal Bellolio, abordó la contienda que libra el Partido Republicano con Chile Vamos de cara a las elecciones de consejeros constitucionales. Y es que pese a los intentos que hasta última hora encabezó la UDI para hacer converger a la derecha en una lista única -al margen de la resistencia de Evópoli- el portazo de Republicanos a la oferta fue definitivo. Refractarios a una nueva constitución, la colectividad liderada por José Antonio Kast apostó por perfilar su propio nicho y probarse electoralmente en los próximos comicios.

De ahí entonces que uno de los primeros pasos del Partido fuese la publicación de una serie de gráficas con las que se diferenciaban del resto de las fuerzas políticas y con las que apuntaron a Chile Seguro de promover la regularización de todos los migrantes que hacen ingreso de manera ilegal al país y de estar por estudiar caso a caso la opción indultar a delincuentes, entre otros “desvaríos”. Contenido que por cierto provocó el reproche de Chile Vamos, donde acusaron la divulgación de información falsa y exhortaron a ser responsables con el proceso en curso.

Aquilatando lo que se proyecta como una carrera hostil por la hegemonía de la derecha, Bellolio hizo hincapié en el desafío que radica en lograr imponerse a una fuerza populista como es Republicanos, bajo la consideración de que en los tiempos que corren “gana aquel que es capaz de identificar mejor un enemigo antes que construir un gran proyecto de colaboración convocante a nivel global”. Sin perjuicio de ello, consideró interesante los réditos que una tregua con el Gobierno pueda generar para Chile Vamos, en términos de conferirse el rol de colaboradores y aislar a “los estridentes”.

Los ánimos entre Chile Vamos y Republicanos ya venían crispados a raíz de las acusaciones constitucionales frustradas y a pocos días de la inscripción de las listas ya hay una acusación de fake news por medio de ambas fuerzas ¿Consideras que la disputa en el marco del proceso eleccionario será de llevar la discusión al barro?

Bueno porque se están disputando en principio, el mismo electorado, entonces me parece lógico que cada uno trate en este minuto de destacar las diferencias. A pesar de que a veces hay palabras de buena crianza tipo “no son nuestros adversarios, nuestro adversario es la izquierda”, lo cierto es que no habíamos tenido en Chile, no estábamos acostumbrados desde la recuperación de la democracia, a tener a dos derechas disputando prácticamente el mismo electorado y Republicanos aquí es el que tiene todas de ganar porque es el fenómeno novedoso que dice representar a la derecha sin complejos, que acusa a la otra de ser muy ambigua, muy vacilante, muy entreguista, como que se avergonzaran de las ideas de la derecha. También los acusan de haber continuado con un proceso constituyente, de haberle seguido la línea a la izquierda cuando en realidad los chilenos no querrían un proceso constituyente nuevo, entonces ellos serían los verdaderos defensores de esa tesis, así que por lo que estoy viendo Republicanos es aquí el que tiene todas de ganar porque no existía y ahora en cambio, tiene una posibilidad de transformarse un actor relevante en Chile. Ya lo es en el Congreso.

¿Ves que hay diferencias políticas sustantivas entre ambas fuerzas? Algunos ven que la disputa entre Republicanos y Chile Vamos es meramente performática. 

Es un buen punto, yo tengo mis dudas. Creo que sí hay algunas diferencias de fondo, no sé si son meramente performáticas. Yo tiendo a interpretar a Republicanos como algo parecido a lo que en otras partes del mundo se ha llamado la alt right, la derecha alternativa que tiene rasgos populistas, y no necesariamente es un juicio peyorativo, estoy tratando de ser lo más imparcial posible, académicamente. Es populista en el sentido de que es una derecha con un discurso muy adversarial, es decir, siempre está identificando una élite, en este caso progre, cuyos intereses estarían completamente divorciados de los problemas de la gente, anti globalista, es decir con un discurso muy nacionalista, patriotero, proteccionista de las tradiciones, como si algún día Chile hubiese tenido una especie de pasado esplendor, como al estilo de Trump “make America great again”, una especie de “make Chile great again” por decirlo de alguna manera. Y a pesar de que es dudoso que hayamos tenido alguna vez este pasado, las percepción es como que hoy día una élite progresista nos estaría haciendo abandonar quienes realmente somos. O por ejemplo, toda esta idea de que la izquierda nos tiene prisioneros de una dictadura de corrección política donde no se puede decir lo que la gente realmente piensa, todos estos argumentos que los hemos escuchado tanto en otras partes del mundo, me parece que son mucho más propios del repertorio de Republicanos que del repertorio de la derecha de Chile Vamos, que me parece que en ese sentido, es casi más clásica a estas alturas.

