Pese que las cuatro comisiones del Consejo Constitucional ya comenzaron con el debate de las enmiendas al anteproyecto, el comisionado del Partido Comunista, Alexis Cortés, cuestionó la demora en el proceso de análisis de estas modificaciones, toda vez que el órgano electo tiene como fecha límite el 7 de noviembre para proponer a la ciudadanía una nueva propuesta de constitución.
En conversación con Radio Universidad de Chile, el sociólogo planteó que “lo que se podría desprender de esa discusión es que las enmiendas presentadas por las distintas bancadas de derecha, en caso de que sean aprobadas, tendría como resultado que la consagración del Estado social y democrático de derecho en realidad sería una definición bastante formal”.
Para Cortés, esto se explica porque muchas de las enmiendas “vacían la posibilidad de que el Estado realmente avance a las respuestas que han dado países que han adoptado esta forma de Estado, me refiero a Portugal, España, Alemania”.
En ese sentido, cuestionó que, al contrario, “lo que se hace es insistir, en algunos casos con mejoras, en la respuesta que Chile ha dado para responder ese tipo de desafíos sociales, como el seguro de salud fuertemente privado a través de las isapres o un sistema de capitalización individual para el caso de las pensiones”.
“La derecha tiene los votos para aprobar enmiendas que vayan en una dirección de ese tipo, que tengan como resultado que la lógica del sistema de isapres, del sistema de AFP se mantenga intacta e impida que se puedan dar respuestas alternativas. Entonces, me parece que en buena medida la responsabilidad está en que la derecha y sus distintas bancadas sean capaces de adoptar normas que mantengan lo que caracteriza el anteproyecto que, en la medida que establece normas abiertas, permite que todos los sectores se vean contempladas en ellas”, expresó.
De todos modos, Cortés hizo hincapié en que respecto al rol que han jugado los expertos en esta etapa de acompañamiento del Consejo “de modo general, tanto de la izquierda como de la derecha, han sido respetuosos, por un lado, del mandato soberano que le entregó el pueblo de Chile a los consejeros para que ellos redacten el proyecto final, pero al mismo tiempo hemos hecho uso de nuestro derecho constitucional a poder manifestar nuestra voz en la discusión constitucional para preservar el espíritu del anteproyecto”.
En esa línea, manifestó que la principal tarea ha sido la de “procurar explicar las razones que hay tras las redacciones que caracterizan el anteproyecto y también levantar preguntas, cuestionamientos, observaciones a las posibles consecuencias normativas y jurídicas que tienen algunas de las enmiendas”.
En cuanto a la preocupación transversal que han manifestado los distintos actores sobre la desconexión ciudadana con este segundo intento de lograr una Carta Fundamental nacida en democracia, el comisionado sostuvo que “siempre advertí, incluso antes de asumir el rol como comisionado experto, que las amenazas que se ciñeron respecto del proceso anterior seguían presentes para el nuevo proceso que se iniciaba: el riesgo de encapsulamiento e indiferencia era bastante alta”.
“Es cierto de que esto se ha mantenido estable y que ahí cabe un rol muy importante a los consejeros de poder conectar de modo más directo con la necesidad y expectativas de la ciudadanía. No sabría dar una fórmula que resuelva ese problema, sí tengo sumamente claro que la única manera de avanzar hacia una constitución que realmente logre identificar a la población es que los ánimos sean inclusivos e integradores”, expresó.
Por lo mismo, consideró que “hacer llamados públicos a que determinados sectores políticos se bajen del proceso o no sean parte de este entendimiento, no contribuye porque lo que hoy necesitamos es más bien sumar y no restar”.
En cuanto a la relevancia que cobra la discusión constitucional a propósito de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado, Alexis Cortés manifestó que justamente es en este contexto que “se hace más necesaria aún la posibilidad de llegar a una constitución no sólo hecha en democracia, sino que sea democrática en su espíritu y con eso me estoy refiriendo directamente al hecho de que sea la discusión democrática la que pueda orientar los caminos que la sociedad se quiere trazar para resolver los grandes desafíos que tenemos, entre ellos la desigualdad social, la pobreza, la falta de acceso a derechos básicos”.
“Respecto de algunas enmiendas, me parece que evidentemente refuerzan una lógica de impunidad y que se riñe con un principio que debería ser básico y que al menos públicamente todos señalan que están de acuerdo, que es que tiene que haber un respeto irrestricto de los derechos humanos. Me parece que una enmienda que busca liberar a los criminales de lesa humanidad que están en Punto Peuco va en contra de los compromisos que ha adoptado el Estado de Chile, de asegurar verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Eso sin duda no debería estar en un texto constitucional de esas características”, recalcó.