Los colegios electorales abrieron este domingo a las 8am locales y los casi 50 millones de electores se enfrentan a un dilema: ¿Votar al partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) o por el “frente republicano” tejido por el oficialismo y la izquierda?
Están en juego los 577 escaños de la Asamblea Nacional. Si un partido logra la mayoría absoluta, esto obligaría al presidente Macron a nombrar un primer ministro de ese partido.
Las legislativas francesas se realizan en dos vueltas. En la primera se impuso el ultraderechista Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) que lideran Marine Le Pen y el joven y carismático Jordan Bardella, con 33,1% de los votos. La coalición de partidos de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) llegó en segundo lugar con 28%, mientras que la coalición presidencial alcanzó 20%.
De confirmarse estos resultados en la segunda vuelta, Francia podría tener un Primer ministro de extrema derecha por primera vez en su historia. Sin embargo, el NFP y la alianza de centroderecha Juntos del presidente Macron tejieron más de 200 pactos locales implícitos, el llamado “frente republicano”, retirando al candidato menos votado para impedir una victoria arrolladora de Le Pen y sus aliados.
Estas elecciones se realizan luego de que el presidente de centroderecha Emmanuel Macron anunciara sorpresivamente la disolución de la Asamblea Nacional a raíz de la victoria del partido de la ultraderechista Marine Le Pen en los comicios europeos del 9 de junio.
Las últimas proyecciones de dos institutos de sondeos alejan al bloque ultraderechista de la mayoría de 289 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional (cámara baja), al obtener entre 170 y 210, seguidos del NFP (155 a 185) y la alianza oficialista (95 a 125).
Artistas, futbolistas y asociaciones, entre otros, llamaron también a impedir la victoria de RN, en un movimiento similar al de 2002, cuando Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, accedió por primera vez al balotaje de una elección presidencial y perdió.
“Más que nunca, hay que ir a votar. Es realmente urgente. No podemos dejar el país en las manos de esa gente”, dijo el jueves el capitán de la selección francesa de fútbol, Kylian Mbappé, llamando a votar “del lado bueno”.
Escenarios posibles
Las primeras estimaciones se conocerán a partir de las 20h locales, cuando cierren los colegios electorales, tras una campaña marcada por los insultos y agresiones a candidatos y simpatizantes, y por una retórica racista y antisemita.
Los analistas advierten de un resultado incierto, que dependerá de la abstención. La participación en la primera vuelta fue muy elevada, 66,7%, casi 20 puntos superior que en 2022.
Si ningún bloque obtiene una mayoría absoluta, varias hipótesis emergen: una difícil coalición entre parte de la izquierda, el oficialismo y los diputados de derecha que no pactaron con RN, o incluso un gobierno tecnócrata con apoyo parlamentario.
El primer ministro “macronista”, Gabriel Attal, anunció que su gobierno está dispuesto a permanecer en funciones “el tiempo que sea necesario” para garantizar la continuidad del Estado.
Independientemente del resultado, Francia vive un momento crucial de su historia política. Este podría acelerar el fin del “macronismo”, ciclo iniciado en 2017 con la irrupción de Macron por el centro del espectro político. Su mandato termina en 2027.
Una mayoría absoluta de RN llevaría a su joven estrella Jordan Bardella, de 28 años, al cargo de primer ministro del primer gobierno ultraderechista en Francia desde la Liberación de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Su victoria en la segunda economía de la Unión Europea y potencia nuclear podría debilitar la influencia de Francia en Bruselas, donde ha sido uno de los principales motores de la integración europea, y socavar la política de apoyo a Ucrania.
Y sumaría un nuevo gobierno con ultraderechistas en Europa: en Italia, la posfascista Giorgia Meloni es primera ministra, y en otros como Finlandia, Eslovaquia y Países Bajos forman parte del ejecutivo.