Complejo se vislumbra el escenario político para el proyecto de aborto legal que el Gobierno pretende impulsar a fines de este año. Mientras que la derecha casi en bloque advierte que rechazará la iniciativa tan solo ingrese al Congreso Nacional, el Ejecutivo tampoco contaría con votos del centro político para hacer viable el proyecto, pues parlamentarios de la Democracia Cristiana ya anticiparon que no aportarán ningún voto para su aprobación.
A meses de que este debate inicie en el Parlamento y a pesar del desafiante panorama, distintos actores han relevado la necesidad de legislar en la materia considerando que la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) no aborda las distintas realidades de las mujeres.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la ex ministra de Salud durante el primer gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet y académica de la Universidad de Los Lagos, María Soledad Barría, calificó como “lenta” la implementación de las tres causales: “Se ha trabajado también con mucha reticencia por parte de muchos. Hay un manejo a mi juicio nefasto respecto al tema de la objeción de conciencia. Para mi no existe la objeción de conciencia institucional que fue establecida, no pueden haber instituciones que vayan en contra de la ley, eso me parece muy curioso, en fin, eso es lo que tenemos”.
“Es muy interesante lo que ha pasado con la ley IVE porque se dice que la mayor parte de las interrupciones de embarazo han sido por mal formación fetal, en segundo lugar, por la salud de la mujer y, en tercer lugar, por violación. Nos dijeron que la gente iba a inventar la violación, son un 20% del total de las interrupciones. Entonces, creo que hay que informarse, conversar, y no partir de la base de las otras personas andan escondiendo cosas”, indicó.
Consultada respecto a las posturas que rechazan abrir el debate sobre el aborto legal, Barría indicó que “esto lo hemos vivido en otros momentos cuando se impulsó la pildora del día después y luego el aborto por tres causales, también muchos años antes en la necesidad de educación sexual. Se van produciendo avances en nuestra sociedad pero cada vez con bastantes costos en conversaciones, en discusiones, y yo creo que esta muy bien conversar respecto a aborto legal”.
En esa línea, la académica relevó que “la conversación social respecto a estos temas han hecho grandes avances que hoy día significan, por ejemplo, que se han reducido los embarazos adolescentes a un quinto de lo que eran en el año 2010. Entonces, esos avances no son solo por la implementación de la píldora o del aborto mismo, sino que un avance social que permite una conversación que se lleva adelante con los distintos grupos sociales”.
Para iniciar una discusión al respecto, Barría sostuvo que se debe partir de la base que “el cuerpo de la mujer es de la mujer y ella puede tener un tiempo, no infinito en el embarazo, pero al comienzo del embarazo en que decida si seguir adelante con ese embarazo y eso es una decisión propia de la mujer, entonces ahí hay un reconocimiento del derecho a la mujer a decidir que me parece muy importante que como sociedad lo discutamos. Aparentemente hay gente que no está de acuerdo en eso y creo que es importante relevar las diferentes posturas”.
Considerando experiencias anteriores que, como personera activa de la política siguió de cerca, Barría afirmó que “nunca está todo perdido” y que la viabilidad o inviabilidad legislativa solo se observará al momento de que el proyecto se someta a votación.
“Yo quiero decir que, por ejemplo, cuando se dio la discusión de la pildora del día después, muchos parlamentarios que impugnaron ante el Tribunal Constitucional la píldora, para decir que era inconstitucional, y que lograron parcialmente su objetivo, después hubo que hacer un proyecto de ley para modificar esa situación, esa impugnación, y muchos de ellos votaron a favor, entonces se va dando un avance en esta conversación que es importante socialmente”, advirtió.
A juicio de la académica, “hay que buscar espacios de conversación en que podamos reflexionar en conjunto, de manera tranquila porque aquí nadie está obligando a nadie, la idea es justamente que las personas puedan elegir, la idea es que la persona que se divorcia sea porque lo necesita, pero no a nadie la van a obligar a divorciarse o a nadie lo van a obligar a abortar”.
