Sigue generando preocupación entre las autoridades locales y de Gobierno los casos de gripe aviar en diversas zonas del país, tales como las regiones de O’Higgins, Maule y Biobío.
De hecho, en esta última región el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) confirmó un brote de la enfermedad en las instalaciones de la Avícola Chequén, ubicada en Florida, situación por la que más de 200 mil gallinas deberán ser sacrificadas para evitar la propagación del virus H5N1.
A esto se suma el cierre preventivo de la Universidad de Talca por posible infección de gripe aviar tras el hallazgo de varias aves muertas en el Jardín Botánico y Arboreteum y la confirmación de un séptimo caso “de alta patogenicidad” en la Región de O’Higgins, que afectó a un gallinero con 60 aves, en la localidad de Roma, en la comuna de San Fernando.
Frente a esta situación, el epidemiólogo y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Gabriel Cavada, si bien descartó el desarrollo de una eventual pandemia del virus, no soslayó los efectos que esta pueda tener en las personas, dada su alta mortalidad.
“La enfermedad no tiene potencial pandémico en los seres humanos. Si piensas en un paralelo con el Covid, estamos en un escenario completamente distinto. El caso confirmado que se conoce de un señor en el norte fue entiendo por la manipulación de un lobo marino. Entonces, probablemente él tocó el cadáver y las secreciones le pueden haber entrado por los ojos, la nariz o la boca”, señaló Cavada, en referencia a la información que entregó a fines de marzo el Ministerio de Salud sobre una persona de 53 años infectada con la enfermedad.
El epidemiólogo recalcó que “este contagio en general es una gripe grave, cuya letalidad es del 50%, o sea, si logras contraer la enfermedad tienes una probabilidad del 50% de morirte. De ahí la necesidad de que la gente no manipule las aves silvestres, que no se acerque. Sabes que el ave podría estar contagiada si se desorienta”.
En esa línea, explicó que “por ejemplo, si vas en una embarcación pesquera y ves que un pelícano está desorientado, agónico y flotando en el agua, no hay que tomarlo. Las aves marinas tienen mucha actividad en el agua, entonces, si un ave no tiene actividad en el agua muy probablemente esté enferma. Pero el contagio se produce en esas circunstancias y afortunadamente no hay reportes de contagio de humano a humano”.
Sobre esto último, sostuvo que para que se pudiese dar ese tipo de trasmisión “tendría que mutar el virus y por ahora de eso no se sabe, no hay reportes mundiales. Por ahora es una zoonosis”, es decir, una enfermedad que se contagia de animales a humanos.
De todas formas, respecto de la sintomatología mencionó que “no hay un diagnóstico diferencial” y que, por tanto, no hay un síntoma en particular que alerte sobre un posible caso de gripe aviar. “Es una influenza, una gripe muy fuerte, te van a doler los músculos, puedes tener mialgia, dolor de cabeza, probablemente síntomas respiratorios, fiebre (…) O sea, podrías estar cursando un Covid grave, por ejemplo, y se podría confundir. De ahí se tiene que hacer el estudio para ver qué bicho está atacando”, detalló Cavada, quien reforzó que ante este panorama se acuda inmediatamente a un centro asistencial.
En cuanto a las probabilidades que tenga la enfermedad de expandirse hacia otras zonas del país, el epidemiólogo comentó que “en general los más expuestos son aquellos que pueden manipular aves. Entonces, en los grandes centros urbanos no tienes gallineros, por ejemplo, y si tienes gallinero, el ave está encerrada, no tiene contacto con un ave migratoria que pueda traer el contagio”.
“Estamos pensando en aves que están criadas más bien en un corral, al aire libre, que pudieran tener contagio con estas aves que andan volando de un lado para otro, pero eso en general no se da en los centros urbanos, esa es una protección que tienes para que no haya expansión pandémica”, expresó.