La reforma constitucional al sistema político-electoral que presentaron de forma sorpresiva senadores de casas políticas transversales (PPD, PS y Chile Vamos) provocó indignación entre colectividades del oficialismo. Además, generó molestia en la oposición, pues acusaron que se enteraron por la “prensa“. El desagrado incrementó al ser un proyecto acordado solo entre partidos tradicionales de sus respectivos sectores.
La propuesta fue presentada este miércoles en el Hall del Senado por Ricardo Lagos Weber (PPD), Gastón Saavedra y Alfonso de Urresti (PS), Luciano Cruz-Coke (Evópoli), Rodrigo Galilea (RN) y Luz Ebensperger (UDI). La iniciativa tiene como objetivo lograr mayor estabilidad política, representatividad y gobernabilidad en ambas cámaras del Congreso Nacional, luego de la proliferación de candidatos independientes y partidos políticos.
Para ello, establece un umbral mínimo del 5% de los votos válidamente emitidos a nivel nacional para que las colectividades puedan acceder a un escaño, contemplando una norma transitoria de un 4% para los comicios de 2025. Y, además, incluye causales de cesación inmediata del cargo para aquellos parlamentarios que renuncien a sus colectividades.
Pese a que la propuesta, según el Gobierno, será considerada como un insumo más para la presentación de una reforma o eventuales indicaciones a proyectos que ya se encuentran en tramitación, el llamado a la calma del Ejecutivo no fue suficiente para esconder la molestia sobre el respaldo que entregaron senadores del PPD y PS al proyecto. Esto último, considerando que ya existe una mesa técnica que prepara una propuesta con puntos de acuerdo dentro del oficialismo y que ya cuenta con trabajo prelegislativo.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el presidente del Partido Radical y quién lidera la mesa técnica, Leonardo Cubillos, indicó que la propuesta de los senadores busca “el término de un sistema multipartidista y volver de facto al sistema binominal. Hoy día aunque existan dos partidos grandes, el discolaje interior va a ser también importante”.
“Este proyecto es un golpe de estado blando a la democracia porque pretende reformular el sistema político solamente para garantizar la existencia de los partidos grandes existentes”, dijo.
En esa línea, Cubillos acusó que están jugando en razón a los intereses de la derecha porque “si hubiera estado esta ley, si uno hace el análisis, lo que está tratando de hacer la derecha es mantener su poder hegemónico con RN y la UDI, ¿por qué? Porque si hubiera existido esta ley hoy día, tal como está redactada, no existiría Republicanos y no existiría Evópoli. Y nosotros estamos haciendo el mismo juego al revés, es decir, nos estamos deshaciendo de partidos, según algunos, históricos, rancios, que ya no se identifican con la ciudadanía, pero perdóneme, en el caso del Partido Radical, muchos lo daban por muerto y en la última elección de concejales fue el segundo partido más votado de la alianza gobierno”.
Para el líder radical, las respuestas están en avanzar en la Ley de Federaciones para aglutinar las posiciones de las distintas fuerzas políticas y restringir la puerta de entrada de la creación de los nuevos partidos, estableciendo estándares más altos.
En tanto, el representante y diputado de la Federación Regionalista Verde Social, Jaime Mulet, señaló que “es un proyecto de reforma constitucional de muy mal gusto, aparecen representantes ni más ni menos que del presidente de RN, un vicepresidente del PS, un vicepresidente del PPD, haciendo un verdadero amarre para que esos partidos no puedan debilitarse más de lo que están”.
“Buscan que los diputados elegidos por partidos pequeños o independientes, si no logran sacar el 5% sus partidos de la votación nacional aunque en sus distritos hayan sacado grandes votaciones, no puedan acceder al Parlamento y esos cupos pasen para los partidos de ellos, o sea, sin votos incluso o con muy poquitos votos, quedarse con los escaños del parlamentario con muchos votos. Eso es realmente una brutalidad del punto de vista democrático, es una burla a la ciudadanía y es muy grave que un conjunto senadores que deberían respetar el sistema democrático hagan una propuesta tan burda”, añadió.
Tomás Hirsch, diputado y presidente del partido Acción Humanista, declaró que “el proyecto presentado es profundamente antidemocrático. En vez de profundizar el sistema, pretenden volver camufladamente al binominal”.
Reparos en la Cámara Baja proyecta trámite cuesta arriba
En el Congreso Nacional, especialmente en la Cámara Baja, ven con escepticismo el avance de la reforma tal como se plantea y ya proyectan un trámite cuesta arriba o que éste sujeto a varias modificaciones.
El diputado del PPD, Raúl Soto, indicó que “cualquier reforma al sistema político no puede pasar rápidamente de un extremo al otro. Del desorden y la fragmentación actual a un secuestro de la democracia por parte de los partidos políticos. Si bien la fragmentación es parte del problema, no es el único. La mala calidad de la política tiene que ver también con la mala calidad de los políticos y los políticos los eligen los partidos, y tiene que ver también con la deslegitimidad de los propios partidos que hoy día pretenden aumentar su poder”.
Por su parte, la diputada de Renovación Nacional, Camila Flores, manifestó su molestia por no haber sido notificada de la propuesta de los senadores, en su rol de miembro de la Comisión de Constitución, y si bien dijo estar de acuerdo en abordar la proliferación de partidos políticos, sostuvo que las propuestas “lo que hacen es seguir intentando instalar un tema que hace no mucho tiempo atrás la ciudadanía rechazó contundentemente, que fue en el último plebiscito constitucional, donde se contemplaban gran parte de estas modificaciones políticas”.
“Entonces, insistir con esta, no quiero decir cocina política, pero sí con esta insistencia de algunos, no me parece que sea lo más propicio, menos además cuando estamos tan cerca de un proceso electoral que el próximo año vamos a estar viviendo. Que a menos de un año se estén cambiando las reglas del juego creo que no es lo más conveniente”, sostuvo.
Contrario a sus pares, a juicio del diputado socialista, Tomás de Rementería, sostuvo que: “Obviamente van a haber incumbentes que van a ser contrarios a la reforma al sistema político. Esto yo sé que no puede ser atractivo para la ciudadanía, pero es necesario que se avance a un sistema político que otorgue certeza y estabilidad a los chilenos”.
En el ala más a la derecha del espectro político, hubo incomodidad por el acuerdo entre la izquierda y Chile Vamos. Pese a ello, el diputado y jefe de bancada del Partido Republicano, Luis Sánchez, sostuvo que “las propuestas que ellos hacen estaban contenidas anteriormente en la propuesta del Consejo Constitucional, por lo tanto, por supuesto que nos interpretan”.
No obstante, hizo hincapié en que lo fundamental radica en “reducir la cantidad de diputados en la Cámara. Tenemos que volver a los 120 diputados porque la promesa que hizo la expresidenta Bachelet y toda la izquierda, cuando reformaron el binominal, no se cumplió. Nunca contribuyó a la mejora del sistema político”.
Pero, en la Cámara Alta, también hay voces disidentes, Paulina Núñez (RN) condicionó su respaldo al proyecto ante la falta de incentivos a la paridad de género: “No estoy disponible a apoyar una reforma a un sistema político si no contempla normas que nos permitan que más mujeres lleguemos a ocupar cargos de elección popular, elegidos por los chilenos y chilenas, pero que sabemos deben existir y son un deber de los presidentes y de las presidentas de partido para que podamos tener una cancha más equilibrada, una mayor equidad en este tema, precisamente para fortalecer nuestro sistema político y nuestra democracia”.