Complejo se vislumbra el escenario político para el proyecto de aborto legal que el Gobierno pretende impulsar a fines de este año. Mientras que la derecha casi en bloque advierte que rechazará la iniciativa tan solo ingrese al Congreso Nacional, el Ejecutivo tampoco contaría con votos del centro político para hacer viable el proyecto, pues parlamentarios de la Democracia Cristiana ya anticiparon que no aportarán ningún voto para su aprobación.
A meses de que este debate inicie en el Parlamento y a pesar del desafiante panorama, distintos actores han relevado la necesidad de legislar en la materia considerando que la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) no aborda las distintas realidades de las mujeres.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la ex ministra de Salud durante el primer gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet y académica de la Universidad de Los Lagos, María Soledad Barría, calificó como “lenta” la implementación de las tres causales: “Se ha trabajado también con mucha reticencia por parte de muchos. Hay un manejo a mi juicio nefasto respecto al tema de la objeción de conciencia. Para mi no existe la objeción de conciencia institucional que fue establecida, no pueden haber instituciones que vayan en contra de la ley, eso me parece muy curioso, en fin, eso es lo que tenemos”.
“Es muy interesante lo que ha pasado con la ley IVE porque se dice que la mayor parte de las interrupciones de embarazo han sido por mal formación fetal, en segundo lugar, por la salud de la mujer y, en tercer lugar, por violación. Nos dijeron que la gente iba a inventar la violación, son un 20% del total de las interrupciones. Entonces, creo que hay que informarse, conversar, y no partir de la base de las otras personas andan escondiendo cosas”, indicó.
Consultada respecto a las posturas que rechazan abrir el debate sobre el aborto legal, Barría indicó que “esto lo hemos vivido en otros momentos cuando se impulsó la pildora del día después y luego el aborto por tres causales, también muchos años antes en la necesidad de educación sexual. Se van produciendo avances en nuestra sociedad pero cada vez con bastantes costos en conversaciones, en discusiones, y yo creo que esta muy bien conversar respecto a aborto legal”.
En esa línea, la académica relevó que “la conversación social respecto a estos temas han hecho grandes avances que hoy día significan, por ejemplo, que se han reducido los embarazos adolescentes a un quinto de lo que eran en el año 2010. Entonces, esos avances no son solo por la implementación de la píldora o del aborto mismo, sino que un avance social que permite una conversación que se lleva adelante con los distintos grupos sociales”.
Para iniciar una discusión al respecto, Barría sostuvo que se debe partir de la base que “el cuerpo de la mujer es de la mujer y ella puede tener un tiempo, no infinito en el embarazo, pero al comienzo del embarazo en que decida si seguir adelante con ese embarazo y eso es una decisión propia de la mujer, entonces ahí hay un reconocimiento del derecho a la mujer a decidir que me parece muy importante que como sociedad lo discutamos. Aparentemente hay gente que no está de acuerdo en eso y creo que es importante relevar las diferentes posturas”.
Considerando experiencias anteriores que, como personera activa de la política siguió de cerca, Barría afirmó que “nunca está todo perdido” y que la viabilidad o inviabilidad legislativa solo se observará al momento de que el proyecto se someta a votación.
“Yo quiero decir que, por ejemplo, cuando se dio la discusión de la pildora del día después, muchos parlamentarios que impugnaron ante el Tribunal Constitucional la píldora, para decir que era inconstitucional, y que lograron parcialmente su objetivo, después hubo que hacer un proyecto de ley para modificar esa situación, esa impugnación, y muchos de ellos votaron a favor, entonces se va dando un avance en esta conversación que es importante socialmente”, advirtió.
A juicio de la académica, “hay que buscar espacios de conversación en que podamos reflexionar en conjunto, de manera tranquila porque aquí nadie está obligando a nadie, la idea es justamente que las personas puedan elegir, la idea es que la persona que se divorcia sea porque lo necesita, pero no a nadie la van a obligar a divorciarse o a nadie lo van a obligar a abortar”.
