El Gabinete de Seguridad de Israel dio luz verde al acuerdo con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) para un alto el fuego en la Franja de Gaza, así como el intercambio de rehenes por presos palestinos. No obstante, el pacto aún debe ser ratificado por el Gobierno en una reunión que se prevé para más adelante.
El órgano emitió una “recomendación” al Gobierno para que apruebe el acuerdo “después de examinar todos los aspectos diplomáticos, de seguridad y humanitarios” que rodean el acuerdo, y en vistas de que el pacto “respalda el logro de los objetivos de la guerra”, según detalló la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu, en su perfil oficial en redes sociales.
El Gabinete de Seguridad está integrado por el propio Netanyahu; el ministro de Defensa, Israel Katz; el de Exteriores, Gideon Saar; el de Justicia, Yariv Levin; el encargado de Finanzas, Bezalel Smotich; y su homólogo de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir. En las reuniones también pueden participar otras autoridades, incluidos políticos externos al Gobierno.
Por el momento, no ha trascendido el sentido del voto de cada integrante del Gabinete de Seguridad, los ministros Smotrich y Ben Gvir, destacados por sus posturas racistas y ultranacionalistas, ya habían anunciado tiempo atrás que rechazarían el pacto. En el caso de Ben Gvir incluso amenazó con abandonar la coalición de Gobierno en caso de que se aprobara el acuerdo.
El pacto deberá ser sometida ahora al escrutinio del Gobierno, que previsiblemente se reunirá esta tarde y aprobará el acuerdo con los votos en contra de Smotrich y Ben Gvir, y presumiblemente de otros ministros como el de Asuntos de la Diáspora, Amichai Chikli, miembro del partido Likud de Netanyahu y que el jueves amenazó con dimitir por asuntos también relacionados con el acuerdo.
Una de las primeras reacciones a la decisión del Gabinete de Seguridad fue la del presidente israelí, Isaac Herzog, quien en sus redes sociales aseguró que este es “un paso vital” para cumplir con el compromiso adquirido con la ciudadanía. Además, reconoció que no se hace “ilusiones” con que el acuerdo no venga acompañado de “momentos dolorosos y angustiosos”.