Santiago había cambiado radicalmente en menos de un año. Las paredes llenas de colores con consignas de cambios sociales y apoyo al gobierno de la Unidad Popular habían desaparecido. El gris y el apagón cultural predominaban en la primavera de 1974. La cámara de Jorge Müller ya no documentaba los mil días del Gobierno de Allende ni las movilizaciones a su favor. Por su lado, Carmen Bueno había visto disminuidas sus apariciones en largometrajes y publicidad. La censura y la persecución eran parte cotidiana de la vida en el país y el trabajo para los cineastas cada vez era más escaso.
A pesar de que la represión contra el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) era cada vez más intensa por parte de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la joven pareja había decidido no abandonar el país y quedarse a documentar lo que sucedía. Sin saber que su última aparición pública sería en el estreno del largometraje “A la Sombra del Sol”, el 28 de noviembre de 1974, un día antes de su detención y desaparición.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el destacado cineasta nacional, Pablo Perelman, rememoró su amistad, militancia y el trabajo con Jorge Müller y Carmen Bueno.
“Fueron años conociendo a Jorge. A Carmen la conocí filmando “A la Sombra del Sol”, un poquito antes quizás, y nos hicimos muy amigos. Éramos muy cercanos. Formábamos parte de un grupo muy afiatado. Teníamos entre 20 y 25 años. Y en ese momento, en esa altura de la vida, uno hace relaciones muy fuertes”, señaló Perelman.
El cine, la amistad y la militancia se entremezclaban en su relación. Carmen, Jorge y Pablo fueron testigos protagónicos del apogeo cultural y creativo de la Unidad Popular. Así también, del apagón y la censura que comenzó el mismo 11 de septiembre de 1973. Los tres vivieron en la casa de Perelman hasta el día de la detención y desaparición de Müller y Bueno.
“No eran solo amistades, eran hermandades. Yo no puedo establecer una separación entre lo que era la militancia con la amistad, con la fiesta, estaba todo unido, todo junto. Nosotros todo el tiempo estábamos, si se quiere, siendo políticos y siendo jóvenes”, reflexiona Perelman.
Respecto al largometraje “A la Sombra del Sol”, dirigida por Silvio Caiozzi y Pablo Perelman y donde participaron Müller y Bueno, el cineasta recuerda que el trabajo comenzó un mes después del golpe: “Era un momento bien raro, muy insólito para haber hecho esa película. Jorge hizo la cámara, era un camarógrafo estupendo. La pasamos muy bien con él y lo hizo súper bien. Y Carmen era una delicia donde estuviera. O sea, ella creaba un ambiente por su sola presencia, por su forma de relacionarse con todo el mundo, por lo positiva que era en todo. Ella era una fiesta”.
El estreno de “A la Sombra del Sol” se realizó el 28 de noviembre de 1974 en el cine Las Condes. Perelman recuerda que la exhibición fue “sumamente apagada” y asistió muy poca gente, ya que había toque de queda y “fue a una hora en que normalmente la gente no va al cine”.
“Durante la semana del estreno nosotros estábamos con mucha tensión porque no veíamos a Carlos Piaggio, el montajista de la película, ni a su mujer, pensábamos que estaban detenidos. Luego supimos que la DINA había instalado una ratonera en la casa de Carlos esperando en el lugar para retener a quienes iban llegando”, señaló Perelman.
En esa línea, el cineasta recordó que el estreno fue “una especie de trámite, solo lo hicimos porque había que estrenar”. Luego de la exhibición, y ante la tensión e incertidumbre que los aquejaba por la situación represiva, “Carmen y Jorge se fueron a dormir donde una amiga y yo volví a la casa que compartíamos”. Esa fue la última vez que Perelman los vio.
El 29 de noviembre, mientras Bueno y Müller caminaban por la calle Francisco Bilbao con Los Leones en dirección a ChileFilms, lugar donde trabajaban, fueron detenidos por agentes de la DINA y trasladados al centro de detención clandestino conocido como Villa Grimaldi.
Carmen Bueno participó en “La Tierra Prometida”, de Miguel Littin y actuó en “Esperando de Godoy”, de Cristián Sánchez, Rodrigo González y Sergio Navarro. Tenía 24 años el día que fue secuestrada por la DINA. Por su parte, Jorge Müller integró el equipo de “La Expropiación y Realismo Socialista” de Raúl Ruiz y en “La Tierra Prometida”. Su trabajo más destacado fue en “La Batalla de Chile”, documental compuesto de tres películas de Patricio Guzmán que nunca alcanzó a ver. Tenía 27 años la mañana del 29 de noviembre de 1974.
Día del Cine Chileno: el homenaje a Müller y Bueno
El Día del Cine Chileno tiene su origen en 1984, una década después de la detención y desaparición de la joven pareja de cineasta. Perelman explicó que en aquella época tenían una organización llamada Asociación de Profesionales y Técnicos Audiovisuales, quienes convocaron a una ceremonia con las familias, amigos y los profesionales de la comunicación para homenajear a Bueno y Müller.
“Fue súper emotivo, fue una especie de catarsis, muy fuerte, muy rica, muy preciosa. La mitad de la gente lloraba, la otra mitad reía. Era una cosa impresionante. Ahí decidimos levantar el Día del Cine Chileno. Los años siguientes, lo que hacíamos era parar el 29 de noviembre, reunirnos, estar juntos y cuando volvió la democracia, insistimos desde las organizaciones en celebrar este día y poco a poco se fue imponiendo”, explicó Perelman.
En esa línea, el cineasta destacó la importancia del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en el Día del Cine Chileno, que ha permitido que esta fecha fuera más allá del mundo de los cineastas y abarcara a la sociedad.
