“Tengo derecho a cambiar, a ser otra, a divertirme. Y también creo que mis lectores se merecen a veces cosas distintas”. Con esas palabras, Gabriela Wiener, periodista y escritora peruana, se refirió al lugar que ocupa “Atusparia” -su más reciente libro- dentro de su bibliografía.
Una novela que se escapa de la clave autobiográfica que caracterizó a sus anteriores trabajos y que, en tecla de ficción, emprende un recorrido no solo por la historia del Perú, sino también por los diversos movimientos de izquierda que han tenido lugar en el país vecino.
“Decidí hacer ficción. Creo que ‘Huaco retrato‘, mi novela anterior, me abrió esa posibilidad sobre todo hacia el final del libro. Porque el resto del tiempo sí que era mi auto ficción en un alto grado. Ahí sí que la protagonista era Gabriela Wiener, había muchas cosas de mi vida familiar, aunque estaba ficcionado. Pero en este libro me propuse hacer una historia distinta, con un mundo posible, con una distopía, con una trama política, además. Y que tiene para jugar recursos de la novela de vanguardia, del siglo XX”, explicó la autora en conversación con el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile.
“Aparecen documentos, archivos, informes policiales, un relato, un artículo periodístico, una entrevista. Voy usando la primera persona, pero también hay una tercera y un narrador omnisciente. Hay una carta, una crónica, en fin. Una serie de cosas que siempre ha permitido la novela y que era algo aún no explorado para mí”, profundizó. “Era una fundamentalista de la no ficción. Pero luego la ficción me sorprendió, me dominó, me sodomizó”.
Sobre el proceso detrás de la promoción de este nuevo título, que la tendrá presentando “Atusparia” el lunes 11 de noviembre en el Espacio Literario de Ñuñoa a las 19:00 horas junto a la escritora Daniela Catrileo, Wiener señaló que “es distinto traer una novela. Es algo que has trabajado con más tiempo, con más ambición, y que entregas al mundo. Además, yo suelo escribir libros que están muy conectados con el presente, con la actualidad política y ardiente de una manera crítica. Entonces, cada encuentro es una posibilidad de abrir debate”.
Un recorrido por las utopías
Al desmenuzar la historia que trae su nueva propuesta literaria, la escritora comentó que “de alguna manera, esta protagonista cuenta lo que ocurre dentro de las izquierdas o de las movimientos sociales y populares. Y cuenta también la historia reciente del Perú, sobre todas las últimas revueltas campesinas andinas y la manera en que el Estado ha respondido a ellas. Desde la corona española pasando por la República Criolla, hasta el gobierno actual de la dictadora Dina Boluarte en el Perú”.
“Ese es el trasfondo en el que empieza a militar Atusparia, que tuvo desde siempre una formación en la utopía, en la mirada de tratar de cambiar el mundo, que también cayó en el mundo como sistema. Fue derrotada esa mirada del mundo. Y cómo de pronto encuentra en esos movimientos, en esos levantamientos de defensores de la tierra, en medio de los territorios saqueados en la actualidad, en campesinos otra vez luchando por tener participación política o que se respete su voto en democracia, ese ejemplo de cómo se puede seguir haciendo política y revolución en este momento donde la izquierda está a la defensiva, medio acomplejada, y la ultraderecha más empoderada”, sumó.
“Tenemos estos gobiernos con fachada democrática que finalmente co-gobiernan con la policía o los militares. Ella encuentra ahí esa esperanza. Este movimiento le devuelve las ganas de luchar, pero finalmente también hay una visión desencantada en lo que significa jugar con las reglas de la democracia, apostar por ser parte de ese juego para, en realidad, recibir todo un golpe y un aleccionamiento, porque eso es lo que ocurre con ella”, especificó la autora.
Un golpe que lleva a la protagonista a ser víctima de lawfare. “Son estas estrategias de desarme, de desactivación política creadas desde lo judicial, aunque creo que tiene un pasado bélico según la politóloga Arantxa Tirado, que tiene un libro específico sobre lawfare. Y que bueno, acaba con sus huesos en una cárcel en la Amazonía. La candidata del pueblo neutralizada. También hay ahí una denuncia de la cantidad de veces en que ha estado ocurriendo esto. Y es una advertencia, porque esta cárcel aún no existe. Igualmente, hay una especie de distopía, una cárcel que ahora sería para mujeres, para presas políticas”.
Vivir en un mundo fracturado
Ante ese escenario, la escritora igualmente compartió una reflexión en torno a cómo resistir en un contexto neoliberal como el que impera en nuestra época. “Primero, no podemos subestimar a nuestros enemigos“, afirmó Wiener. “Tienen las armas y el dinero. Y las derrotas de la izquierda, aunque nos quieran convencer de que siempre es culpa de la propia izquierda o los propios movimientos sociales o populares, tienen un enemigo mayor que básicamente utiliza la fuerza y que abusa de su fuerza y de su poder”.
“Por eso hablo de lawfare, que es una de sus estrategias. Hablamos de cómo utilizan ahora mismo lo mediático, por ejemplo las fake news, para entrar en las cabezas. Cómo azuzan el odio en gente que en realidad debería ser clase popular y estar vinculada a identidades también oprimidas y, sin embargo, ahora mismo les están haciendo creer que algún día pueden ser un millonario como Trump“, indicó la autora.
“Ponen como Milei en su cuenta de X ‘las Malvinas son argentinas’ y luego subastan todo el país. Yo tengo la esperanza de que la gente ahora, viendo gobernar a estos monstruos y cómo esto les va a afectar, no los voten más. Y es que no les voten más porque peligra tu vida. De verdad están en peligro. Lo que hemos visto en Valencia, precisamente por un gobierno totalmente deshumanizante como el de la derecha del Partido Popular, que ha dejado morir gente, que no avisó a tiempo, es lo que hace la derecha y la ultraderecha cuando está en el poder”, sentenció.
“Se olvida de tus derechos, se olvida de tu bienestar. Y se olvida de la vida, en general. Practican la necropolítica. Creo que tenemos que seguir luchando, pero sin subestimarlos. Es decir, vamos construyendo refugios anti atómicos, anti homofóbicos, anti odio. Yo vivo en el norte global y nuestras compañeras, con estos cuerpos y con estas precariedades, son carne de cañón. Somos mucho más vulnerables a esa violencia que ahora mismo se está ejerciendo en las fronteras contra nosotras. Y hay que seguir poniendo el cuerpo, no queda otra. Y cuando haya que auto defenderse, no lo dudaremos”, concluyó.