Me parece que en Chile Vamos conviven distintas almas más complejas que se conectan de alguna manera con la tradición de la derecha chilena. Está el tronco conservador por así decirlo, que probablemente sobreviva en Renovación Nacional; está este mundo más gremialista, esta especie de fusión que alguna vez se produjo entre gremialismo y los Chicago Boys en la UDI; está esta pretensión, que yo creo que nunca se ha consolidado, de una derecha más liberal en Evópoli. Así que sí, yo creo que hay diferencias, no sé qué tan sustantivas sean, no sé si son completamente insuperables, pero creo que son más que meramente performáticas.

¿Cómo ve el trabajo que ha hecho Chile Vamos para diferenciarse de Republicanos? Hugo Herrera veía una ausencia de un discurso político del sector dado que sus cuadros intelectuales habían devenido en funcionarios del Think Tank -recogiendo ahí los fichajes de LyD para la comisión experta- y por tanto consideraba no se podía reclamar después que RN y La UDI no puedan discernirse claramente, en sentido político, de Republicanos.

Es un buen punto el de Hugo, aunque yo creo que se refiere a otros problemas. Estoy de acuerdo con Hugo en que es problemático lo que ocurrió en la designación de los expertos por parte de la derecha en general y Chile Vamos en particular. Creo que éste es un proceso que pende de un hilo y había que ser, creo yo, más papista que el Papa con el asunto de los expertos, tratar de abrir la menor cantidad de flancos posibles sobre todo porque ya tienes a una izquierda que está súper, por así decirlo, mosqueada -no es un término muy académico pero como que le mataron al poeta después de toda la intensidad y el romance que le puso al proceso pasado- y ahora tú la estás invitando a un proceso bastante insípido, súper pauteado y la convenciste diciéndole que lo que en verdad los chilenos querían era que esta vez el texto lo hicieran aquellos que tuvieran credenciales académicas, intelectuales, epistémicas reconocidas: los expertos. Porque eso era lo que decían todas las encuestas, y ocupaste ese espacio para meter a militantes de tu partido, a cinco ex altos funcionarios del gobierno de Sebastián Piñera.

El hecho de que haya triunfado el Rechazo no cambia la percepción de ese gobierno de la noche a la mañana, entonces creo que fue un abuso, están jugando con fuego, porque obviamente abren flancos donde mucha gente va a decir, ‘bueno, queríamos expertos, pero en el fondo estos no son expertos’. Yo creo que, en ese sentido, la crítica de Hugo va más por ese lado.

Ahora sí, es cierto que al carecer de intelectuales de fuste probablemente tengan una cierta dificultad para enfrentarse a una derecha, que es bien difícil enfrentarla ah. A las derechas europeas, por ejemplo si entrevistaras a Rovira te va a mostrar cómo en Europa, lo que eran las centroderechas tradicionales, la centroderecha francesa, la centroderecha británica, la centroderecha alemana, todas lo están pasando muy mal por la aparición de estas derechas populistas radicales que acusan a las primeras de ser muy tibias, muy tibias en materia de inmigración, en materia de integración regional, en materia de defender los valores cristianos, los valores propios de la cultura histórica de los países europeos y estas derechas populistas europeas le están ganando terreno a las centroderechas tradicionales. Entonces, lo que está pasando en Chile no es tan distinto a lo que pasa en otras partes del mundo y es bien difícil contrarrestar eso, porque estos son tiempos populistas en el sentido que gana aquel que es capaz de identificar mejor un enemigo antes que construir un gran proyecto de colaboración convocante a nivel global. O sea, el que es más duro con el adversario, con el que está al frente, es el que finalmente renta mejor en términos electorales.