Complejo se vislumbra el escenario político para el proyecto de aborto legal que el Gobierno pretende impulsar a fines de este año. Mientras que la derecha casi en bloque advierte que rechazará la iniciativa tan solo ingrese al Congreso Nacional, el Ejecutivo tampoco contaría con votos del centro político para hacer viable el proyecto, pues parlamentarios de la Democracia Cristiana ya anticiparon que no aportarán ningún voto para su aprobación.
A meses de que este debate inicie en el Parlamento y a pesar del desafiante panorama, distintos actores han relevado la necesidad de legislar en la materia considerando que la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) no aborda las distintas realidades de las mujeres.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la ex ministra de Salud durante el primer gobierno de la ex presidenta Michelle Bachelet y académica de la Universidad de Los Lagos, María Soledad Barría, calificó como “lenta” la implementación de las tres causales: “Se ha trabajado también con mucha reticencia por parte de muchos. Hay un manejo a mi juicio nefasto respecto al tema de la objeción de conciencia. Para mi no existe la objeción de conciencia institucional que fue establecida, no pueden haber instituciones que vayan en contra de la ley, eso me parece muy curioso, en fin, eso es lo que tenemos”.
“Es muy interesante lo que ha pasado con la ley IVE porque se dice que la mayor parte de las interrupciones de embarazo han sido por mal formación fetal, en segundo lugar, por la salud de la mujer y, en tercer lugar, por violación. Nos dijeron que la gente iba a inventar la violación, son un 20% del total de las interrupciones. Entonces, creo que hay que informarse, conversar, y no partir de la base de las otras personas andan escondiendo cosas”, indicó.
Consultada respecto a las posturas que rechazan abrir el debate sobre el aborto legal, Barría indicó que “esto lo hemos vivido en otros momentos cuando se impulsó la pildora del día después y luego el aborto por tres causales, también muchos años antes en la necesidad de educación sexual. Se van produciendo avances en nuestra sociedad pero cada vez con bastantes costos en conversaciones, en discusiones, y yo creo que esta muy bien conversar respecto a aborto legal”.
En esa línea, la académica relevó que “la conversación social respecto a estos temas han hecho grandes avances que hoy día significan, por ejemplo, que se han reducido los embarazos adolescentes a un quinto de lo que eran en el año 2010. Entonces, esos avances no son solo por la implementación de la píldora o del aborto mismo, sino que un avance social que permite una conversación que se lleva adelante con los distintos grupos sociales”.
Para iniciar una discusión al respecto, Barría sostuvo que se debe partir de la base que “el cuerpo de la mujer es de la mujer y ella puede tener un tiempo, no infinito en el embarazo, pero al comienzo del embarazo en que decida si seguir adelante con ese embarazo y eso es una decisión propia de la mujer, entonces ahí hay un reconocimiento del derecho a la mujer a decidir que me parece muy importante que como sociedad lo discutamos. Aparentemente hay gente que no está de acuerdo en eso y creo que es importante relevar las diferentes posturas”.
Considerando experiencias anteriores que, como personera activa de la política siguió de cerca, Barría afirmó que “nunca está todo perdido” y que la viabilidad o inviabilidad legislativa solo se observará al momento de que el proyecto se someta a votación.
“Yo quiero decir que, por ejemplo, cuando se dio la discusión de la pildora del día después, muchos parlamentarios que impugnaron ante el Tribunal Constitucional la píldora, para decir que era inconstitucional, y que lograron parcialmente su objetivo, después hubo que hacer un proyecto de ley para modificar esa situación, esa impugnación, y muchos de ellos votaron a favor, entonces se va dando un avance en esta conversación que es importante socialmente”, advirtió.
A juicio de la académica, “hay que buscar espacios de conversación en que podamos reflexionar en conjunto, de manera tranquila porque aquí nadie está obligando a nadie, la idea es justamente que las personas puedan elegir, la idea es que la persona que se divorcia sea porque lo necesita, pero no a nadie la van a obligar a divorciarse o a nadie lo van a obligar a abortar”.