Domingo Lovera: "Es importante utilizar este momento de eventual consenso, respecto a reformar el sistema político, para abrir una conversación"

El abogado y ex miembro de la Comisión Experta apuntó como objetivo de las modificaciones al sistema el generar gobernabilidad, pero no en desmedro de la representación. "Una negativa a conversar estará presente con pocos y muchos partidos", dijo.

El abogado y ex miembro de la Comisión Experta apuntó como objetivo de las modificaciones al sistema el generar gobernabilidad, pero no en desmedro de la representación. "Una negativa a conversar estará presente con pocos y muchos partidos", dijo.

A meses de finalizada la segunda experiencia constitucional, un grupo de especialistas decidió construir en base al anteproyecto elaborado por la Comisión Experta, un piso mínimo de modificaciones para una propuesta de reforma al sistema político que atienda la necesidad de lograr consensos, principalmente, en el Congreso Nacional.

Entre las propuestas destacan: subir el umbral al 5% para acceder a un cupo en el Congreso y también la pérdida del escaño al parlamentario que renuncie a su partido. Sin embargo, hay actores que llaman a abordar este debate con mayor hondura.

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Domingo Lovera, abogado constitucionalista y ex miembro de la Comisión Experta en representación de RD, planteó que, si bien en la Comisión Experta hubo un concenso extendido entre las distintas fuerzas políticas “podría haberse contado con más tiempo para tener quizás un diagnóstico más acabado”.

“Es importante que utilicemos este momento de eventual consenso, muy grueso respecto a la necesidad de reformar el sistema político, para abrir una conversación que nos permita ver si efectivamente hay consensos en los aspectos más medulares“, recalcó.

– ¿Por qué es necesario reformar el sistema político y qué cambios podrían ser más urgentes? Considerando que ya hay propuestas que tienen el visto bueno de los partidos políticos a nivel transversal. 

Una reforma al sistema político y un sistema político en general lo que tiene que tratar de hacer es balancear de manera adecuada, orden, gobernabilidad, y eso está asociado a la necesidad de evitar la fragmentación, por una parte, y, por otro, representatividad. Estos son los dos principios que un sistema político debe cuidar. Abrir y asegurar espacios para la gobernabilidad y, por otro lado, asegurar que ese orden cuenta con respaldo ciudadano y muestra una ciudadanía que está dispuesta a aceptar esa decisión como propia. Creo que al día de hoy lo que hemos estado haciendo es discutir mucho sobre cuestiones relativas a la gobernabilidad, pero hemos descuidado un poquito la cuestión relativa a la representatividad.

Asumido eso, se han vuelto a poner sobre la mesa algunas propuestas que apuntan justamente en gobernabilidad y ahí hay una serie, un popurrí de modificaciones que yo no me atrevería a ir ordenando jerárquicamente, como si unas fueran más urgentes que otras, y ese es mi temor, que eventualmente toda esta discusión termine después en la aprobación de una o dos medidas muy puntuales que al final del día no permiten abordar las mejoras que el sistema político requiere en su conjunto.

Creo que habría que pensar en todas esas reformas que hoy día están puestas sobre la mesa: el umbral, las normas antidiscolaje, las normas que regulan la forma en que se componen regulan y desarrollan su trabajo las bancadas, pero también las relaciones entre el Presidente o Presidenta de la República y el Congreso Nacional, ¿qué pasa con las representatividades de género o de pueblos indígenas?

– La UDI llegó este lunes a La Moneda para pedir urgencia en dos iniciativas particulares y, entre ellas, estaba esta idea de reducir los parlamentarios a 120 en la Cámara Baja, ¿cuál es su factibilidad?

El redistritaje, la reducción del número de parlamentarios y parlamentarias en la Cámara de Diputados y Diputadas, eso no es parte de los acuerdos de la Comisión Experta, es parte de lo que el Consejo propuso y que la ciudadanía rechazó.

Aquí es interesante hacer un paralelo, hemos escuchado probablemente de esas mismas voces que todo aquello que estaba introducido o incorporado en la propuesta de la Convención Constitucional, que fue rechazada, ya no puede volver a revalidarse en términos políticos. No veo entonces tampoco ninguna razón para que todo aquello que estaba incluido en la propuesta del Consejo pueda ser puesto sobre la mesa, descartaría de plano, por ser una medida muy tosca, muy torpe y además inadecuada para lo que hoy día Chile requiere, que es más representación.

-Desde el oficialismo dicen que es necesario avanzar en propuestas, pero, abordando propiamente el clima político, también es necesario una actitud favorable. ¿Coindices en esta reflexión?

No importa cuán perfectas puedan ser las reglas, las instituciones y los procedimientos que diseñemos en el papel, esto requiere necesariamente de una cierta actitud de quienes participan del juego político. Puede ser que tengamos muy pocos partidos y puede ser que el desacuerdo ideológico, propio de la democracia, haga imposible que se pueda llegar a buen puerto en algunas de las reformas más significativas para la ciudadanía.

Una negativa a conversar, a dialogar, a debatir, respecto de cualquier reforma porque simplemente no está dentro de nuestros planes ideológicos, va a ser algo que estará presente con pocos partidos, con muchos partidos, con poca fragmentación o con mucha fragmentación.

– A propósito de la presidencia de la mesa en el Senado…

Mucho se habla de la Cámara de Diputados y Diputadas, y de reducir el número de diputados y diputadas, pero hoy día los problemas de bloqueo, de falta de buen funcionamiento, de un engranaje, se verifican también en el Senado, y el ejemplo de la discusión respecto a la mesa del Senado se verifica justamente ahí con senadores que han sido elegidos con votos de un partido político, que luego renuncian en ese partido político y que finalmente pactan libremente como votos independiente, que de alguna forma se emancipan de ese programa político que es el partido político por el cual fueron elegidos y elegidas, y ese tipo de actitudes, ese tipo de personalismos, son justamente los que dañan la política.

Hay reformas por cierto que pueden modificar ese tipo de comportamientos como la pérdida del escaño para el parlamentario o parlamentaria, que es una de las propuestas que está puesta sobre la mesa, pero una de ellas, no la única, no la más importante.

-¿Cuál es el nivel de urgencia para avanzar en la reforma al sistema político? El Gobierno ha dicho que la prioridad son las reformas sociales. 

Necesitamos a veces un diagnóstico más sosegado, para qué queremos reformar el sistema político, cuáles son los problemas que tiene un sistema político y cuáles son las soluciones que vamos a proponer a ese eventual problema del sistema político, porque hoy día se habla mucho de la falta de gobernabilidad, se habla mucho de la fragmentación y de los problemas, y de lo costoso que es llegar a acuerdos en el Congreso, cosa que es algo evidente, pero, por otro lado, lo que la evidencia muestra es que este gobierno es un gobierno que ha aprobado un número de leyes bastante importante.

Este gobierno durante el primer y segundo año es el gobierno que más leyes ha aprobado, si uno compara los primeros y segundos años de todos los gobiernos desde el retorno de la democracia, incluso aquellos gobiernos que duraron seis años en el poder.

Esto no es solamente una cuestión de rapidez en la tramitación, probablemente los proyectos de ley más sensibles para la ciudadanía que dicen en relación con su seguridad económica, además de la seguridad pública, son algunos que no están viendo hoy día de la luz, pero quizás es difícil que incluso con las mejores herramientas desde el punto de vista procedimental y de diseño, hagamos desaparecer el desacuerdo ideológico y eso quizás es algo con lo que tenemos que aprender a vivir.





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