El día 21 de febrero recién pasado se conmemoró el Día Internacional de la Lengua Materna, que fue proclamado por la Conferencia General de la Unesco en Noviembre de 1999 y que cada año se celebra para promover la diversidad lingüística, cultural y el multilingüismo.
En ese contexto, en el Centro Cultural La Moneda participaron más de doscientos asistentes, entre ellos representantes de los pueblos originarios, asociaciones, organizaciones y representantes del Gobierno para conmemorar este día y participar del primer conversatorio en mapuzungún sobre Derechos lingüísticos de los pueblos indígenas en Chile con interpretación al castellano.
Según datos de la Unesco, existen más de 8 mil lenguas habladas o de señas, de las cuales cerca de 7 mil siguen en uso. Las lenguas son vitales para la educación y el desarrollo sostenible y se erigen como el principal medio de transmisión de conocimientos y preservación de las culturas, sin embargo muchas de ellas se encuentran en grave riesgo de desaparecer debido a la globalización y a las transformaciones sociales.
En ese sentido, Esther Kuisch, directora de la Oficina General de la Unesco para América Latina y el Caribe indicó en el Diario El Mostrador que las lenguas no solo son un medio de comunicación sino que representan la esencia de nuestra conexión con la cultura, los valores y nuestra identidad, y que su desaparición no sólo significa la pérdida de palabras sino también de saberes y formas de vida que han perdurado por siglos, siendo cada lengua un vehículo único de conocimiento, por lo que su extinción también implica la desaparición de una parte de la diversidad cultural.
Respecto a la diversidad lingüística, la académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, Soledad Chávez, explicó que “los estados hegemónicos tienden al monolingüismo. Pero fíjate que en el 2003 existían 150 países y 3 mil y 5 mil lenguas. Obviamente que la mayoría de ellas son lenguas minoritarias o con pocos hablantes, pero ahí te das cuenta la relación entre un Estado-Nación y las lenguas”.
“Entonces, esto de alguna manera te dice la relevancia de las lenguas y de hablarlas. Yo me he dado cuenta que países plurilingües, pensando en los países hegemónicos como Suiza, Bélgica o Finlandia, por ejemplo, que aprenden más de una lengua porque tienen más de una lengua co-oficial, además poseen una facilidad para aprender otras lenguas y tienen una visión de mundo interesantísima”, complementó.
Asimismo, en el reciente conversatorio sobre derechos lingüísticos, la docente mapuche y ex constituyente Elisa Loncon, señaló que “la lengua es más que una forma de conversar ya que a través del idioma se conoce la forma de ver el mundo, cómo se comprende la vida y cómo se organiza el mundo, además se reflexiona cómo piensan el mundo, los pueblos originarios. Las lenguas originarias no son solamente una forma de conversar, sino que también transmiten cómo nosotros nos relacionamos con la naturaleza, con los otros seres, con nuestro entorno en general”.
Santiago, 3 enero 2022.
La presidenta de la convención constitucional Elisa Loncon en su ultimo día en el cargo.
Marcelo Hernandez/Aton Chile
En esta materia, refirió que actualmente es muy lamentable el estado en que se encuentran en Chile las lenguas de los pueblos originarios y su recuperación constituye no solamente un ejercicio de justicia histórica, sino una contribución que debe hacerse a la diversidad de los pueblos que primeramente habitaron nuestro territorio.
Concordando en ese punto, la docente de la carrera de Traducción Español-Mapuzungún en la Universidad de Playa Ancha, Andrea Salazar, en conversación con Radio Universidad de Chile, mencionó que “hay distintos estudios, análisis que se han hecho por parte de sociolingüistas y también de instituciones como la Unesco, que determinan que el estado actual de todas las lenguas indígenas que se hablan en el territorio chileno (Mapuzungún, Quechua, Aymara y Vananga Rapa Nui, que son las de mayor vitalidad lingüística) es preocupante, en el sentido de que se ha imposibilitado por distintos motivos el traspaso intergeneracional de la lengua, no se han privilegiado canales de uso en la sociedad mayoritaria que exige y fuerza que se utilice el español como lengua”.
En línea con lo anterior, Chávez expresó que en los movimientos migratorios que se dieron en zonas metropolitanas, ocurrió una situación que no es propia solamente de Chile, y que es una medida bastante usual, consistente en dejar de hablar la lengua materna para aprender la lengua hegemónica, la que permite alfabetizarse, trabajar y ascender socialmente. Sin embargo, las nuevas generaciones están revirtiendo aquello.
Precisamente y en relación a las acciones para evitar la desaparición de las lenguas maternas, Andrea Salazar manifestó que “hay muchas personas, comunidades, organizaciones, instituciones, al alero del Estado y también de forma autónoma que exigimos y practicamos el uso de las lenguas indígenas en distintos contextos, de modo que más que solo estar en peligro, que la pone en un estado muy de víctima o de paciente terminal, ponemos el énfasis en la fuerza de las personas que hacen acciones para su revitalización”.
“Yo soy testigo fiel en los últimos 15 años del tremendo ímpetu que desde el movimiento por la revitalización lingüística ha surgido en distintos lugares del territorio nacional. Por ejemplo, la demanda por la oficialización de los idiomas, que también es una de las políticas públicas, por cierto, que debiera encabezar la promoción de las lenguas indígenas, exigir al Estado la consideración de las lenguas indígenas en cada territorio como lenguas oficiales o también como se ha hecho en otros países, que haya múltiples lenguas nacionales oficiales, incluidas las lenguas maternas de herencia, como es el caso de las lenguas indígenas”, agregó.
