Durante la semana pasada, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara anunció que este año, su cartera impulsará un proyecto de ley que permitirá la negociación colectiva ramal.
Para analizar las implicancias de este mecanismo, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con José Luis Ugarte, abogado, doctor en derecho del trabajo y académico de la Universidad Diego Portales.
Primero que todo, ¿en qué consiste la negociación colectiva ramal?
No hay un término técnico único, o sea, no consiste siempre en lo mismo en todos los sistemas legales, pero, la idea central es que se le otorga a determinados sindicatos la capacidad de negociar por todos los trabajadores del sector, no solo por sus afiliados. En otras palabras, los acuerdos a los que llegan los sindicatos con los empleadores respectivos, no son solo para los trabajadores que están dentro del sindicato, sino alcanzan a todos los trabajadores del sector, de ahí la expresión “ramal”, rama de la producción. El término ramal no es universalmente unívoco. En algunos países no se ocupa esta expresión, pero la idea de negociación sectorial, está extendida en muchos lugares del mundo. De hecho, es una idea tan potente, que prácticamente es la regla general en los países de la OCDE. Existe en países europeos, en países latinoamericanos, y en Chile existió antes del 31. Digo 31 porque la legislación laboral en Chile aparece ese año.
¿Y este mecanismo podría ser considerado como una forma de subsanar los bajos índices de sindicalización?
No lo plantearía así. Lo que permite es dejar de condicionar el acceso a los beneficios de una acción colectiva, a que los trabajadores estén afiliados a un sindicato. ¿Por qué un trabajador no está afiliado a un sindicato? Bueno, por muchas razones. Los trabajadores de empresas de menos de ocho personas no es que no quieran, lo que pasa es que no pueden formar legalmente un sindicato, porque el sindicato requiere al menos ese quórum para constituirse. Entonces, a esos trabajadores les va a permitir acceder a los beneficios de las negociaciones colectivas, lo que significa mejores salarios y mejores condiciones de trabajo.
Mencionaba recién que hay muchos países de la OCDE que ya tienen negociación colectiva ramal. ¿Este mecanismo es adecuado para la realidad chilena?
Esa es una falacia, que hay una realidad chilena distinta a las demás. Hay países grandes que la tienen, países chicos, países europeos y también países latinoamericanos, no hay un contexto adecuado para la negociación ramal. Como te decía, en Chile existió entre el año 31 hasta el 75 casi, incluso después de la dictadura. Es una falacia argumentativa. Tú tienes países completamente comparables con Chile en términos económicos y geográficos, como Uruguay, que tienen sistemas de negociación ramales.
¿Y por qué en Chile se ha resistido esta idea?
Eso se produce por una renuncia de la Concertación en sus gobiernos, y de parte de la izquierda, a trabajar en el tema. Esta idea de negociación ramal estaba en el programa de Aylwin, pero la Concertación y sus gobiernos nunca cumplieron con esa propuesta. En mi opinión, el gran responsable es cierta parte de la izquierda o de la centro izquierda que abandonó el discurso de los trabajadores, y lamentablemente las centrales de trabajadores, particularmente la más importante, no tuvo ni la fuerza y quizás ni la voluntad para presionar.
De todas formas, te puedo decir que no hay posibilidad de mejorar las condiciones laborales chilenas sin negociación ramal, es lo que explica los mejores niveles salariales, de equilibrio laboral de países europeos y también de países latinoamericanos que tienen este sistema.
Y una precisión, no es incompatible con una negociación por empresa, no son sistemas disyuntivos, no es que, por ejemplo, los trabajadores de la Radio Universidad de Chile, o negocian con la Universidad de Chile o negocian en la rama del sector de las comunicaciones. Son niveles de negociación distintos, que son compatibles entre sí. No es que los trabajadores queden en una disyuntiva de una u otra forma de negociar, son sistemas multinivel.
¿Cree que será difícil que el Gobierno saque adelante esta iniciativa?
Una cosa es enunciar la iniciativa, y otra presentarla. Yo tengo la expectativa razonable de que lo va a hacer porque fue la gran promesa que se le hizo a los trabajadores, mucho más que las 40 horas, que es un tema que viene de antes. La propuesta central era la negociación por rama, y yo espero que el Gobierno esté a la altura de la promesa, y que dentro de este año presente ese proyecto.
Lo otro es aprobarlo, y yo tengo la impresión que debería haber un mayor consenso en estos temas que en otros que son más polémicos en el país, como fue, por ejemplo, en la constituyente, toda la cuestión plurinacional. Yo entiendo que habrían más fuerzas sociales disponibles para otorgar más derechos a los trabajadores.
Aquí el problema sería con el empresariado, ¿no?
No tengo ninguna duda, pero el empresariado tendrá, o uno esperaría, que parte de él entienda que la legitimación del modelo económico chileno pasa por mejorar la situación de los trabajadores. Si ellos esperan que este modelo que ha tenido tantos problemas de legitimidad se sostenga sin ni siquiera considerar la aspiración de los trabajadores en términos de sus derechos de negociación, bueno, tenemos un problema mayor.