Por eso yo creo que es muy difícil hacerle frente a estas derechas populistas que pareciera que hoy día están surfeando la ola correcta, están tocando la tecla adversarial y muchos creen que en el futuro esa va a ser la verdadera contienda: populismos de izquierda contra populismos de derecha. Una guerra armamentista, un juego de suma cero y en ese ámbito, a veces uno ve difícil cómo se enchufa un discurso como el de Evópoli, por ejemplo, que apela a una derecha supuestamente más liberal. Yo creo que al final, muchas veces uno se siente tentado a no seguir adelante con el proyecto más reformista y sencillamente lanzarse a los brazos del discurso populista, porque te das cuenta que es lo único que puede hacer que te reelijan en la próxima elección, así que es difícil. No sé si baste con la formación de intelectuales, puede ser, pero es un difícil desafío el que tiene la derecha tradicional.

Y esta suerte de renacimiento del piñerismo que se ha dado estos días, considerando que Piñera fue bien evaluado en la última Cadem y sus ex ministros, además de que varios van de candidatos al Consejo Constitucional, se reunieron con el Gobierno en La Moneda reivindicando la gestión que hicieron sobre los incendios ¿Podría reequilibrar la balanza?

Sí, es interesante. No me queda muy claro qué es el Piñerismo, pero entiendo que te refieres a todo el elenco, el ecosistema que protagonizó su gobierno ¿Cierto?

Así es.

Es cierto que como dices tú, la inclusión de expertos, en el Consejo, de quienes fueron ministros de Piñera o altos funcionarios de Piñera, puede dar la sensación de que está de vuelta el Piñerismo. Puede ser, pero no veo una señal política más consistente en ese sentido. Lo que sí me parece interesante es lo que hace Boric al invitar a los ministros de Piñera, porque lo que está tratando de hacer -creo que Matamala lo dijo en una de sus columnas hace poco- es una especie de tregua.

Es decir paremos la carrera armamentista, porque si yo te tiro mierda a ti, tú vas a esperar que yo me caiga para tirármela de vuelta y si ésa es la dinámica, vamos a terminar todos enlodados básicamente por esa retórica odiosa y como el Frente Amplio uso esa retórica cuando Piñera era presidente, ahora entiende que tiene que desactivar ese tono porque no les va a ir bien como Gobierno si es que la oposición les niega la sal y el agua. Necesitan tratar de cambiar el tono y claramente no lo van a poder hacer con Republicanos. Entonces, quizás esto también le da una oportunidad a esta derecha más tradicional de aparecer constructiva, colaborativa, tratando de cambiar el tono, tratando de decir ‘que nos vaya bien a nosotros que somos colaboradores, sea de izquierda o de derecha y tratemos de aislar a los estridentes, a los más enojones, a los que se indignan por todo’, que en este caso serían las izquierdas y las derechas más duras. Es una posibilidad.

Yo lo veo como una jugada más del gobierno de Boric para tratar de cambiar el tono del debate en Chile, sobre todo después de dos acusaciones constitucionales, que una especie de resurrección del Piñerismo como una expresión política. Si tú me dices que esto podría significar que Piñera vuelva, no. Creo que ya pasamos esa etapa. Lo más piñerista que hay ahí puede seguir siendo Evelyn Matthei, curiosamente, pero que no es piñerista en el sentido estricto de la palabra. Lo de Codina es interesante, lo de Carter es interesante pero a ninguno de ellos dos yo los llamaría piñeristas. Creo que son expresiones de liderazgos locales que cada uno con su estilo ha sido capaz de consolidar un electorado transversal, con alta presencia mediática. Creo que es el factor local ahí el que está haciendo la diferencia.

