Cinco obras chilenas son instaladas en el pabellón central de la Bienal de Venecia
Tres de las obras provienen del Museo Nacional de Bellas Artes y una fue seleccionada desde el GAM. Además, destaca un retrato de la poetisa y diplomática Gabriela Mistral, quien fue registrada durante su juventud por la artista Laura Rodig.
Diario UChile
Lunes 22 de abril 2024 12:28 hrs.
Cinco obras chilenas son instaladas en el pabellon central de la Bienal de Venecia
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Fue durante su última visita a Chile que el comisario de la Bienal de Arte de Venecia 2024, Adriano Pedrosa, debió seleccionar cinco obras nacionales que serían parte del pabellón central de la cita artística celebrada en Italia.
Bajo el lema “Extranjeros por todas partes”, el director del Sector de Artes Visuales de la Bienal se inclinó por tres obras del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), una resguardada por el GAM y otra correspondiente a la colección del Museo Gabriela Mistral de Vicuña.
Una de ellas es “La viajera“, un óleo sobre tela del pintor porteño Camilo Mori donde retrata a su esposa Maruja Vargas. Más allá del retrato, se trata de una pintura que devela los intereses estéticos de Mori por lograr una mayor libertad plástica en su trazo, al mismo tiempo que se transmite una atmósfera de viaje.
Dentro de la colección del MNBA también están los cuadros “La negra” de María Aranís y “Millaküyen”, de Cecilia Leyton. La primera, una representación que da cuenta de la producción de un grupo de artistas chilenas que lucharon por abrirse espacio en el medio de finales del siglo XIX y comienzos del XX. La segunda, un autorretrato en que la autora reafirma su compromiso con la difusión de la cosmovisión del pueblo mapuche, y donde figura calzando indumentaria y joyería de dicho pueblo originario.
Entre las obras resguardadas por el GAM, “Mural bordadoras de Isla Negra” fue la pieza seleccionada por el comisario de la Bienal, un trabajo de 1972 y que fue concebido luego de que el pintor Eduardo Martínez Bonati invitara a 16 mujeres para crear un textil que formara parte del edificio Unctad III. El resultado fue un bordado que incorpora elementos locales e historias personales de las creadoras, y que fue robado y desaparecido en septiembre de 1973. Su recuperación solo fue posible 46 años después, cuando apareció en agosto de 2019.
“La selección de las obras de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo Gabriela Mistral de Vicuña, es de alta relevancia para la difusión de nuestras colecciones públicas”, comentó Varinia Brodsky, directora del MNBA. “Para Chile es muy significativo estar presente en una instancia que representa al evento más importante de las artes visuales a nivel global. Es también una oportunidad para la circulación de mujeres artistas muy poco visibilizadas, sin embargo, con un compromiso político notable en la lucha por la emancipación, y que tengan voz a través de su obra, adquiere mayor importancia con nuestra presencia acá”.
Un retrato de la joven Gabriela
Esta versión de la Bienal de Venecia también consideró un trabajo resguardado por un museo de región, específicamente el de Vicuña. Se trata de “Retrato de Gabriela Mistral”, un cuadro de la pintora chilena Laura Rodig y que conoció a la poetiza durante su adolescencia.
Pintora, escultora, docente y activista, la carrera de Rodig la distinguió como una de las artistas más relevantes de su generación no solo por su aporte artístico, sino también por su aporte a la vanguardia intelectual y política de Latinoamérica.
Por eso mismo, fue una de las mujeres que sufrió persecución durante el gobierno de Gabriel González Videla bajo la “Ley Maldita“, que proscribió al partido comunista y a sus seguidores. Una vinculación política que cargó su obra de una resonancia emocional y cultural que trascendió los años, y que hoy son relevados en la Bienal de Venecia. Conoció a Mistral en Los Andes, donde cultivaron una estrecha relación.
“Es muy importante que la obra Retrato de Gabriela Mistral de Laura Rodig, esté presente en la Bienal de Venecia, ya que nos muestra a una Gabriela Mistral más joven, algo que no estamos acostumbrados a ver de la representación figurativa de la imagen de la poeta“, señaló la directora del Museo de Gabriela Mistral de Vicuña, Leslie Azócar. “Además, es relevante desde el punto de vista de la historia del arte chileno ya que es un documento histórico significativo y desde ese punto de vista es fundamental la presencia de esta obra en un lugar como lo es el pabellón central de la Bienal de Arte de Venecia”.
