Durante los próximos días, la Cineteca Nacional de Chile tendrá en su cartelera el documental “A la sombra de la luz”, ópera prima de las directoras Isabel Reyes Bustos e Ignacia Merino Bustos que contará con funciones los días 12, 14 y 15 de septiembre a las 19:00 horas.
La película retrata el paso de la vida en Charrúa, un pequeño pueblo poco conocido que convive con una gran industria eléctrica. Sin embargo, y a pesar de estar rodeados de torres de alta tensión, termoeléctricas y una de las subestaciones más grande de Chile –crucial en la transmisión de energía para el sistema eléctrico de todo el país–, paradójicamente cuentan con un sistema de iluminación inestable y sus habitantes piden más luz para sus calles.
Así, el planteamiento cinematográfico de la dupla compuesta por Reyes y Merino ofrece una reflexión sobre la estructura de un país y sus desigualdades. Todo, a través de una mirada al funcionamiento del sistema eléctrico. Por todo lo anterior es que este innovador documental ofrece una mezcla única de distintas técnicas de observación y diversas cámaras, experimentación para representar de manera sensorial el concepto abstracto de la energía y su constante movimiento hacia las grandes ciudades.
Una experiencia cinematográfica de gran relevancia, que invita a la reflexión y que sin duda cautivará al público por sus flashes, sonido inmersivo y perturbante y distintas texturas visuales. “Estudié periodismo y soy de Concepción, entonces tengo mucho interés natural por las historias regionales y me interesa también investigar sobre lugares donde hubiera conflictos medioambientales o problemáticas similares”, comentó Reyes.
“Y un día, leyendo la prensa regional, vi la importancia de la comuna de Cabrero, respecto de la industria eléctrica que existía en ese lugar. Yo había ido a Cabrero muchas veces, pero no había visto nada de eso. Entonces me puse a averiguar y claro, llegué a Charrúa y entendí el funcionamiento del sistema eléctrico nacional y el rol que jugaba este pueblo en esa misma transmisión de energía”, señaló sobre parte del origen del largometraje.
En esa misma línea, Merino complementó agregando que “nos llevó harto tiempo la investigación y sobre todo, encontrar el punto de vista era uno de los desafíos más importantes. Asistiendo a las reuniones de mesas asociativas que existían entre las empresas de la de las termoeléctricas y la junta de vecinos, es que pudimos evidenciar y comprobar que el pueblo estaba teniendo problemas con la electricidad, con la luz. Sus calles eran muy oscuras, se les corta la luz cada vez que hay un temporal, cada vez que llueve”.
“Entonces -sumó-, desde ahí donde nos agarramos de esta ironía de que es un pueblo en donde se genera mucha energía, donde está una de las subestaciones eléctricas más grande de Chile y sin embargo el pueblo y la gente vivía a oscuras, como una oscuridad que no solo era literal, sino que también es metafórica; muy apartados de todos los beneficios que podría haberle traído el sistema eléctrico”.
Ambas realizadoras, que también son primas, poseen una sinergia creativa que pone atención a la estética visual y a las complejidades narrativas, combinada con su preocupación por los problemas medioambientales, sociales y contemporáneos, creando obras con valor artístico y político. Con esta ópera prima, establecen un estilo cinematográfico innovador que sienta las bases para sus futuros proyectos.
De hecho, a través de esta película, que ha tenido un remarcable recorrido internacional por siete países y más de diez festivales, se han consagrado como una nueva promesa del cine documental chileno.
Cabe destacar que “A la sombra de la luz” fue estrenado mundialmente en 2023, en el reconocido festival de documental Sheffield DocFest en Inglaterra, y su estreno nacional fue en SANFIC, donde obtuvo una mención especial a Emilia Martín por su destacada propuesta visual en la Dirección de Fotografía de la Asociación Chilena de Cinematografía.
De ahí en adelante, ha participado en diversos certámenes internacionales y nacionales, destacando algunos como el Camden International Film Festival (Estados Unidos) donde ganó mención honrosa; Zinebi (España), Cine BH (Brasil); Festival de Cine de La Serena, premiado como Mejor documental regional y en el Festival de Cine Chileno en Quilpué donde ganó los premios de Mejor dirección y Mejor banda sonora.
Además, el documental contó con el apoyo financiero de los fondos públicos chilenos CORFO Desarrollo y Fondo Audiovisual del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, así como con inversiones privadas de las productoras detrás del proyecto: Dos Be Producciones, Galgo Storytelling y Funky Films.