La gente ve que los alcaldes hacen cosas mientras que los parlamentarios pelean y por eso yo me fijaría más en la tendencia general de que los alcaldes parecieran ser los que están siendo mejor evaluados. Ahora, tú me preguntabas esto hace dos años atrás y yo te decía ‘mira las encuestas: Lavin y Jadue’, un tipo de la UDI y un tipo del Partido Comunista son los mejores evaluados por su labor como alcaldes, pero al final ninguno de ellos llegó a la final del campeonato, terminaron siendo otros los protagonistas. Creo que es muy temprano todavía para saber cómo se empieza a armar el naipe presidencial para lo que viene, no le daría mucha importancia a esta especie de resurrección o rearticulación del Piñerismo, más allá de estas batallas más contingentes.

¿Cómo evalúa el rol de Chile Vamos como oposición? Tomás Duval consideraba que el sector no ha podido capitalizar los errores del Gobierno porque está más preocupado de ser oposición que de ofrecer una alternativa política distinta al país. 

Yo concuerdo con él en ese sentido, pero no recuerdo qué oposición lo haya hecho distinto. Siempre las oposiciones en Chile han tenido muchos problemas para perfilar un proyecto político propositivo porque justamente están muy ocupadas siendo oposición. No recuerdo un caso de un conglomerado que haya perdido una elección y haya al día siguiente comenzado a construir una propuesta. Piensa en la ex Concertación que se dedicó a que el movimiento estudiantil y después Aysén destrozara la popularidad el gobierno de Piñera porque ellos tenían a Bachelet hibernando en Nueva York. O sea, no hizo ningún trabajo de reconstrucción política e ideológica.

El Frente Amplio como oposición del Gobierno de Piñera fue durísimo. O sea, le hizo acusación constitucional a lo que se movía, incluso rompió una especie de pacto no escrito cuando acusó a Blumel y yo creo que lo que ocurre en Chile Vamos hoy día es que quieren darle al Frente Amplio de su propia medicina. Y cuando el Frente Amplio dice hoy día ‘no, pero no nos pongamos pesados’, la derecha dice ‘pero ¿Cómo viejo? Si durante los cuatro años que estuve yo fuiste insufrible, o sea ahora quiero que experimentes lo que fue’. De hecho, era muy llamativo cuando yo de repente en redes sociales mencionaba que la acusación constitucional contra Giorgio Jackson o Marcela Ríos me parecían inconducentes, poco fundamentadas, etcétera, la primera respuesta que yo recibía por parte de la gente de derecha no era rebatiendo mi punto de fondo, la respuesta era que ‘¿Cómo ellos? ¿Acaso ellos no se cansaron de hacer esto?’.

Entonces puede que sea cierto lo que dice Tomás Duval, que pareciera no haber un proyecto político en construcción, pero yo diría, uno: no recuerdo una oposición que se haya dedicado a construir una propuesta en vez de hacer oposición, y segundo: me parece que esta oposición hoy día, la derecha, está con sangre en el ojo, está muy dolida por la forma -hoy día lo han reconocido hasta ellos mismos- mezquina en cómo el Frente Amplio se comportó con el gobierno de Piñera, tanto en el estallido como después en la pandemia. El mismo Boric lo reconoció en su cuenta pública, entonces yo creo que ahora le están tratando de pasar la cuenta, no quieren que les salga gratis. Creen que si se ponen buena onda muy luego, si no sueltan el cuello, por así decirlo, del gobierno, Boric en una de esas repunta y eso puede complicarlos para la próxima. En cambio, dejarlo lo más dañado posible es la lectura que hace la política electoral mezquina, cierto, entonces prácticamente me aseguro que el próximo gobierno va a ser mío.

Eso es lo que estoy viendo ahora, por eso es muy interesante este cambio de tono que podría darse si es que efectivamente lo ex ministros de Piñera colaboran con el tema de los incendios, o lo que ocurrió con el gran acuerdo para continuar con el proceso constituyente. Yo creo que el liderazgo de Macaya fue bien destacable. Eso me parece interesante porque cambia un poco la frecuencia, pero en general, me parece que va a seguir siendo hostil como una manera de pasarle cuenta al Frente Amplio por lo que hizo el gobierno pasado.

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