Este martes 10 de septiembre se conmemora un nuevo Día Mundial para la Prevención del Suicidio. En ese contexto, en conversación con la primera edición de Radioanálisis, la psiquiatra y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Vania Martínez, abordó la situación actual de nuestro país en materia de salud mental.
De acuerdo a la experta, durante los últimos años ha habido “una disminución de las tasas de mortalidad por suicidio” y que este descenso fue “mucho más profundo en pandemia”.
Sin embargo, la directora del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), advirtió que “ahora todavía no tenemos las estadísticas oficiales, pero lo que vemos es que estamos volviendo a lo anterior”.
En esa misma línea, Martínez aseguró que algo que también preocupa son “los intentos de suicidio y las autolesiones sin intención suicida, que muchas veces son para regular ciertas emociones y crisis de salud mental”, particularmente entre adolescentes y jóvenes.
Consultada respecto a las políticas públicas que se pueden implementar para ayudar a ese grupo etario en particular, la especialista apuntó al rol que juegan los establecimientos educacionales, “que pueden ser un buen lugar para promover una mejor salud mental y detectar situaciones de riesgo”.
La psiquiatra afirmó que en las generaciones más jóvenes se ha avanzado en el tema del estigma: “Ven con mejores ojos acudir a la atención en salud mental, pero aún así, (…) la principal barrera de estudiantes universitarios que tienen problemas de salud mental, incluido el riesgo suicida, es: ‘pensé que me las podía arreglar por mi mismo o mi misma’”.
“Uno pudiera pensar que podría estar dentro de los problemas el acceso, por el costo que puede tener o por el tiempo, pero esta barrera es más importante, que a las personas les cuesta reconocer en qué momento es necesario pedir ayuda”, indicó.
Justamente, en cuanto a los factores que explicarían por qué las tasas de suicidio son más altas en los hombres, Martínez observó que a ellos “les cuesta más pedir ayuda y tocar estas temáticas”.
“Nosotros en la Universidad de Chile, por ejemplo, tenemos un poco más de matrícula de mujeres que de hombres, pero en la encuesta, que es voluntaria, por cada un hombre contestan tres o cuatro mujeres. Entonces, las mujeres están más disponibles para hablar de salud mental y también para pedir ayuda”, dijo.
Otro factor, añadió la académica, es el uso de alcohol y drogas que es más prevalente en hombres, además de determinados mandatos culturales que incitarían a los hombres a ser más “exitosos”.
“Están esos mandatos para los hombres, pero las mujeres tienen más intentos de suicidio y más riesgo de autolesiones, de depresión y de ansiedad. Entonces, tenemos que tener una perspectiva de género sin descuidar a ninguno”, sostuvo.
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