En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la integrante del directorio del Espacio de Memorias Londres 38, Gloria Elgueta, analizó la situación política que develó la posición del ex delegado presidencial para la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, Patricio Fernández.

Elgueta afirmó que desde el Gobierno se ha impuesto “un enfoque que tiende a omitir” un rechazo categórico del Golpe de Estado de 1973 y todo el proceso que se inicia antes de la llegada de Salvador Allende a la Presidencia y se extiende hasta la dictadura civil-militar.

La dirigenta declaró que la situación generada por  Fernández demuestra la ausencia de un verdadero debate público respecto de la valoración “tanto del período previo del Golpe de Estado, al golpe mismo y a la dictadura que dio origen”.

“Lo que sucede es la irrupción de ese debate. Y él irrumpe porque no ha habido suficiente espacio y porque, a nuestro juicio, desde el Gobierno se ha buscado, por lo menos las primeras señales que hemos visto y la opinión de Fernández es uno de los elementos, un enfoque que tiende a omitir esa valoración categórica y eso es lo que se requiere del Estado y del Gobierno”, indicó.

Elgueta agregó que es el Estado el responsable de las violaciones a los DD.HH. y el Ejecutivo y los demás poderes, “deben tener una posición clara y categórica y no relativizar las condiciones que podrían eventualmente haber justificado el golpe y menos separar el golpe de sus consecuencias”.

Asimismo, expresó que “es muy grave que se emprenda una especie de cruzada de algunos sectores políticos contra quienes hemos manifestado un juicio crítico sobre un funcionario público que está cumpliendo un rol político. Quien cumple funciones de ese tipo, debe estar dispuesto para enfrentar juicios críticos porque está ahí cumpliendo ese rol”.

La dirigenta de Londres 38 afirmó que este no es un tema personal de quien está cumpliendo un rol político que cuenta con la confianza del Presidente Gabriel Boric y por tanto, “entendemos que el enfoque y los énfasis que pone en su discurso es representativo de una política, que se ve reflejada también en otras expresiones”.

Además, afirmó que la idea expresada por el delegado presidencial de que “esta conmemoración tenga un carácter inclusivo, amigable, vuelve a reponer esta idea del consenso de una construcción apresurada de acuerdos, sin antes haber establecido los términos de ese acuerdo. ¿Qué tan inclusivo va a ser esta conmemoración, va a incluir a los violadores de los DD.HH., a los cómplices que apoyaron la dictadura? ¿Cuál es el alcance de ese evento?”.

Por ello, Elgueta afirmó que este no es sólo la persona, sino “la definición de una política que parta de un rechazo categórico, claro, sin ningún viso de justificación, o de relativización de las causas que originaron el golpe y la dictadura que continuó”.

En esa línea, puntualizó que no se puede separar el Golpe de Estado de la dictadura civil-militar porque “son parte de un mismo movimiento, de un mismo proceso, y se tiene que comprender que no fue un acto, un momento”.

“El golpe se preparó desde el mismo momento de la elección de Allende, incluso antes. Hay un proceso histórico que buscó obstruir, dificultar, el gobierno de Allende que finalmente culminó en el Golpe de Estado y que continuó durante la dictadura a través de las violaciones a los derechos humanos que debía perpetrar para poder realizar las transformaciones de la sociedad, la economía y el Estado que introdujo la dictadura y sobre las cuales aún vivimos y es lo que debemos reconocer”, acotó Elgueta.