Los servicios de emergencia continúan la búsqueda de más víctimas en el lugar. Los bomberos fueron alertados de madrugada y se informó que entre los fallecidos había siete niños, el más pequeño de los cuales tenía “entre uno y dos años”. Algunas de las víctimas quedaron irreconocibles y desfiguradas por las quemaduras en lo que podría ser uno de los incendios más mortíferos de los últimos años. Muchos perdieron la vida al saltar por las ventanas huyendo del fuego, pero otros tantos se asfixiaron con el espeso y pestilente humo o fueron directamente alcanzados por las llamas.
“Se trata de un edificio de cinco pisos, del que tan pronto como llegamos conseguimos evacuar a las personas que se encontraban acorralados por el fuego, al mismo tiempo que realizábamos las operaciones de extinción de las llamas”, detalló el portavoz de los bomberos, Robert Mulaudzi, quien anticipó que el número de muertos podría aumentar, pues se desconoce cuántas personas vivían en el lugar.
“Estamos avanzando piso por piso para recuperar los cuerpos”, explicó. “Realmente es un día triste para la ciudad de Johannesburgo. En más de 20 años de servicio nunca había visto algo como esto”, expresó Mulaudzi.
El inmueble afectado se sitúa en un antiguo distrito empresarial-industrial venido a menos en Johannesburgo, la capital financiera del país. Este inmueble servía como residencia informal a personas y familias completas que vivían en situación de riesgo social, quienes habitaban en situación de desmedro en la construcción abandonada.
El alcalde de Johannesburgo, Kabelo Gwamanda, que se desplazó al lugar del siniestro, confirmó en declaraciones recogidas por medios locales que el edificio es propiedad de la ciudad, fue arrendado a una ONG y le llaman “Refugio de los Sin Techo de Usindiso”.
El incendio comenzó a la 01.30 AM (local) y las precarias condiciones del edifico se han convertido en una condena mortal. El bloque afectado tiene cinco pisos, pero las salidas de emergencias y las medidas de seguridad son inexistentes o están clausuradas en este tipo de viviendas, ya que nadie se hace responsable.
Dentro del edificio había una puerta de seguridad que estaba cerrado, así que la gente no pudo salir, por lo que muchos cuerpos quemados fueron hallados hacinados ante esa puerta. Un periodista de AFP presente en el lugar del incendio informó que los servicios de emergencia retiraban cuerpos calcinados del edificio y los tendían en la calle bajo mantas y sábanas.
Este es el tercer incendio de un edificio que se produce en Johannesburgo durante los últimos meses según reportan medios sudafricanos, después de que dos niños de menos de 10 años quedaran atrapados en un departamento, hecho ocurrido en otro siniestro el pasado mes de junio. Esta vez, la tragedia ha sucedido en Marshalltown, en pleno centro de Johannesburgo, una zona donde el fenómeno de los edificios alquilados ilegalmente es muy habitual.
Una situación que parece recurrente, en especial porque las mafias del crimen se han adueñado de edificios enteros, incluidos rascacielos, y cobran alquiler a los más pobres y vulnerables por permitirles ocupar habitaciones o departamentos que no les pertenecen y que, mucho menos, se ocupan de mantener.
Asimismo, Mgcini Tshwaku, miembro del comité municipal a cargo de la seguridad pública de la ciudad, señaló como probable causa del siniestro el uso de velas para iluminar el lóbrego interior del edificio.
Allí, los niveles de suciedad son a menudo extremos y es frecuente que compañías de desalojos arrojen a esas personas a la calle de un día para otro, ya que el alquiler que pagan no lo cancelan al verdadero propietario.
Una durísima realidad para miles de personas que viven en el centro de Johannesburgo y que no tienen otra opción que aceptar esta situación precaria.
Una situación infrahumana que ha concluido en tragedia.