De igual modo y respecto al rol que deben tener las propias comunidades indígenas y sus hablantes en la supervivencia de sus lenguas, la docente Chávez puntualizó que no todo puede venir del Estado, ya que debe promoverse desde abajo, desde la comunidad, desde el otro, para que se pueda generar un movimiento que pueda pervivir y mantenerse, ya que si bien la ayuda gubernamental es esencial no todo puede provenir de esa línea, siendo un buen ejemplo de aquello la realidad de Irlanda, país que en cuanto se independizó de Inglaterra y se transformó en República, adoptó como una de las primeras medidas implementar nuevamente el irlandés, que es una lengua gaélica de modo obligatorio desde la educación primaria, y que había sido prohibida durante el dominio inglés.
Andrea Salazar, docente de la carrera Traducción Español-Mapuzungun de la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso e integrante de la organización Trafkintuaiñ kimün. (Foto de web Universidad Playa Ancha)
Ahora bien, en una mirada similar la lingüista Loncon, subrayó en que “se debe hacer un llamado a todos los pueblos originarios para que hablemos, aprendamos, defendamos nuestras lenguas. En cada palabra que se reviva, fortaleciendo el encuentro intercultural de respeto hacia los otros, asegurando también un futuro de paz donde todas las diversidades contribuyen en conjunto”.
Por otra parte y en torno a la enseñanza de la lengua y cultura de los pueblos originarios, enfatizó en su importancia “para fortalecer la identidad de los niños, las niñas, los jóvenes, permitiéndoles también no solo aprender su lengua, sino también valorar la cultura como un espacio de respeto y de valoración propia y del entorno que la rodea. Esta asignatura también permite fomentar el respeto intercultural, ayuda a reducir la discriminación y el racismo a partir de conocer la cultura del otro, dar a todos los niños, los estudiantes, una visión positiva de los pueblos originarios. De esa manera también contribuir en la transmisión a las nuevas generaciones del idioma, evitando también la pérdida y el uso, por cierto, en las nuevas generaciones”.
La Unesco también ha señalado que el multilingüismo es una herramienta fundamental para la educación inclusiva y se debe garantizar que los sistemas educativos respeten el derecho a aprender la lengua materna, lo que es crucial para mejorar los resultados del aprendizaje, favoreciendo la comprensión, compromiso y pensamiento crítico de los estudiantes fomentando la educación multilingüe especialmente en las lenguas minoritarias e indígenas una conexión más profunda entre la educación y la cultura, lo que contribuye a tener sociedades más inclusivas y equitativas.
La última polémica
Sin embargo, pese a estas recomendaciones, se ha generado a fines de enero pasado, una intensa polémica con la decisión del ministerio de Educación de implementar la asignatura de Lenguas y Culturas de los Pueblos Originarios Ancestrales en el marco del Programa de Educación Intercultural Bilingüe (PEIB), propuesta que según sostuvo Andrea Salazar “no solo promueve el bilingüismo en consideración de las lenguas indígenas, sino que también el fomento de la interculturalidad como una destreza, una habilidad que sirve para múltiples aspectos de la vida y que previene las prácticas racistas, la discriminación por variables étnico-raciales, en fin, como que, de cierto modo, estudiar interculturalidad, tener este conocimiento va a venir a asegurar que como sociedad podemos ser más equitativos, más justos, más respetuosos de las diferencias”.
Esa iniciativa, no obstante lo relevante que puede parecer, resulta según la académica insuficiente y marginal, ya que la respuesta estatal se enfoca, como ha sido históricamente, en la población indígena, en vez de considerar al resto de la sociedad chilena mestiza que desconoce gran parte de la historia, de la lengua y de las prácticas culturales de los pueblos originarios. Y que producto de ese desconocimiento y de la gran estigmatización que existe, se produce la discriminación y las situaciones que son condenables por racismo.
Soledad Chávez, Académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
Volviendo a la polémica, respecto de la implementación de la referida asignatura que solo se llevará a cabo focalizádamente en educación básica, en establecimientos con financiamiento estatal y que cuenten con un 20% de matrícula indígena, Salazar sentenció que “es una falsa polémica toda vez que esta asignatura de lenguas indígenas ya se viene realizando en Chile desde hace más de 10 años, o sea, las modificaciones al currículum ya se establecieron en el momento en que Chile se comprometió a ratificar el convenio número 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tiene que ver con los derechos de los pueblos indígenas y tribales, que entre sus múltiples artículos habla de la educación intercultural y bilingüe, y del derecho que tienen los pueblos de mantener y revitalizar sus lenguas”.
De igual modo, en cuanto a las críticas que ha recibido la medida del ministerio de Educación que provienen de distintos medios de comunicación y personeros del Centro de Estudios Acción Educar, expuso que existe mala fe, ya que se desconoce la trayectoria que ha tenido dentro del sistema escolar la enseñanza de las lenguas indígenas siendo un reflejo del racismo estructural que domina a la sociedad chilena, confundiendo y mal interpretando el decreto exento número 97, que menciona la existencia de esa asignatura que desde hace ya varios años se debió haber implementado.
En todo caso, sobre la aplicación concreta de esta materia, sostuvo que “ahí hay un un problema que se va a suscitar porque las y los educadores tradicionales pertenecientes a organizaciones y comunidades de pueblos originarios, que viven sus prácticas culturales, que conviven dentro de sus propios espacios también de revitalización lingüística, están todavía en proceso de perfeccionamiento para adquirir otras habilidades que son las pedagógicas propias de la docencia dentro de espacios educativos formales”.
Finalmente, Loncon, también expuso que se necesitan profesores con formación intercultural, siendo una tarea principal de las Universidades, aspecto que se encuentra en deuda en ese ámbito, tal como remarcó Chávez.