Retrato de Gabriela Mistral, pintura de Laura Rodig
Fue durante su última visita a Chile que el comisario de la Bienal de Arte de Venecia 2024, Adriano Pedrosa, debió seleccionar cinco obras nacionales que serían parte del pabellón central de la cita artística celebrada en Italia.
Bajo el lema “Extranjeros por todas partes”, el director del Sector de Artes Visuales de la Bienal se inclinó por tres obras del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), una resguardada por el GAM y otra correspondiente a la colección del Museo Gabriela Mistral de Vicuña.
Una de ellas es “La viajera“, un óleo sobre tela del pintor porteño Camilo Mori donde retrata a su esposa Maruja Vargas. Más allá del retrato, se trata de una pintura que devela los intereses estéticos de Mori por lograr una mayor libertad plástica en su trazo, al mismo tiempo que se transmite una atmósfera de viaje.
Dentro de la colección del MNBA también están los cuadros “La negra” de María Aranís y “Millaküyen”, de Cecilia Leyton. La primera, una representación que da cuenta de la producción de un grupo de artistas chilenas que lucharon por abrirse espacio en el medio de finales del siglo XIX y comienzos del XX. La segunda, un autorretrato en que la autora reafirma su compromiso con la difusión de la cosmovisión del pueblo mapuche, y donde figura calzando indumentaria y joyería de dicho pueblo originario.
Entre las obras resguardadas por el GAM, “Mural bordadoras de Isla Negra” fue la pieza seleccionada por el comisario de la Bienal, un trabajo de 1972 y que fue concebido luego de que el pintor Eduardo Martínez Bonati invitara a 16 mujeres para crear un textil que formara parte del edificio Unctad III. El resultado fue un bordado que incorpora elementos locales e historias personales de las creadoras, y que fue robado y desaparecido en septiembre de 1973. Su recuperación solo fue posible 46 años después, cuando apareció en agosto de 2019.
“La selección de las obras de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo Gabriela Mistral de Vicuña, es de alta relevancia para la difusión de nuestras colecciones públicas”, comentó Varinia Brodsky, directora del MNBA. “Para Chile es muy significativo estar presente en una instancia que representa al evento más importante de las artes visuales a nivel global. Es también una oportunidad para la circulación de mujeres artistas muy poco visibilizadas, sin embargo, con un compromiso político notable en la lucha por la emancipación, y que tengan voz a través de su obra, adquiere mayor importancia con nuestra presencia acá”.
Un retrato de la joven Gabriela
Esta versión de la Bienal de Venecia también consideró un trabajo resguardado por un museo de región, específicamente el de Vicuña. Se trata de “Retrato de Gabriela Mistral”, un cuadro de la pintora chilena Laura Rodig y que conoció a la poetiza durante su adolescencia.
Pintora, escultora, docente y activista, la carrera de Rodig la distinguió como una de las artistas más relevantes de su generación no solo por su aporte artístico, sino también por su aporte a la vanguardia intelectual y política de Latinoamérica.
Por eso mismo, fue una de las mujeres que sufrió persecución durante el gobierno de Gabriel González Videla bajo la “Ley Maldita“, que proscribió al partido comunista y a sus seguidores. Una vinculación política que cargó su obra de una resonancia emocional y cultural que trascendió los años, y que hoy son relevados en la Bienal de Venecia. Conoció a Mistral en Los Andes, donde cultivaron una estrecha relación.
“Es muy importante que la obra Retrato de Gabriela Mistral de Laura Rodig, esté presente en la Bienal de Venecia, ya que nos muestra a una Gabriela Mistral más joven, algo que no estamos acostumbrados a ver de la representación figurativa de la imagen de la poeta“, señaló la directora del Museo de Gabriela Mistral de Vicuña, Leslie Azócar. “Además, es relevante desde el punto de vista de la historia del arte chileno ya que es un documento histórico significativo y desde ese punto de vista es fundamental la presencia de esta obra en un lugar como lo es el pabellón central de la Bienal de Arte de Venecia”.
