A pesar de la ausencia de los partidos de centro Amarillos y Demócratas de Consejo Constitucional, estos han desempeñado un papel activo en el debate. Sus representantes se reunieron con consejeros y expertos, ofrecieron sus opiniones y propusieron enmiendas. Matías Walker, senador de Demócratas, fue uno de ellos y compartió sus primeras evaluaciones sobre la propuesta que aun se encuentra en desarrollo.
En una entrevista publicada por El Mercurio, Walker destacó que la propuesta constitucional “parte con una ventaja, que son las 12 bases, y eso ya de alguna manera delinea un marco razonable.” No obstante, lamentó que “el espíritu de acuerdos que primó en la primera etapa de la Comisión Experta no haya perdurado en el resto del proceso, ni en el trabajo del Consejo ni en la oportunidad que tuvo y desaprovechó la Comisión Experta de concordar observaciones.”
Sobre las críticas en relación a que el texto constitucional está capturado por el Partido Republicano, Walker defendió que “esta no es una propuesta de Constitución de derecha.” En este sentido agregó que “uno puede votar A favor o En contra, pero uno tiene que evitar las simplificaciones y las caricaturas.”
En cuanto al articulado, Walker postuló que “hay avances importantes. Uno no puede desconocer el Estado social y democrático de derecho en el artículo primero con la remoción de obstáculos, con una acción de protección de derechos sociales: la modernización del Estado, el sistema político que siempre dijimos que es como la sala de máquinas de una Constitución; avances importantes en materia de seguridad pública. Todo eso está dentro de los haberes de la nueva Constitución.”
Por otra parte, Walker expresó su preocupación por el aspecto relacionado con el “interés superior del niño,” señalando que “faltó voluntad, particularmente a los republicanos, de llegar a un texto mejor.” También, lamentó que la izquierda no haya acogido muchas propuestas en materia de derechos sociales, como la relacionada con “el derecho a huelga y negociación colectiva.”
Al preguntársele acerca de por qué la izquierda rechazó la protección de la vida del “que está por nacer,” permitiendo que quedara en el texto una redacción que consideraban “peor,” Walker afirmó: “Ese fue el caso más palpable de que la izquierda se la jugó por una estrategia del todo o nada. Si bien no era un óptimo para la izquierda, podía ser un mínimo común que despejara cualquier duda al respecto de mantener la posibilidad de interrupción del embarazo en tres causales. La izquierda tuvo una visión maximalista y perdió una buena oportunidad de lograr ese mínimo común.”