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“Ellas hablan” de Sarah Polley: Un estado de la cuestión

Columna de opinión por Antonella Estévez
Viernes 10 de marzo 2023 14:59 hrs.


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La nueva película de la canadiense Sarah Polley – también responsable de “Lejos de ella” (2006) basada en la novela de Alice Munro y de la estupenda adaptación como miniserie del libro “Alias Grace” de Margaret Atwood- está nominada a dos premios Oscar: Mejor Guión Adaptado y Mejor Película, siendo la única mujer en competencia en esta última categorías en un año de marcada ausencia de realizadoras en las nominaciones de la Academia de ciencias y artes cinematográficas de Hollywood, y que tiene su premiación este domingo 12 de marzo.

“Ellas hablan” también está basada en el libro de una escritora canadiense. Miriam Toews, quien es de ascendencia menonita e inspira su relato en los hechos ocurridos en una de esas comunidades ubicada en Manitoba, Bolivia en la que -entre los años 2005 y 2011- aproximadamente 130 mujeres y niñas fueron violadas por varones de la misma comunidad que las dopaban con un anestésico animal para sumirlas en la inconciencia y poder cometer el delito sin resistencia. Los informes del caso señalan que las mujeres denunciaron estos hechos a los ancianos de su congregación, pero estos les dijeron que todo era producto de su imaginación.  Los hechos toman un vuelco cuando en 2011 se captura a uno de estos hombres lo que obliga las autoridades religiosas a llamar a la policía local. Ocho hombres fueron arrestados, siete de ellos eran familiares de las víctimas y fueron sentenciados a 25 años de cárcel. El octavo arrestado era el veterinario de la colonia vecina y quien proporcionaba el anestésico con que se dormía a las víctimas.

La película toma la primera parte de esta historia, cuando los sospechosos están siendo investigados, y en este relato, los ancianos de la comunidad les dan a las mujeres dos opciones: o perdonan a quienes las han violado o se van de la comunidad. La mayor parte de la trama está centrada en la conversación entre ocho mujeres de distintas generaciones que han sido asignadas por el resto de las mujeres de la comunidad para decidir el destino de todas, luego de que –mediante una votación – las opciones de irse o quedarse y luchar han quedado empatadas.  En esas conversaciones están representadas los diversos puntos de vista respecto a la situación que transitan, sus creencias, sus miedos, su enojo, su capacidad de imaginar otros destinos y su sensación de inseguridad e injusticia. También están representadas las distintas maneras de entender la maternidad, la fe y el ser mujer. En esos diálogos aparecen los diversos puntos de vistas ante el mandato que se les ha impuesto y las reacciones distintas que las distintas mujeres pueden tener ante la injusticia, la violencia y la negación de su voz.

La misma realizadora ha señalado que pensó esta película como una fábula, utilizando la particularidad de esta comunidad para plantear preguntas que, si bien son atingentes a esa realidad, también lo son para pensar cualquier sociedad que vive bajo lógicas patriarcales. Las inquietudes que aparecen entre estas mujeres pueden ejemplificar los diversos pensamientos que cohexisten en los feminismos hoy y la reflexión sobre cómo la sociedad que construimos está definida por el poder y en ese entrenamiento estamos todos situados -unos en el ejercerlo y otras en el padecerlo- es una que resulta necesaria.

Como película “Ellas hablan” tiene muchos méritos. Aunque hay quienes la consideran excesivamente teatral porque, sin duda, el centro del filme está en los diálogos que se dan en ese espacio limitado que es el granero en que las mujeres se reúnen. Para mí el ejercicio cinematográfico que sostiene la película es brillante, el uso de los movimientos de cámara y los diversos valores de plano para acercarnos o alejarnos del relato de las protagonistas y lucir sus magníficas actuaciones es preciso y precioso. Además, cada escena que se muestra desde afuera de ese lugar cumple con, además de dar aire, mostrar el mundo que –al mismo tiempo-está en riesgo y es el espacio de riesgo para las mujeres. Los diálogos son conmovedores, poderoso y dolorosos, y dan muchas ganas de leer el libro para subrayar cada una de estas ideas. Si alguien necesita un buen resumen del estado de la cuestión de la inequidad de género y entender cómo se manifiesta la sociedad patriarcal y sus consecuencias, ver “Ellas hablan” puede ser una inquietante y necesaria introducción y puesta al día.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.