En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el exsenador y actual secretario general del Partido Socialista, Camilo Escalona, profundizó sobre la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y las gestiones del Gobierno para abordar esta fecha.
En cuanto a la renuncia de Patricio Fernández como encargado presidencial de este hito y cuya polémica podría significar una eventual disputa entre Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, Escalona expresó que “no importan los personajes de hoy, yo creo que ésa es una discusión completamente fuera de lugar. No estamos hablando sobre quién tiene mayor o menor figuración ahora, 50 años después”.
Así, destacó que el problema de fondo es cómo se ha instalado una especie de justificación respecto de lo que ocurrió el 11 de septiembre de 1973 y los años siguientes. “Los acontecimientos que llevaron al derrumbe de la democracia, al terrorismo de Estado y a la consecución de las más bárbaras y crueles prácticas de violaciones a los derechos humanos… nada puede justificar el Golpe de Estado y los acontecimientos posteriores. No hay ningún hecho, ningún antecedente que pueda indicar que había algún tipo de excusa para la barbaridad que se cometió en nuestro país”, expresó.
En esa línea dijo entender que “los medios de comunicación informan sobre hechos puntuales de actualidad, pero en relación al tema histórico que hoy vuelve a hacerse presente en la consciencia de la sociedad chilena, lo que vale es el hecho histórico propiamente tal, hechos tan dolorosos y crueles como el asesinato de Lumi Videla, los mismos acontecimientos del 11 de septiembre, la destrucción del Palacio La Moneda vía bombardeo, no solamente aéreo, sino que también terrestre; la cruel eliminación del grupo de personas que estaba con el presidente Allende, que se entregaron sin ninguna arma y que fueron trasladados al Regimiento Tacna y después a Peldehue, donde fueron ametrallados delante de fosas comunes”.
Para el secretario general del PS “lo que hubo en Chile fue un intento de genocidio ideológico, porque se trataba de asesinar a las personas por el solo hecho de su pertenencia a una corriente existente en el país desde hace ya más de 100 años, en entonces más de 50 años. Bastaba ser militante socialista o militante comunista y las personas eran asesinadas. Eso fue dramáticamente confirmado por la Caravana de la Muerte, eso ocurrió a lo largo de todo el país, desde Arica hasta Valdivia, pero también en Punta Arenas. Esta fue una acción sistemática”.
En esa línea, manifestó que “lo que veo con cierto dolor es que los hechos se desvanecen. Yo aprendí de Clodomiro Almeyda una frase que siempre repito: ‘Las cosas por sabidas se callan y por calladas se olvidan. Por ejemplo, qué razón había para darle el tratamiento que recibió Enrique Kirberg, rector de la Universidad Técnica del Estado, fue encarcelado, perseguido, exiliado por su sola pertenencia ideológica. En el caso del Partido Socialista, el compañero Alfredo Rojas, que había sido un brillante director de Ferrocarriles del Estado ¿Por qué fue perseguido, secuestrado y asesinado? Por el hecho de que era socialista”.
“Entonces, cuando las personas dicen ‘yo justifico el Golpe Militar’ francamente o pecan de una ignorancia terrible o la verdad es que consideran de que para tener el poder es válido cualquier recurso y cualquier método y ese es el dilema de fondo de la discusión de la sociedad hoy día en nuestro país. No hay ningún procedimiento que justifique, ningún hecho político que justifique la barbaridad que ocurrió desde el momento y durante los años posteriores al Golpe de Estado”, remarcó.