Retrato de Gabriela Mistral, pintura de Laura Rodig
Fue durante su última visita a Chile que el comisario de la Bienal de Arte de Venecia 2024, Adriano Pedrosa, debió seleccionar cinco obras nacionales que serían parte del pabellón central de la cita artística celebrada en Italia.
Bajo el lema “Extranjeros por todas partes”, el director del Sector de Artes Visuales de la Bienal se inclinó por tres obras del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), una resguardada por el GAM y otra correspondiente a la colección del Museo Gabriela Mistral de Vicuña.
Una de ellas es “La viajera“, un óleo sobre tela del pintor porteño Camilo Mori donde retrata a su esposa Maruja Vargas. Más allá del retrato, se trata de una pintura que devela los intereses estéticos de Mori por lograr una mayor libertad plástica en su trazo, al mismo tiempo que se transmite una atmósfera de viaje.
Dentro de la colección del MNBA también están los cuadros “La negra” de María Aranís y “Millaküyen”, de Cecilia Leyton. La primera, una representación que da cuenta de la producción de un grupo de artistas chilenas que lucharon por abrirse espacio en el medio de finales del siglo XIX y comienzos del XX. La segunda, un autorretrato en que la autora reafirma su compromiso con la difusión de la cosmovisión del pueblo mapuche, y donde figura calzando indumentaria y joyería de dicho pueblo originario.
Entre las obras resguardadas por el GAM, “Mural bordadoras de Isla Negra” fue la pieza seleccionada por el comisario de la Bienal, un trabajo de 1972 y que fue concebido luego de que el pintor Eduardo Martínez Bonati invitara a 16 mujeres para crear un textil que formara parte del edificio Unctad III. El resultado fue un bordado que incorpora elementos locales e historias personales de las creadoras, y que fue robado y desaparecido en septiembre de 1973. Su recuperación solo fue posible 46 años después, cuando apareció en agosto de 2019.
“La selección de las obras de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo Gabriela Mistral de Vicuña, es de alta relevancia para la difusión de nuestras colecciones públicas”, comentó Varinia Brodsky, directora del MNBA. “Para Chile es muy significativo estar presente en una instancia que representa al evento más importante de las artes visuales a nivel global. Es también una oportunidad para la circulación de mujeres artistas muy poco visibilizadas, sin embargo, con un compromiso político notable en la lucha por la emancipación, y que tengan voz a través de su obra, adquiere mayor importancia con nuestra presencia acá”.
Un retrato de la joven Gabriela
Esta versión de la Bienal de Venecia también consideró un trabajo resguardado por un museo de región, específicamente el de Vicuña. Se trata de “Retrato de Gabriela Mistral”, un cuadro de la pintora chilena Laura Rodig y que conoció a la poetiza durante su adolescencia.
Pintora, escultora, docente y activista, la carrera de Rodig la distinguió como una de las artistas más relevantes de su generación no solo por su aporte artístico, sino también por su aporte a la vanguardia intelectual y política de Latinoamérica.
Por eso mismo, fue una de las mujeres que sufrió persecución durante el gobierno de Gabriel González Videla bajo la “Ley Maldita“, que proscribió al partido comunista y a sus seguidores. Una vinculación política que cargó su obra de una resonancia emocional y cultural que trascendió los años, y que hoy son relevados en la Bienal de Venecia. Conoció a Mistral en Los Andes, donde cultivaron una estrecha relación.
“Es muy importante que la obra Retrato de Gabriela Mistral de Laura Rodig, esté presente en la Bienal de Venecia, ya que nos muestra a una Gabriela Mistral más joven, algo que no estamos acostumbrados a ver de la representación figurativa de la imagen de la poeta“, señaló la directora del Museo de Gabriela Mistral de Vicuña, Leslie Azócar. “Además, es relevante desde el punto de vista de la historia del arte chileno ya que es un documento histórico significativo y desde ese punto de vista es fundamental la presencia de esta obra en un lugar como lo es el pabellón central de la Bienal de Arte de Venecia”.
Retrato de Gabriela Mistral, pintura de Laura Rodig