De acuerdo al exconvencional constituyente y Premio Nacional de Humanidades, Agustín Squella, el panorama a pocas semanas de que concluya el trabajo del Consejo Constitucional se ve negro.
En conversación con la primera edición de Radioanálisis, Squella aseguró que se está repitiendo la historia de la Convención Constitucional, en el sentido de que “la composición del órgano no es lo suficiente y ampliamente representativa de lo que es el país”.
“¿Y saben lo que pasa cuando un organismo como este o en cualquier otro de representación popular, se instala una mayoría que no es representativa del país? Que las mayorías siempre tienden a comportarse como tales. Es difícil que una mayoría deje de comportarse como mayoría, sería una ingenuidad pensar lo contrario”, dijo Squella.
En cuanto a los motivos que podrían explicar las dificultades para conformar un órgano representativo, el exconvencional apuntó a los “vaivenes de un electorado impredecible” y al sistema electoral.
“No basta con que votemos para tener representantes en un órgano que va a preparar una propuesta constitucional. Cuando se le diseña el correspondiente sistema electoral se incurre en defectos, en errores y estamos viviendo, lamentablemente, la repetición de un partido que ya habíamos presenciado antes, no más que ahora la mayoría es completamente distinta”, afirmó.
Squella además acusó que existe “un baile de máscaras” de parte de los consejeros del Partido Republicano, que no querrían una nueva Constitución y también, de los representantes de Chile Vamos.
“La derecha tradicional es obvio que está siendo arrastrada por los republicanos dentro del Consejo Constitucional, pero están felices de ser arrastrados, salvo dos o tres que se comportan decentemente. Al final, esa derecha tradicional sabe que va a terminar votando por José Antonio Kast y si me apuran, la llamada centro izquierda-exConcertación se ha ido corriendo hacia la derecha, de manera que ya no responde a la denominación de centro izquierda. Es más bien un Evopoli dos”, planteó.
En esa misma línea, Squella indicó que “hay muchos más que no quieren una nueva Constitución y en consecuencia, el panorama es negro, porque las constituciones de las dictaduras se reemplazan, no se reforman. En este temor que ha ido cundiendo en el país, en la dirigencia, en las élites y en el electorado, tal vez se esté produciendo una suerte de resignación a retomar el camino de la reforma de la Constitución de 1980”.
“Va a ser un récord mundial, no creo que un país que haya salido de una dictadura haya demorado casi medio siglo en reemplazar la Constitución de la dictadura”, agregó.
Asimismo, el Premio Nacional de Humanidades 2009, puso en duda la motivación de los votantes del plebiscito de 2019, que dio paso al primer proceso constituyente. “Si uno piensa en ese momento, en el acuerdo de origen y en ese plebiscito que arrojó ese resultado tan abrumadoramente favorable a una nueva Constitución, yo tengo la impresión, visto en perspectiva, que muchos de los que votaron por una nueva Constitución lo hicieron y aquí incluyo a los partidos políticos, para salir de la crisis política que se produjo a raíz del estallido social”.
“Ese plebiscito fue visto como una salida política para el momento delicadísimo que vivió el país desde el punto de vista institucional. ¿Cuánto de ese 80% estaba realmente pensando en comprometerse con una nueva Constitución? Yo tengo la sospecha de que era bastante menos que ese 80%”, concluyó.