Por noveno año el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos conmemoró el Día del Cine Chileno, en memoria de los cineastas. Entre sus principales actividades destacó el estreno del documental de Pablo Perelman, titulado “El camino de Caspana”. Esta realización audiovisual recorre los 50 años de la película “A la Sombra del Sol”, de la tragedia que arrastra y de su raigambre en el territorio donde se filmó, desde la memoria de quienes la hicieron y de la comunidad atacameña que la considera su patrimonio.
Pese a que han pasado 50 años desde aquel 29 de noviembre de 1974, las figuras de Müller y Bueno han logrado atravesar el inexorable paso del tiempo y han calado en el seno de una generación de cineastas.
En conversación con nuestro medio, Marcelo Morales Cortés, director de la Cineteca Nacional de Chile, sostuvo que la importancia del legado de Müller y Bueno “no solamente es por la obra de ellos, sino que también por lo que ellos significan como unos cineastas jóvenes que creían en el cine chileno como algo culturalmente importante, como un medio de reflexión, un medio que servía para entender la realidad”.
En esa misma línea, y en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la cineasta Michelle Ribaut Kompatzki, encargada del área audiovisual del Archivo Patrimonial Universidad de Santiago de Chile, sostuvo que “el legado de Jorge Müller, junto al de Carmen Bueno, tiene un componente profundamente humano y político. Ambos compartieron un compromiso con la construcción de un país más justo. Decidieron quedarse en Chile durante la dictadura militar, a pesar del peligro, para continuar creando cine que no solo reflejara la realidad, sino que actuara como catalizador para cuestionarla y transformarla, lo que es la misma resistencia”.
“Este cine, comprometido con la realidad del país y con las luchas por la justicia, va más allá de la búsqueda de premios o reconocimientos. Es un cine que se erige como herramienta de resistencia y acción, que da sentido a nuestras vidas al reflejar las experiencias de las personas y sus historias, marcadas por la memoria, pero también por la esperanza. En definitiva, el cine de Müller y Bueno es un testimonio de su lucha y es, al mismo tiempo, un legado que sigue vigente para todos y todas, como un referente de compromiso político y social”, reflexionó Ribaut.
El director de la Cineteca Nacional de Chile comentó que, como una manera de preservar el legado de la pareja de cineastas, constantemente en la Cineteca Nacional de Chile realiza ciclos de cine con películas chilenas patrimoniales, alguna de ellas donde participaron Carmen Bueno o Jorge Müller. No obstante, “este año hicimos algo que era lo lógico, que fue restaurar “A la Sombra del Sol”. Lo empezamos a hacer a mediados de este año y fue estrenada este 28 de noviembre en nuestra sala de cine en el Centro Cultural de La Moneda”.
Morales destaca que en la conmemoración del Día del Cine Chileno es relevante el aporte del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio: “En un momento la Red de Salas de Cine Independiente que preparaban esta celebración estaba muy sola y los recursos no eran suficientes para hacer actividades o conmemoraciones como deberían ser. El apoyo ministerial ha hecho que todo suene mucho más relevante, más importante, más amplio”.
“Este Gobierno ha sido muy importante. Hace algunos años, en el gobierno anterior, en vez de conmemorar este día, se conmemoró el Día del Cine con la multisala que mostraba películas internacionales. Entonces hay un cambio de criterio bien claro, importante y muy relevante para instituciones como la nuestra, que justamente trabajan por valorar y difundir el cine chileno”, cerró el director de la Cineteca Nacional de Chile.
Operación Colombo y una justicia 50 años después
Tras ser detenidos la mañana del 29 de noviembre, Carmen Bueno y Jorge Müller fueron conducidos hasta el centro de detención clandestino conocido como Villa Grimaldi. En el lugar fueron sometidos a crueles torturas. A Bueno se le acusó de haberle regalado un perro a Miguel Enríquez, líder del MIR. Mientras que a Müller de filmar una torre de alta tensión que luego sería dinamitada.
Tras su paso por Villa Grimaldi, fueron trasladados hasta el centro conocido como Cuatro Álamos. Fue ahí donde fueron vistos por última vez con vida.
En 1975 la DINA llevó a cabo la Operación Colombo. Un montaje comunicacional para ocultar los crímenes que se estaban cometiendo al interior de Chile y donde se publicaron dos listas con 119 nombres. La primera publicación fue la del diario Novo O’Día de Curitiba, Brasil, que el 25 de junio informó del asesinato de 59 militantes del MIR en “enfrentamientos con fuerzas del gobierno argentino en Salta”; y la revista Lea de Buenos Aires del 15 de julio, que entregó otra nómina de 60 “extremistas chilenos eliminados por sus propios compañeros de lucha”.
Este montaje hecho por la dictadura fue ampliamente difundido en nuestro país donde aún es recordada la portada del diario La Segunda que señalaba “Exterminados como ratones”. Dentro de los 119 nombres de esta lista, aparece el de Carmen Bueno.
50 años después del secuestro y desaparición de la pareja de cineastas, el viernes 23 de febrero de este 2024, el Poder Judicial informó la ratificación de la Corte Suprema de la condena contra los ex agentes de la DINA César Manríquez Bravo, Pedro Espinoza Bravo, Raúl Iturriaga Neumann y Miguel Krassnoff Martchenko de 20 años de presidio en calidad de autores por el delito de secuestro calificado de la pareja de cineastas Carmen Cecilia Bueno Cifuentes y Jorge Hernán Müller Silva, cometido el 29 de noviembre de 1974 y de quienes aún se desconoce su paradero.