Tras dejar su faceta como vicepresidente de la extinguida Convención Constitucional y haber vuelto a su faceta de médico rural y, desde marzo de este año, como residente de Neurología en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Gaspar Domínguez, analizó el trabajo que se está realizando en el Consejo Constitucional.
En particular, sobre las más de mil enmiendas que los representantes electos comenzarán a debatir a partir del próximo 1 de agosto en las cuatro comisiones que componen la instancia, siendo las propuestas que más han concitado la atención pública aquellas de parte de consejeros del Partido Republicano.
En conversación con Radio Universidad de Chile, el ex convencional si bien consideró como desfavorable una menor participación ciudadana en esta nueva etapa, destacó que “también ha tenido algunos elementos positivos comparándolo con el proceso anterior y es que ha permitido que la discusión sea un poco más reposada, con menos atención y tensión sobre cada uno de los puntos que se está hablando”.
Además, comentó que sobre “la discusión de fondo, he conocido las indicaciones que se han ingresado, es natural que éstas sean muchas, pero creo que es apresurado hacerse una opinión del texto respecto de los cientos indicaciones que se han propuesto, por la discusión razonada tiene que ser respecto del texto final que de ahí salga”.
“Esto es lo mismo que nos pasó en el proceso anterior, que cuando se ingresaban propuestas o cuando se proponían ciertas ideas en algunos casos se generaba conmoción pública y creo que debemos reflexionar en su justa medida y tomar definiciones y posiciones respecto de las normas una vez que estén votadas”, aseveró.
Según Domínguez el anteproyecto evacuado por la Comisión Experta “fue muy razonable en cuanto a proponer un texto que entregaba ciertas herramientas que permiten gobernabilidad y seguir avanzando sin un tinte político que cierre discusiones, sino más en temas que son importantes para la ciudadanía se dejaron ciertos deslindes para dejar a la política la discusión y la resolución de ello”.
Es por lo mismo que, ante ese escenario, reflexionó y mencionó que “uno de los problemas que hubo en la discusión constitucional anterior es que en demasiados temas se precisó y se detalló mucho y eso hizo que aparecieran más votos disidentes, porque mientras más detalles se escriban de una idea, más gente puede estar en contra de esa idea. Por eso es que a mi juicio fue bastante ecuánime la Comisión Experta en cuanto a hacer una propuesta más neutra”.
Sin embargo, puntualizó que “he visto con preocupación cómo algunas de las indicaciones que se han propuesto, principalmente por los sectores de ultraderecha, van en el mismo sentido que el proceso anterior en cuanto buscan cerrar algunas discusiones, pero en dirección opuesta. Entonces, creo que si cometemos los mismos errores vamos a tener los mismos resultados”.
“Justamente, creo que la experiencia anterior nos debe servir como aprendizaje para no tropezarse una segunda vez con la misma piedra. La heredabilidad de los fondos (de pensiones) y la administración de privados, la explicitación del derecho a elegir en términos de prestaciones de salud, la explicitación de una nueva redacción del derecho preferente de los padres, los elementos vinculados al derecho a la vida del que está por nacer, estos temas que son temas que a mi juicio las propuestas de enmienda buscan dejar bastante zanjado a nivel constitucional, creo que es una mala idea”.
Desde esa perspectiva, el ex convencional remarcó que “el texto que se está proponiendo en muchas de las indicaciones es dejar el tejo extremadamente pasado, porque la constitución vigente que tenemos es una que en muchas materias deja zanjado un modelo económico, un modelo social que ha impedido que la política pueda avanzar libremente en varios aspectos. Creo que la propuesta de los expertos deja mucha más cancha a la deliberación democrática y que, si fueran aprobadas algunas de estas enmiendas, quedaríamos incluso en una situación peor que la constitución vigente”.
De todos modos, dijo aún conservar el optimismo “de que muchas de estas enmiendas son más bien puntos políticos que no buscan ser aprobadas para dejar discusiones cerradas, porque en el caso de que así sea, el resultado del plebiscito de fin de año es bastante predecible”.
Precisamente, consultado sobre los reportes que han expuesto algunas encuestas de opinión respecto de un eventual rechazo del texto constitucional en diciembre, Domínguez afirmó que “sería muy lamentable y creo que nos dejaría como experiencia que los órganos democráticos, que por razones propias de la contingencia tienen una representación muy aumentada de un sector político respecto de otro, pueden tener como consecuencia que los resultados no sean favorables para la sociedad en su conjunto”.
“Espero que los consejeros actuales tengan la sabiduría que no tuvimos los convencionales antiguos y que aprovechen el aprendizaje que dejó el proceso de la Convención Constitucional para no repetir los mismos errores”, concluyó.